Nayeon es una joven, una Omega pura con dieciocho años que esconde su aroma entre supresores solo por el miedo de ser marcada.
Probablemente cambie cuando una alfa empiece a defenderla, el verdadero reto es seguir de pie.
¡Momo¡ ¡Top! ¡Alfa! ¡Nayeon...
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¿Como explicas ese sentimiento de alegría al ver a tu pareja despertar después de un día entero? ¿Como lo haces cuando solo quería tomar tu mano en esos dos días y sonreír adolorida? no hay una forma de decirlo.
Pero verla en casa, caminando con cuidado y riendo ante los comentarios que soltaba sobre su trabajo.
Hacer una cita con la doctora que el médico le menciono fue fácil, decirle a Nayeon que debían ir, no tanto. Pero al menos llevarla fue más fácil.
Se veía bonita, con su cabello esponjoso cayendo sobre sus hombros y portando ese lindo atuendo. Que consistía en una sudadera azul con líneas negras y un pantalón negro.
-Hola, tengo entendido que ustedes son la pareja que hoy atenderé. ¿Cierto? - La doctora era una Omega mayor con buen porte.
Nayeon retrocedió, casi escondiéndose detrás de su novia. No quería hablar con ella. No sabía ni a que iban.
- Tu debes ser Nayeon, la Omega de la que me ocuparé.
- Ho-Hola...- Momo sonrió, tomando a su pareja de los hombros y con esfuerzo colocándola adelante de ella - N-No, no quiero.
- Nabong, es por tu bien.
Puchereo, no quería estar sola con esa mujer. No si su alfa estaría rodeada de varias o varios Omegas que estaban en el lugar.
- No tengas miedo, solo hablaremos. Así pasa.
Momo dejó un beso en sus labios para dejar otro en su frente soltando sus manos y animandola a avanzar.
- Entra...- Paso con miedo a la Oficina. Observando el lugar amplio y un escritorio - Toma asiento, ahora vengo.
Obedeció observando el lugar y pasando sus manos por el respaldo de la silla para sentarse algo incómoda.
Que ella sepa, estaba bien de salud, solo por su celo extraño. Pero estaba bien, no estaba enferma.
Nego, no era nada malo. ¿O si?
Mientras sus dudas seguían, Momo fue llevada a otro cuarto donde le dijeron que solo se sentará y observara lo que iban hacer. Que escucharía, pero no debería decir nada.
Asintió, mirando como Nayeon solo estaba sentadita y confundida.
Esto sería difícil, tal vez más complicado de lo que creyó.
Dos minutos después, la doctora estaba sentada mirando a Nayeon y sonriendole con confianza.
- Bien, tengo entendido que tienes dieciocho años. Terminarás la Universidad en un mes y no tienes marca.
- Uhum...
- Puedo preguntar, ¿por qué aún no tienes marca cuando ya tienes una alfa a tu lado?
Tembló, ¿estaba mal no tenerla cuando era joven?
-Y-Yo.., estoy esperando a mis diecinueve. Cuando era pequeña me dije que no era bueno atarme a alguien tan joven. Y le prometí a mi mamá que sería hasta los diecinueve.
