Y como me lo prometió Anderson y yo dormimos juntos, como cuando haces esas pijamadas con tu mejor amiga y hablan de todo, pero en este caso no hablamos mucho o al menos no cosas intimas, creí poder sacarle cierta información. Del porque vive solo, porque sus padres solo vienen un rato o porque simplemente todo es color negro en su departamento, increíble pero todo es negro negro. Si no miras bien así como yo te tropiezas por todas partes, de por si soy media torpe.
Quise salir de su departamento sin hacer bulla pero fue imposible se escuchaban cada uno de mis tropezones y quejidos.
¿Candy? -Escuche detrás de mi con una voz ronca... Uff que voz caray.
Hups!! lo siento si te desperté no quería hacer ruido y dejarte descansar. -Conteste, aun en voz baja.
Ven regresa a la cama aun es temprano y tenia mucho de no dormir también como ahora. -lo dijo con tanta serenidad al mismo tiempo que extendía su mano hacia mi.
¿Si les dije que todo es oscuro verdad?. Pues aun así pude ver su silueta por la poca luz de los faros de la calle y que cuerpo también hecho. Parecía realizado con técnicas finas de alfarería con los utensilios mas caros y finos, tallado con amor y dispuesto a que fuera la pieza mas bella para ser admirada por los humanos y los dioses y provocar: celos, envidia, deseo y discordia en donde estuviera.
¿Candy? *-Repitió nuevamente.
A si voy... Conteste saliendo de mi momento de captación visual ante el monumento.
Me acosté a su lado, uno al frente del otro sin decir ni una palabra. Sentí quedarme dormida cuando me estremezco al sentir su mano pasar por debajo de mi camisa, su piel con mi piel, su mano acariciando suave mi cuerpo mientras se adentraba alrededor de mi cintura da un apretón hacia su cuerpo acomodandonos como piezas perfectas, como si fuimos hechos a la mediada. No me moví, no respire, no hice nada, solo deje que pasara y un escalofrió estremeció tanto mi cuerpo que jamas me imagine sentir semejante cosa, metió su cabeza bajo mi cuello de una manera tan suave como la seda, no me movía, no quería romper ese momento mágico, y sin pensarlo acaricie su cabezo tan fino y delicado, eran hilos de oro en mis manos y un suspiro unánime salio de nuestros cuerpos como un beso al aire y en ese preciso momento algo nos unió... Algo nos arrastro al centro de la cama y como miel nos derretimos, uno junto al cuerpo del otro.
-Si la paz se pudiera comparar con algo seria este momento, desde que estoy en tierras extrañas no había sentido esta paz que creí solo encontrar solo en los brazos de mamá que estaban ahí dispuestos a mi después de llorar por aquello que dolía el corazón y abría el suelo.
-No te vayas. -porfavor, despues lo aseguro con un fuerte apretón de cabeza sobre mi pecho.
Se rompió mi metáfora -¡NO PUEDE SER!- al escuchar esa frase salir de sus labios (esos labios) pero como decirle que no aquel hombre entre mis brazos que se sentía como un niño solo que busca refugio en su mantita o en ese juguete que guarda con amor y no quiere perderlo jamas y yo me había convertido en ese lugar seguro.
Le bese su frente y le dije en un susurro: Estaré todo el tiempo que quieras mis brazos serán una jaula abierta.
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