S i e t e

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N a r r a d o r

Eran menos de las 6 a.m.

Navier fue la primera en despertar, ella al abrir los ojos, vio el pecho desnudo de Sovieshu, subió un poco su mirada y vio su cara, estaba dormido tranquilamente, al reaccionar un poco, vio cómo, tanto su cuello como el de su esposo, estaban totalmente llenos de marcas que hacían notorio el hecho de que la noche anterior se divirtieron bastante, al enderezarse, sintió un dolor inmenso en sus piernas y en su parte baja, tanto fue el dolor que jadeo, no quiso hacer mucho ruido para no despertar a Sovieshu, así que poco a poco se arrastró hasta la orilla de la cama, al sentarse completamente, otro sonido de dolor salió de su boca, Sovieshu se despertó por el ruido anterior

-Lo siento.. vuelve a dormir- dijo intentando disimular su cara de dolor, pero no resultó, por lo cual el pelinegro se despertó completamente y algo preocupado al ver la cara de Navier

-Estás bien Navier?- dijo acercándose a ella rápidamente, pero sintió un dolor en las piernas que lo hicieron torcer la cara en una mueca ligera de dolor

-Te duele? Estás bien?- dijo Navier, mirándolo

-No.. no, está bien, te duele a ti?-
Dijo Sovieshu tocando la espalda desnuda de Navier, quien sólo se limitó a asentir, Sovieshu mandó traer un vestido a la emperatriz, la mucama desde afuera aceptó y corrió rápido por la vestimenta de la rubia, al llegar, ésta tocó la puerta

-Su alteza, traigo la vestimenta de la emperatriz- dijo algo nerviosa, pues nunca había entrado a la alcoba del emperador

-Entra- habló una voz grave del interior.
La mujer entró apresuradamente, y cual fue su sorpresa al ver al emperador vestido Sólo con un par de pantalones y una camisa arrugada sin abrochar, parado al lado de su esposa, la cual yacía en la orilla de la cama, cubriéndose con una manta hasta el cuello totalmente ruborizada y mirando al piso, la mucama bajó la vista al suelo y le entregó la ropa a la emperatriz, luego de esto, salió apresuradamente de la habitación

-Bien.. te ayudaré a vestirte- dijo Sovieshu acercándose con lo que parecía la pieza que iba debajo del vestido, Navier asintió avergonzada, el pelinegro nunca había visto tales partes de los vestidos, pues jamás había ayudado a alguien a colocarse uno, por lo que sus intentos de averiguar que parte de la ropa iba primero causaban risas en Navier, un rato después, logró vestir exitosamente a la rubia, quien luego le ayudó a vestirse, Navier se miró al espejo y acarició su cuello con un pequeño sonrojo en sus mejillas, estaba cubierta de chupetones, por lo que sólo se acomodó el cabello por enfrente tratando de cubrirlo, al salir, era una escena linda de ver, El emperador y la emperatriz del imperio Oriente caminaban lenta y tranquilamente por los pasillos, el emperador sostenía de la mano a la emperatriz quien caminaba con cuidado, era una escena tierna, pero la verdadera razón por la cual estaban abrazados al caminar, era por que las piernas de Navier aún no recuperaban fuerza y se caería apenas la dejaran caminar sola, así que Sovieshu la ayudaba a caminar de una manera disimulada..

Al llegar a la sala de comida de sus majestades, Sovieshu le ayudó a Navier a sentarse, luego trajo su comida al lado de ella y conversaron un rato, hablaron sobre el cumpleaños de Navier, el cual de aproximaba y éste le propuso lo mismo que le propuso la primera vez, ir a la casa de campo imperial, ella aceptó, al terminar, él nuevamente ayudó a levantarse y a caminar a la rubia, pero se distrajo un momento viendo desde la cocina a Rashta con sus damas preparando algo, Sovieshu soltó a Navier y esta cayó al instantáneamente al suelo, antes de que su torso chocara duramente al suelo, Sovieshu la tomó del brazo y la levanto rápidamente..

-Lo lamento! ¿Estás bien Navier?- Dijo Sovieshu apenado, pues por su error, Navier había caído al suelo

-Estoy bien.. no te preocupes, fue un accidente- dijo ella totalmente tranquila, antes de que pidiera volver a hablar, Rashta se acercó junto a la vizcondesa Verdi, ambas damas hicieron una reverencia de respeto, y Rashta ofreció una charola de plata con un par de tazas con té..

-Buen día majestades, cómo disculpa por la.. otra noche- dijo mirando a Sovieshu, quien este solamente volteó a ver a Navier, Su mirada hacia Rashta era glacial, daba terror, la peliblanca lo notó y se estremeció por la tétrica mirada de la rubia hacia ella..
-venia a ofrecerles este té, me lo han dado las damas de la cocina para ustedes- dijo ofreciendo el té y dejándolo en la pequeña mesa que estaba en la jardinera, donde ellos solían tomar el té, Rashta nuevamente hizo una reverencia y se alejó, pero tenía una sonrisa en la cara que daba mala espina, ambos emperadores lo notaron

-Quieres té?- dijo Sovieshu acercándose sin soltar a Navier, ésta asintió, el pelinegro la sentó en la silla frente a él, específicamente La vizcondesa Verdi había colocado una de las tazas en el lugar de la emperatriz, esto no le agradó a Sovieshu, pero antes de poder decir algo, Navier tomó la taza y bebió un poco del líquido dentro de esta

-Que delicia- dijo, para después dedicarle una tierna sonrisa a su esposo y volver a beber té, Sovieshu no tenía buena espina de ese té, pero aún así lo bebió, cuando acabaron el contenido de sus tazas, la rubia se preparó para retirarse, apenas se levantó, cerraba y abría los ojos intentando enfocar la mirada

-¿Navier? ¿Qué pasa?- dijo Sovieshu tomando la mano de esta, Navier tocó su frente con la yema de sus dedos, apenas lo hizo, cayó inconsciente al suelo, su boca comenzó a sangrar, Sovieshu se levantó y colocó a Navier en su regazo acostandola, la miró horrorizado..

-¡Condesa Eliza! ¡Laura!- llamó a gritos el emperador al ver a Navier en ese estado, su cuerpo temblaba, su para palidecia y cada vez más sangre salía de su boca, rápidamente Sir Artina y las damas antes mencionadas aparecieron en el jardín, las damas de compañía de Navier se acercaron corriendo a ella e intentaron hacerla reaccionar, mientras que Sir Artina corrió por ayuda de los médicos del palacio..

[10 minutos después..]

-Ésta taza.. - dijo un guardia al mirar la taza que estaba en el piso

-¿Ese te qué?- dijo Sovieshu acercándose rápidamente, se habían llevado a Navier de urgencia a su alcoba y no sabía nada de ella, estaba desesperado

-¿Te? Majestad, esto no es te, son hojas de belladona, florecían en mi hogar, saben igual al té, más no lo es.. esto..- dijo el mismo guardia, llamándo la atención del emperador y los médicos del palacio
-estas hojas por cómo las prepararon.. son con fines de envenenamiento...-
















































































#drama si-

~Volver a estar contigo~  // TERMINADA💕💤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora