CAPÍTULO 33

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Un largo suspiro se escapó de los labios carnosos y rojizos de Jimin.
Los días habían pasado con gran velocidad, en un abrir y cerrar de ojos, ya hacía tres meses que Jungkook se unió al equipo de trabajo de la cafetería. No podía negar que los primero cuatro día habían sido un completo desastre, platos rotos, órdenes mal tomadas y tazas jabonosas sin enjuagar adecuadamente. Sin olvidar el pequeño y a la vez, gran percance que tuvieron aquel día en la adorada cocina de Jin, Jimin aún podía recordar la escena, podría jurar que le pareció ver a una madre muy enfadada regañar a sus dos pequeños y traviesos hijos. Aquel incidente por supuesto que Jin no lo habría dejado pasar jamás, ahora, podría decirse que se había hecho de dos empleados a tiempo indefinido, sin objeciones.
Llegado a un punto, Jimin realmente pensó que Jungkook desistiria, dándose cuenta que este realmente no era un trabajo para él, después de todo, su lugar eran las sofisticadas oficinas y las constantes reuniones de trabajo, recibiendo siempre atención por todos y solo moviendo sus manos para firmar papeles importantes. Sin embargo, más allá de lo que Jimin pudiese creer, realmente el imponente alfa había logrado adaptarse muy bien al trabajo pesado, sin temor a ensuciar sus manos limpiando o haciendo cualquier otra actividad para nada común en un alfa que se encontraba en la cima de la sociedad.

Era divertido verle esforzarse tanto, y a la vez muy admirable, siempre intentaba mantener una gran sonrisa en sus labios, sin quejarse por nada y asintiendo a todo lo que Jimin y Jin le pidiesen. Gracias a la llegada de Jungkook, y ocasionalmente de sus maravillosos hermanos, la cafetería se había vuelto mucho más popular y concurrida de lo que solía ser. La gente adoraba la idea de disfrutar de una buena rebanada de pastel preparada por Jimin, un café no tan dulce del cual se especializaba en hacer Jin y la vista de hombres alfas guapos y bien dotados caminando de un lado a otro, al pendiente de cualquier cosa que pudiesen necesitar. Por supuesto, todo aquel grupo de trabajo liderado por el pequeño y adorable alfa Ha-neul, quien se autoproclamó el líder y responsable de cada persona en el café.

Jamás había escuchado tantas propuestas de matrimonio en un lapso de solo tres semanas, los hermanos Jeon rechazaban cortésmente al menos cuatro propuestas de matrimonio o "salir a comer" al dia.
En sus múltiples idas a la cocina y entrada del café, pudo escuchar a las señoras mayores ofrecer citas a ciegas, siendo Namjoon el más solicitado y molestado.
Él solo respondía tranquilamente y rechazaba a cada una de ellas, por su parte Hoseok se reía escandalosamente y les seguía el juego hasta cierto punto, aunque finalmente desistiendo también. A ninguno le causaba muchos problemas escuchar esas palabras, bueno, a la mayoría de ellos. Todo era distinto si se hablaba de Jungkook, él se veía realmente incómodo cada vez que alguien se le acercaba o le pedían su número celular, buscando contactarlo. Siempre lo encontraba observándole, aveces bajando la mirada con rapidez, y otras veces tardando un poco en hacerlo.

Jimin lo sabía, no era un tonto ni alguien ciego, tenía conocimiento de lo que sentía Jungkook y por qué rechazaba constantemente esas atractivas invitaciones. Era inevitable no notar sus sentimientos al ver como intentaba rozar aveces sus dedos al sostener el mismo vaso, o inclinar demasiado su cabeza, en un intento por sentir el tacto de sus cabellos o el aroma de estos.
Siempre que hubiera algo pesado, él se negaría rotundamente a que Jimin lo levantase, además, procuraba atender a todas las personas que pudiera, dejando a Jimin libre para sentarse un momento.
El sentimiento amargo se apoderaba de su corazón al verle esforzarse tanto por algo que el propio Jimin no quería considerar, y por ello, prefería ignorar.

—¿papá? —le llamó Ha-neul con una dulce voz y un adorable puchero en sus rojizos labios —¿ya puedo jugar con el señor Jeon?

Jimin levantó con facilidad a su pequeño hijo y lo abrazó, buscando confort entre sus pequeños y delicados brazos y su delicada esencia a fresas

My loyalty to you/// KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora