Jimin tiene el corazón roto, la única persona a la que amó en toda su vida le falló, aquella forma sucia de jugar con su corazón era más que denigrante, sobretodo para una persona que jamás tuvo nada en la vida.
Ahora está completamente solo, sin di...
Cuando el gusto desagradable y la incómoda sensación fueron prácticamente insoportables, Jungkook pensó que había tenido más que suficiente, aún si por el momento no era capaz de reunir fuerza que le permitiera mover su cuerpo, todavía gozaba de pequeños lapsos que hacían posible el recobrar brevemente la razón. Pero aquellas manos ajenas no parecían importarles el rechazo absoluto que mostraba Jungkook, decidiendo solo ser irrespetuosas e incómodas.
Las náuseas se asomaban con fuerza a su garganta, sumado al dolor que fuertemente golpeaba de forma constante su cabeza, le resultaba difícil respirar y su cuerpo no respondía a ningún llamado lo que hacía aún más complicada la lucha para alejar a la persona que estaba intentando retenerlo en el suelo.
Sus pensamientos estaban en completo desorden, no lograba entender lo que sucedía a su alrededor, solamente podía sentir dos manos intentar recorrer su cuerpo sin permiso alguno lo cual ocasionó que en su corazón predominará una ira inmensa, ¿por qué debía aguantar esto? ¿Dónde estaba Jimin? Necesitaba que le salvará pero ya no podía resistir más por su llegada.
"¡DÉJAME YA, DÉJAME!" Un estruendoso gritó se escuchó por todo el departamento en el instante en que Jungkook reunió la fuerza suficiente para lanzar un golpe furioso y resentido.
Se escuchó un repugnante crujido por la silenciosa habitación, deteniendo así todo movimiento. Jungkook no había dudado ni por un momento en golpear brutalmente el rostro de aquella desconocida persona, quien inmediatamente cayó al suelo debido al implacable impacto.
Permaneció inmóvil por un minuto, aún aturdido por el violento ataque. Un grito desgarrador salió de los labios del joven omega, que inmediatamente llevó ambas manos a su rostro, sintiendo como su mandíbula estaba ligeramente desviada y el dolor indescriptible crecía con rapidez
El gusto distintivo del hierro inundó su adolorida boca, haciéndole consiente del extremo daño en ella, aquel era sin duda un dolor insoportable más aún para un delicado omega quien evitó toda su vida cualquier daño y trabajo pesado. Toda actuación planeada quedó en segundo plano al sentir su bello rostro deformado por el golpe
—¿¡QUÉ LE HICISTE A MI ROSTRO?! —le reclamó eufórico —¡MI HERMOSO ROSTRO!
Aquellas hermosas facciones y delicada piel siempre le habían otorgado los mejores trabajos y los más distinguidos clientes, era simplemente un omega que había sido bendecido por dios, pero ahora todo estaba arruinado... ¿Qué era este indescriptible dolor que no parecía querer ceder? ¿Por qué la sangre caía sin detenerse? Y las protuberancias nada normales en sus mejillas, ¡No podía aceptarlas! Con la desesperación dominando su actuar, ni siquiera pensó en la persona que dejó atrás cuando salió a toda velocidad por la puerta, aún tocando su rostro con desesperación mientras gritos histéricos se escuchaban salir de su boca.
El fuerte ruido que hizo la puerta al cerrarse de forma violenta fue lo que despertó a Jungkook de su aturdimiento, solo para que en ese momento lograse percatarse del líquido que caía sin control desde su nariz, bajando por su barbilla hasta terminar como gotas en el suelo. Solo cuando sus dedos lo rozaron un poco pudo ver el color carmesí que las distinguía. Aquella persona descarada no era Jimin, sus corazón lo sabía, pero... ¿por qué no podía controlar su cuerpo? Tenía tanto sueño, la sangre caía pero ya no la limpiaba.
El dolor que sentía en aquel momento no le permitió pensar en nada más, su cuerpo afectado por esos síntomas finalmente agotó su fuerza, provocando que su vista se nublara y que cayera con un fuerte golpe al piso, dejándolo completamente inconsciente.
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