Especial: Who's stronger now?

575 60 8
                                    

Advertencia: este especial tiene contenido sexual descriptivo. Se recomienda discreción.

Yahwi llegó al departamento de Jooin por la mañana, y estaba buscando al chico de cabellos castaños con desesperación que al momento en el que irrumpió en el pequeño apartamento, abriendo la puerta de un portazo no se fijó de aquel otro intruso que vivía con el chico.

Caín se quedó perplejo al notar el descaro con el que el pelinegro entró a su hogar, al hogar de su maestro. Se molesto y tomó al contrario de la muñeca que anunciaba el nombre de Jooin en su búsqueda.

—¿¡Que estas haciendo aquí!? ¿Sabes que esto es allanamiento de morada?— decía jalando la extremidad de Yahwi.

—Eso no importa ¿en donde mierda esta Jooin?— responde con sus orejas alzadas en modo de defensa, su mirada era intimidante y parecía que iba a soltar una mordida, un rasguño o un golpe. En resumen, ese gato estaba preparado para pelear.

—Se fue a la universidad temprano, deberías irte tú también a menos que tengas otros asuntos pendientes aquí.

—Claro, tengo un asunto pendiente contigo— decía el gato quien se acercaba al perro que de igual manera se notaba listo para soltar el primer golpe. —Si tú jamás te hubieras aparecido aquí, nada de esto hubiera sucedido ¿entiendes? Solo te entrometiste en mi relación con Jooin y lo mandaste al carajo.

—¿Fui yo quien lo arruinó o fuiste tú mismo quien lo hizo?

La pregunta enfureció al gato quien sacó sus garras y de un rápido movimiento arañó la cara del rubio, las marcas de las afiladas uñas comenzaron a tornarse de un rojo carmesí, provocando que unas pequeñas gotas de sangre adornaran la piel blanquecina.

—Así es como quieres jugar, huh.

Yahwi no pudo reaccionar al momento en el que Caín lo tomó por el cuello y lo tiró encima de la cama quedando con su cabeza colgando a una de las orillas. No podía moverse ya que sus brazos fueron sostenidos con fuerza por las grandes manos del contrario, apretando sus bíceps hacia el colchón asegurándose de que quedara inmóvil.

—Será mejor que te quedes quieto y seas obediente gatito o esto podría acabar muy mal para ti.

Yahwi siseaba mostrando sus colmillos siendo lo único que podía mover eran sus piernas, pataleaba y movía sus caderas tratando de que el agarre en su parte superior se suavizara y así poder escapar pero fue inútil, además no sabía que pretendía este hombre frente a él pero era seguro... Estaba asustado.
Caín finalmente bajo sus pants grises dejando frente a los ojos ámbar de Yahwi un gran pene, estaba medio duro y era igual de grande de largo que de ancho, ahí se quedó paralizado. El rubio rio con satisfacción mientras soltaba una de sus manos y la colocaba sobre la boca del gato, girando su pulgar alrededor de sus labios rosados y metiéndolo seguidamente.

—Abre tu boca— ordenó el perro, Yahwi mostraba una mirada ya no de furia o intimidante, ahora estaba asustado. El pelinegro abrió lentamente su cavidad vocal siendo posible para el dígito de Caín adentrarse en su boca. —Chupa esto por mientras.

Dijo, Yahwi no tuvo más remedio que obedecer. Hacia su intento por chuparlo, los sonidos lascivos llenaban la habitación, la saliva comenzaba a salir de su boca y goteaba por sus mejillas, succionaba el dedo y jadeaba a la vez que usaba su húmeda lengua para trazar cada chupada que daba. Con un rápido vistazo, noto que aquel pene que seguía frente a sus ojos ahora estaba completamente duro, haciendo que se viera más monstruoso que antes.

—Bien— dice Caín sacando su pulgar de la boca del gato dejando un fino hilo de saliva, ahora acariciando los labios con la punta de su polla. —Abre de nuevo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 08, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora