Abri los ojos con una respiración entre cortada, reaccionando al momento. Levantándome del sueldo rápidamente, mire con cautela el obscuro y tenebroso lugar. Solo era un cuarto vacía con una gran puerta vieja al centro.
—¡¿Reyes?! ¡¿Dónde estás maldita perra?!¡Pagarás por todo!—grite llena de irá con ojos brillando en furia escarlata, moviendo mis dedos para sacar de nuevo mi poder enojada y recordando lo que había hecho, cada maldito detalle, Me acerque a la gran puerta tratando de abrirla pero está no me dejaba, levanté mis manos formando una esfera para abrirla, pero al momento de lanzarla, mi energía se esfumo, mi mutación parecía bloqueada.—¿Que mierdas pasa?—Volvi a intentarlo una y otra vez pero sucedió lo mismo cada vez.—¡Mierda! ¡¿Que me hiciste Reyes?!—Golpee la puerta frustrada.
—La locura me ha encerrado Y tu mundo sano ha sido distorsionado...—Escuche una voz. Me volteo rápidamente tratando de localizar la fuente de ese voz pero no veo nada en absoluto... La habitación seguia sola—Se te ha plantado en la cabeza...—Por fin logré ver lo que era una sombra. Mi corazón comenzó a latir duramente sobre mi pecho, casi aplastando mi caja Torácica al ver de nuevo a ese hombre, quien apareció aquella vez que arruinaron mi vida entera... solo que está vez el anciano se estaba transformando en un demonio.
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Asomo su rostro perturbador dando un grito gutural, Volví mi vista a la puerta y con todas mis fuerzas empujaba la puerta para poder salir, escuchaba las pisadas y huesos rotos acomodados del hombre detrás de mi.
—¡Abrete mierda!—La puerta se abrió casi tirándome en el proceso, golpeándome contra la pared en la nariz.—Mierda...—No me di tiempo mas de quejarme para ponerme en marcha.
—Corre, niña, corre tan rápido como puedas—Me dijo viéndome desde la obscuridad antes de escucharlo correr en mi dirección. Rápido me puse a correr sin notar los pasillos que era Iguales, daba vuelta de izquierda a derecha pero no había salidas, solo puertas y pasillos iguales todos.—Ya no sabes dónde estás...
—¡Déjame en paz!—Grite antes de dar una nueva vuelta. Trataba de sacar mi mutación pero no lo lograba, hasta qué en la última puerta encontré un armario viejo. Con el demonio sobre mi y el corazón acelerado, Escuchando las pisadas del anciano, entre sin pensarlo.
—Ya no sabes qué es el amor (T/N), Tu reflejo se ha desfigurado. Nadie está aquí, nadie que te detenga.—Me hablo entrando a la habitación. Me puse las manos en la boca tratando de no llorar. Como su supiera dónde estaba se recargo en la puerta—Toc, toc, déjame entrar—Empezo a tocar la puerta del armario. Yo solté un grito.—Déjame ser tu secreto. Toc toc - toc toc Toc, toc, déjame entrar—Con cada palabra golpeaba más duro la puerta. Me abrace las piernas mientras lloraba.—¡Déjame ser tu secreto!.
—¡No!—Grite antes de caer de espaldas. Rodé por lo que parecía un suelo duro hasta parar. —Auch....—Murmure antes reflexionar que pasaba a mi alrededor y de levantarme. Lo que ví me dejó más asustada, en forma panorámica habían muchos pasillos dando como forma un laberinto gigante.—No....—me dije desesperada antes de correr tratando de abrir todas las puertas que podía hasta que di un Grito de dolor desgarrador, Cayendo de rodillas.—No hay salida...
