N u e v e // T2

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N a r r a d o r

-Está muerta..- dijo el mago, Sovieshu se tenso al oír eso, sus ojos se llevaron de lágrimas y se acercó a su esposa, no respiraba y no se movía, desesperado le habló a los presentes

-Salvenla! Qué esperan!?- ordenó, los magos se miraron entre sí, el más viejo habló

-Mantengan su alma en su cuerpo, proporcionenle vida y fuerza, denle luz para que no se pierda- dijo y los tres jóvenes magos obedecieron, acercándose a la emperatriz y con la magia que brotaba de sus manos, comenzaron a cubrir su cuerpo con la misma, el anciano salió de la habitación, quien fue seguido por el pelinegro

-A donde va?!- dijo desesperado, el anciano se dio la vuelta

-Ni ellos, ni yo, que soy más sabio por la edad, podemos traer a la emperatriz de vuelta, majestad, necesito que me proporciones un carruaje, tengo que ir a Alahd, por quien puede traer a tu esposa de vuelta- dijo el viejo

-A Alahd?.. pero no hay nadie ahí, está abandonado..-

-No del todo, pero debo darme prisa, por favor, présteme un carruaje, tardaré como máximo dos días, esos jóvenes no tienen mucha experiencia pero son más fuertes que yo, podrán mantenerla aquí, pero se me agota el tiempo-

Sovieshu accedió rápidamente y el hombre dio marcha a aquel pueblo, azotado por la guerra que se dio hace años, éste pueblo estuvo entre el imperio Occidente y Oriente, cuando se dio la guerra, muchas de las personas murieron ahí siendo víctimas del conflicto de ambos imperios, se desconocía entonces la existencia de aquél lugar, se creía abandonado, pero no del todo, ahí había vegetación y magia abundante.

Los magos usaban poca cantidad de magia, pero siendo tres, se darían fuerza suficiente para aguantar y mantener al alma de Navier en su cuerpo, los médicos Reales no podían hacer nada, así que se retiraron, Sovieshu estaba desesperado, su hijo estaba con él.. pero a qué precio? Navier volvería.. verdad?

[...]

-Que.. que ella qué..?- dijo Heinrey atónito por las noticias de Mckenna

-Ella murió, se divulgó por todos lados que no aguantó el parto..-

-No ella.. iba a nacer en dos meses no?..- dijo Heinrey, no podía aceptar que Navier muriera, no así, se suponía que sería feliz con su hijo y Heinrey podría ser su concubino, pero no podía morir

-Su parto fue prematuro, la hierva abortiva que le diste a Rashta, la usó con Navier-

-...- Heinrey preparó una hierva supuestamente para ayudar al desarrollo del bebé de Rashta, pero en realidad era una droga abortiva, Rashta se dio cuenta y usó las plantas para Navier, esa maldita..

-Mckenna.. matala..- dijo con una crueldad y frialdad que no eran propias de Heinrey, hasta Mckenna desconoció a su primo

-Ma..matarla? No es demasiado?- dijo Mckenna con miedo, la mirada de su primo era penetrante

-No, Así que.. mándala a matar, que entren a su alcoba y la asesinen de la peor manera posible..-

-Ella.. esta en un calabozo-

-Aún mejor, MATALA..- dijo Heinrey y Mckenna accedió, contrató a un asesino a sueldo y este aceptó por la cantidad de dinero que le era entregada, gracias a Mckenna se teletransporto junto a él, llegaron en 10 segundos, al llegar, estaban frente al calabozo, la mujer al oír ruido se levantó

-Emperador?? Por favor, sáquenme de aquí!- imploraba Rashta, la puerta fue abierta y el asesino entró, espantando a la mujer -Q..Quien eres!?- dijo con temor al ver al encapuchado acercarse

-Me dieron un buen dinero por matarte de forma dolorosa, eres demasiado hermosa así que te cumpliré el deseo de elegir de qué manera te mataré..- dijo el hombre, sacando una daga, una cuerda y un látigo, Rashta quedó horrorizada y miró con terror como la puerta poco a poco se cerraba, lo último que pudo ver antes de que no hubiera salida, era el cabello azul de Mckenna y una mirada glacial, la puerta se cerró..

Pasados dos minutos, gritos desgarradores y golpes comenzaron a escucharse de aquél calabozo, Mckenna sentía pesar por ella, diez minutos después no se escuchaba nada, solo golpes. El asesino salió del calabozo cubierto de sangre, Mckenna sintió algo de asco al ver todo el líquido rojo gotear de las vestimentas de él, a punto de irse decidió mirar para ver la escena, y sé arrepintió de acerlo.. tan devastador, tan horrorosa era el lugar que sintió náuseas, su estómago se revolvió y tuvo que darse la vuelta y devolver lo que había almorzado, era fatal, totalmente horrible.. miró con terror al encapuchado que, como si de otra cosa se tratara, se limpiaba con un pañuelo toda la sangre de su cara, tenía una sonrisa tétrica, cómo pudo disfrutar el torturar de manera tan horripilante a esa pobre mujer??

De verdad.. lo que Rashta Izkua se merecía, a lo que le había hecho, era demasiado, de verdad, ella no merecía todo lo que había sufrido.. tomó con asco la mano del hombre y con la magia de Mckenna desaparecieron de ahí, no sin antes, Mckenna preguntar con odio al hombre que tenía al lado

-Lo has disfrutado? Disfrutaste lo que le hiciste a esa mujer? Matarla de ese modo?-

-Por supuesto, fue glorioso cada momento, si hubieras visto.. le..-

-No quiero oír detalles.. no me interesa...- dijo el peliazul y desaparecieron por arte de magia

(Cabe resaltar que eh sentido náuseas por la escena anterior, sufrió innecesariamente, pero todos la querían muerta, no diré porqué murió. Simplemente no lo haré)

[Dos días después]

-Alteza, llegó el gran mago- dijo un guardia, Sovieshu se levantó y caminó con una rapidez fugaz donde estaba el anciano que había ido por la persona que le devolvería a Navier, al llegar al salón pudo visualizar al anciano, éste estaba acompañado de lo que parecía un mujer, tenía una túnica que cubría parte de su cara, pero llevaba un vestido negro bien hecho de encaje negro, la mujer se quitó la capa y descubrió su rostro, tenía el cabello largo y tan negro como la misma noche, una piel blanca, demasiado blanca y las mejillas de un color rosa natural, los labios rojos como la sangre y unos ojos azules que eran tan claros que parecían blancos, Sovieshu, pesar de estar casado, se quedó maravillado con la belleza tan perfecta de la mujer, la misma hizo una reverencia y habló, tenía una voz dulce, no demasiado, era un tono perfecto

-Alteza.. vengo a ayudar a la emperatriz- dijo la hermosa mujer

-Si.. cuál es su nombre?- preguntó con intriga, cuál sería el nombre de una belleza como ella? La mujer sonrió y mostró una sonrisa perfecta y totalmente blanca, volvió a hablar

-Que educación la mía.. Soy la bruja de Alahd, mi nombre es T/N Blancharth..-

~Volver a estar contigo~  // TERMINADA💕💤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora