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N a r r a d o r

-Como estoy?- dijo Navier, Sovieshu con total concentración, asintió sin dejar de ver a Navier

-Estoy bien, gracias, y tu majestad?-

-Navier-
Interrumpió el emperador con una cara de disgusto, Navier pensó que éste querría pelear, así que se preparó para cualquier respuesta de Sovieshu

-Quiero que me digas Sovieshu, nada de emperador mientras estemos juntos- La emperatriz se quedó perpleja, no esperaba para nada esas palabras de su boca

-Yo..- Dijo Navier -Está bien Sovieshu-

Navier siguió comiendo, bajando la mirada tratando torpemente de ocultar lo enrojecido de sus mejillas, pues le era incómodo comer mientras su esposo solamente la contemplaba abrir y mover suavemente su boca, se aclaró la garganta y dijo

-tengo algo en la cara?- dijo, pensando que esa era la razón por la cual éste la miraba así

-todo está perfectamente bien con tu cara Navier- dijo Sovieshu, embobado con la cara de la emperatriz, no podía parar de verla y contemplarla, parecía que se había atrasado el tiempo, aún así le encantaba tener a Navier nuevamente frente a él

-Te vas de cacería en un mes no?- esta pregunta desconcertó a Sovieshu de sus pensamientos, y con total credulidad, preguntó

-Cómo, perdón?-

-La cacería, la que realizas anualmente, será este mes verdad?-

La cacería, ese día donde había conocido a Rashta atrapada en una de sus trampas de caza, su cara se ensombreció, ella sería la ruina, pues si la traía para curarla, ella haría cualquier cosa para quedarse, y todo volvería a pasar de nuevo y perdería a Navier otra vez, este último pensamiento lo aterrorizó, pues no estaba dispuesto a perderla nuevamente por un error, se pasó las manos por el cabello, preocupado, pues no quería ir, pero si no iba, Rashta moriría de hambre, sed o por causa de un animal salvaje

-Sovieshu, qué sucede?-
Dijo Navier preocupada por la expresión del emperador, éste volvió, intentó despejar esa idea de su mente y comió, al terminar, le preguntó a Navier si quería caminar

-Por supuesto, gusta que lo espere mientras se cambia, Sovieshu?-

-Oh sí, no tardaré nada, ya regreso Navier- dijo este, dándole un fugaz beso en la boca, subiendo las escaleras a toda prisa, la emperatriz se tocó los labios, aún tenía la sensación ardiente de los besos que anteriormente le había dado su esposo, mientras tanto con Sovieshu, apenas llegó a su alcoba, se desnudó, la mucama le dio una muda de ropa y este se la puso con total rapidez, salió a toda prisa y a medias escaleras, se tropezó, éste cayó rodando por los últimos escalones y terminó justo a los pies de la emperatriz, Navier se arrodilló rápidamente

-Estas bien, Sovieshu??- preguntó preocupada, pues el golpe que se había dado fue demasiado fuerte, tanto, que una pequeña grieta surgió en la baldosa

-Estoy bien, Navier, no te preocupes- dijo Sovieshu levantándose y poniéndo de pie a Navier, junto con él, la tomó de la cadera y caminó rumbo a la puerta que daba al patio

-Sovieshu- lo detuvo Navier, éste se volvió hacia la emperatriz, quién lo miraba con una cara de preocupación severa

-¿Qué sucede Navier?-

-No está bien, acaba de caer de 10 escalones, volvamos dentro, que te revisen y ya veremos si estás bien- Dijo Navier dándose la vuelta, cuando una mano la detuvo del brazo

-Navier, estoy bien, no quiero perder ni un minuto contigo, hagamos todo lo que nunca hicimos, si?-
dijo Sovieshu, con un toque melancólico en su voz, tal vez todo era producto de su imaginación, y al despertar, Navier ya no estaría con él y todo seguiría la misma rutina, despertar, perder la cabeza y salir a buscar a Navier por todo el palacio, hasta caer la noche y recuperar la cordura, recordando la falta que le hace, dormir y repetir la rutina, una y otra vez, hasta morir de demencia.

-Por favor, demos un paseo, después volvamos dentro, cenemos y conversemos, si?-dijo el emperador.
Navier aceptó, un rato después de conversar, besos sorpresas por parte de Sovieshu y un par de abrazos, Volvieron a la calidez del palacio

-Bueno, Sovieshu, ya es tarde, iré a dormir buenas noches

-Navier..- Dijo Sovieshu

-Si?-

-Dormirías conmigo hoy?- dijo Sovieshu sin más, Navier se sorprendió por la facilidad con la que hizo su petición, no recordaba la última vez que estuvieron juntos, pero ya iba bastante tiempo

-Esta bien, Altez- dijo Navier dándose cuenta instantáneamente de su error y volteando a ver a Sovieshu, quien tenía una mirada de disgusto -digo.. Sovieshu- prosiguió

-Te espero en la alcoba- dijo dándole un beso en la frente y subiendo a la alcoba, La emperatriz se dio vuelta y pidió a la condesa Eliza y a Laura que prepararan una bata para ella y un baño, sus damas de compañía aceptaron llenas de curiosidad, al terminar su baño, se vistió con un camisón blanco y algo transparente, elegido por Laura, a quien la condesa Eliza regañó por darle esa bata específicamente, Navier se desató y cepillo su cabello suavemente, a las ocho en punto, Navier estaba frente a la habitación donde yacía el
"lecho nupcial", titubeó, y finalmente tocó suavemente la puerta, apenas retiró la mano, la puerta se abrió rápidamente, dando a un Sovieshu en camisa blanca, con los primeros cuatro botones desabrochados y un pantalón de seda, éste se hizo a un lado, invitando a pasar a Navier.

- Gracias Laura, Condesa Eliza, ya no requerimos sus servicios por el resto de la noche-
dijo, cerrando la puerta tras de sí, y mirando a Navier, la ventana estaba abierta, así que la luz de la luna traspasaba la delicada seda con la cual, vestía su mujer, dejando ver suaves y grandes curvas, Navier puso las manos sobre su regazo, nerviosa e incómoda, viendo cómo su marido estaba sumido contemplando su cuerpo bajo la tenue luz, aún con tan poca iluminación, era evidente el rojo intenso en las mejillas de ambos emperadores, tras dejar de ver, Sovieshu se acercó a Navier

~Volver a estar contigo~  // TERMINADA💕💤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora