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8. Verdades amargas

El domingo por la mañana Caín iba llegando al departamento de Jooin, eran aproximadamente las 9:07 de la mañana, ya estaba desayunado y su cabello seguía húmedo ya que la ducha y la comida le fueron ofrecidas en casa de Yahwi. El rubio entró muy confiado por la puerta dejando sus zapatos en un rincón de la entrada topándose frente a frente con Jooin.

  —¿En donde estabas? Estaba preocupado ya que no apareciste en toda la noche.

Cabe aclarar que Caín le había avisado que saldría al centro comercial y que volvería dentro de poco, jamás le dijo que se iría a coger con la persona que más odia, ese plan fue sacado de la manga en su totalidad. Aparte de eso, estaba escaso de excusas ¿que podía decirle que sonara medianamente creíble? ¿Qué se le hizo tarde en un lugar en el que máximo esta abierto hasta las 10 y tuvo que quedarse en un hotel de paso solo porque no quería molestar a Jooin? Él no era idiota e iba a sospechar, tenía que pensar mejor en los pocos segundos que se le fueron otorgados para pensar en una mejor respuesta.

  —U-un amigo me invitó a su casa— dice finalmente.

  —¿Un amigo?— interroga Jooin con sus brazos cruzados y una ceja arqueada.

  —¡Si si! Alguien del plan de intercambio, veníamos de la misma universidad y nos topamos por casualidad... Bebimos en su departamento un rato, y pues se hizo tarde así que me dejó quedarme por la noche.

Jooin no parecía estar muy convencido, aún no se explicaba el porqué ya venía duchado, pero supuso que ese "amigo" le tuvo la suficiente confianza para dejarlo bañarse en su casa.

  —Hmmm... De acuerdo, esta bien ¿te divertiste?

  —Demasiado— dice Caín inconscientemente, se le olvidó por un momento la mentira y pensó en lo que realmente había sucedido, pero se callo al momento en el que se dio cuenta de esto.

  —Me alegra, a la próxima avísame y así no me desvelo esperándote.

Caín suspira, no sabría decir si de alivio o porque el estrés y el remordimiento de conciencia de mentirle a alguien que aprecia era lo correcto cuando ni siquiera tenía una relación tan profunda con ese gato como para salvarle el pellejo y el suyo propio, además hacía esto en secreto para proteger a Jooin y mantener a Yahwi alejado de él ¿cierto? Eso se suponía que debía ser manteniendo su atención en alguien más, aunque poco sabía lo extrañas que se pondrían las cosas después de esa noche.

...

Ya el lunes Caín iba llegando a la universidad, pidió un taxi para él ya que a Jooin le tocaba llegar un poco más tarde, parecía que todo iría de maravilla hasta que se bajó del auto y camino unos cuantos pasos hasta la entrada que para su sorpresa un hombre grandulón vestido con un traje negro y lentes oscuros parecía estar buscando a alguien. Supuso que estaría buscando a Yahwi, era un joven amo claramente tendría que asistir de vez en cuando a ese tipo de reuniones pero estaba equivocado, pues al estar lo suficientemente cerca el hombre lo tomó del brazo.

  —Tu padre necesita hablar contigo.

  —¿Qué?— no le dio tiempo a reaccionar cuando fue arrastrado por otro más hacia un auto y sentado en la parte de atrás.

Cain estaba aún más confundido, en primera ¿qué no su padre estaba en Inglaterra atendiendo sus asuntos? Y en segunda ¿qué es lo que quiere su padre ahora? Él es consciente de que no es muy del agrado de ese hombre, pero que era lo que específicamente necesitaba que lo interrumpiera tan repentinamente de sus labores escolares.

Después de un rato llegaron a lo que parecía ser una casa, era bastante grande y lujosa, no parecía ser de alguien convencional quizá sería de algún empresario y quien sabe probablemente sería la de un socio de su padre con los que tenía asuntos prioritarios y esa es la razón por la que vino. Se adentró a esa casa con un extraño sentimiento de deja vu, y el mismo hombre que se lo había llevado lo dirigía por unas escaleras con un diseño futurista hasta llegar a una sala de oficina espaciosa. En ella había una gran alfombra plateada con detalles negros y un escritorio al final con una computadora puesta sobre la mesa.