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Con su cabello mojado, el agua corriendo por su espalda y el trasero firme que la ponía más que otra cosa, se abstuvo de tocar esa cintura pequeña y pegarla a su abdomen

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Con su cabello mojado, el agua corriendo por su espalda y el trasero firme que la ponía más que otra cosa, se abstuvo de tocar esa cintura pequeña y pegarla a su abdomen.

- ¿Que tanto me miras?

- Es que, eres sexy. ¿Como puedo ducharme con tremendo manjar a mi lado?

La sonrisa coqueta le dijo todo, cuando se acercó y tomó las manos de la alfa para colocarlas en su cintura. De la misma manera subió las suyas a los hombros para empujarse un poco hacia delante golpeando con intensión el pene de su mayor.

- Eres traviesa.

- Solo hazlo, no te cuesta nada. Será rápido, ¿no?

La junto, llevando sus manos hacia los muslos de su menor.

- Sube tu pierna, cariño.

Obedeció, subió la pierna derecha dejando más espacio.

Un jadeo que reconoció como el sigue de cada día, llevándola a tomar el muslo de Nayeon para levantarla un poco del suelo dejando la punta de su pene duro en la entrada. La pequeña, estimulada, roja y mojada abertura que la esperaba deseosa.

-Mo, vamos - Se hundió, lo suficientemente duro para arrancar el gemido fuerte y agudo de Nayeon, que se sujeto con fuera de los hombros de la alfa y al mismo tiempo echo su cabeza hacia atrás con su cuerpo erizandose.

Le gustaba cuando no tenía piedad con su cuerpo. Cuando seguía siendo dura y apasionada cada uno de los momentos donde se enterraba. Donde golpeaba.

— ¡Oh!.., más rápido.

Empujó, dejando una de sus manos en la pared atrás de Nayeon para empujarse con más fuerza.

Entrando, saliendo y volviendo a golpear su débil punto dejando en claro que solo ella podía darle el placer que deseara.

-Momoring, besame. P-Por favor.

Tomó sus labios bajo el agua. Sujetando con fuerza su pierna doblada y chupando de algún modo la lengua tímida de su novia.

Era dulce, como su aroma. Era fuerte, como su amor.

Supo que no debería esperar, separándose de sus labios con un chasquido lamio la marca para volver a morder. Sabiendo que lo adoraba, cuando el grito lleno de placer fue parte del mejor orgasmo que tuvo en su vida. De los chorros de semen que su menor dejó salir.

Y del suyo, que lleno su interior.

- Uhnng, A-Alfa...- Entendió su calor, no había sido por su culpa. Su menor estaba oliendo más fuerte de lo que recordó - Creo que....Debemos quedarnos en casa.

-Supongo que, si disfrutamos este día en cama no sería malo - Los besitos en su cuello fueron parte de la enjabonadura que fue esparcida en su piel unos minutos después.

~Lazo~// NaMoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora