Una pequeña respiración relajada fue la respuesta a las caricias de Jimin dirigidas a un pequeño alfa que ahora dormía plácidamente, abrazado de su peluche favorito.
Los días en la escuela eran pesados pero agradables para el extrovertido niño y luego de una semana cansada, mañana al fin sería el último día antes de dar la bienvenida a un breve descanso realmente merecido.
Al comprobar que Ha-neul no se despertaría pronto, Jimin se levantó despacio, sin hacer mucho ruido mientras se retiraba de la habitación y cerraba lentamente la puerta color caoba.
En este horario nocturno, normalmente no tenía más que hacer, la cafetería se encontraba cerrada y luego de un vistazo rápido a la sala, en donde Jin se encontraba dormido con un libro sobre la cabeza y una barra de chocolate abierta a medio comer, ahora solo le quedaba volver a su habitación y asearse antes de dormir.
Por supuesto, todo aquello podría hacerlo después de buscar alguna manta para Jin quién, para variar, vestía un pijama muy ligero. Las noches eran muy frías últimamente, Jimin sabía que si lo dejaba así, Jin aparecería mañana con un resfriado molesto e innecesario, de esos que odiaba demasiado.
Sus pasos tomaron el rumbo de su habitación, en busca de alguna manta lo suficientemente cálida para la persona ahora desmayada en el sofá. Inspeccionando minuciosamente por todo el dormitorio, se dio con la sorpresa de que actualmente no tenían alguna disponible. Con una palmada mental, se recordó que hacía dos días Jin las había enviado todas a la lavandería, con la excusa de su próxima utilidad, y en consecuencia, ahora no contaba con nada lo suficientemente abrigado para él.
Aún sabiendo aquello, prefirió seguir buscando entre los cajones de un ropero antiguo de madera, aquel que tanto le gustaba a Jimin por su material elegante y macizo, la caoba era realmente hermosa.
Sin éxito, estaba a punto de darse por vencido cuando notó el último cajón, uno muy pequeño, en este mueble. Parecía algo escondido, la expresión de Jimin se llenó de confusión al percatarse que había olvidado por completo el contenido de este, ¿qué fue lo suficientemente importante como para guardar y esconder en un cajón con llave? No lo sabía, y aunque no quiso admitirlo, la curiosidad le ganó esta vez.
Después de buscar y encontrar con facilidad el juego de llaves que siempre guardaba en su mesita de luz, se arrodilló frente al cajón mientras abría el cerrojo algo oxidado.
Tan pronto lo abrió, se apresuró a averiguar el contenido de este sacando con rapidez todo lo que había. Una gran sonrisa se formó en sus rojizos labios cuando observó uno a uno los objetos muy pequeños y de variadas tonalidades pasteles, todos aquellos aún conservando un dulce aroma de bebé.
Aquellas eran las pertenencias de su pequeño hijo, cuando aún no podía pronunciar palabra alguna, todas ellas impregnadas con su esencia, la cual había sido muy diferente a la actual. Los niños solían conservar fragancias de leche antes de los tres años, después, adoptaban el aroma de diversas flores hasta los quince años, donde desarrollaban sus propias feromonas y fragancias característica.
Acariciando con su mejilla el pequeño y suave babero azul, Jimin continuó observando los zapatos que había usado cuando era un recién nacido. Al contemplarlos, podía recordar vividamente como se había sentido el tener a su dulce bebé en brazos, tan indefenso y pequeño, un regordete bollo al vapor sonrojado y con enormes ojos azules que le observaban fijamente, como si entendiese lo mucho que le amaba desde que le sintió por primera vez. Aquella conexión que compartían era única, innegable e irrompible, Jimin lo sabía y lo amaba, mucho más que a si mismo.
Sus ojos vagaron por todos los objetos, desde la pequeña ropa hasta los biberones más usados, sin embargo, su mirada se detuvo en seco sobre un objeto en particular. Su cuerpo pareció paralizarse al recordarlo, algo que pensó había desechado hace mucho tiempo, una cosa que simplemente no deseaba ver más... Un desgastado y parchado oso de peluche.
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My loyalty to you/// Kookmin
FanfictionJimin tiene el corazón roto, la única persona a la que amó en toda su vida le falló, aquella forma sucia de jugar con su corazón era más que denigrante, sobretodo para una persona que jamás tuvo nada en la vida. Ahora está completamente solo, sin di...