10. Never tear us apart

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Los últimos días de noviembre se sentían como una eternidad, aunque siendo sinceros no era de mala manera porque eso significaba el final del semestre. Aquel extranjero y el omega habían estado pasando muy buenos días juntos, claro, Caín aún le costaba superar la repentina separación por un tonto error pero al tener a Yahwi a su lado era como un apoyo moral y que, poco a poco, se daba cuenta de que Jooin no conocía a ese chico y le dio una idea errónea de lo que era. Siempre le hablo mal de él, que era una persona peligrosa, manipuladora, lo peor que alguien podía ser encarnado en Yahwi, pero con el paso de los días en los que ambos convivían juntos logró conocer al Go Yahwi del presente que era totalmente diferente a las descripciones dadas por su ex amigo.

Caín adoraba despertar por las mañanas con el olor del cigarro adornado del aroma de Yahwi, observar su espalda desde el cuarto hasta el balcón, admirar cada parte de su cuerpo era lo mejor de su día y cuando el chico se daba cuenta de que lo veía con tanta atención, se acercaba a él apagando el cigarro y dándole un beso amargo acompañado de un "buenos días", no podía estar más satisfecho con ello... Aunque todo fuera parte de una simple ilusión. La realidad es que su relación no era igual de intensa y lujuriosa como lo era en el pasado, tampoco era muy cariñosa, quizá por la reciente discusión y malentendidos que aún quedaron pendientes es que se sentía todo tan incomodo. Yahwi si se apegaba a Caín en lugares públicos, abrazaba su brazo y se apegaba a su cuerpo incluso le daba uno que otro beso pero nada más, era como si hubieran vuelto al escalón uno.

Y no solo eso, pero Jacob continuaba llamando a Caín por unos asuntos, no sólo del plan que "tenían ambos acordado" si no porque el cumpleaños del hermano menor de Caín llegaría pronto, que él no estaba agusto con eso de que se lo recordara a cada rato, sentía que solo lo hacía para atraer medios y limpiar su imagen de un alfa violento e inestable. La fiesta se haría en casa de Jacob, invitaría a varios amigos y obviamente a su ex esposa e hijos (era importante que estuvieran ahí).
Cain si quería festejar a su hermano, pero no de la forma en la que su padre lo haría, no era de forma sincera así que le propuso a Yahwi que lo acompañara hasta Londres a asistir a esa dichosa fiesta.

—¿No será incomodo que un extraño vaya a la fiesta de cumpleaños de tu hermano?— pregunta el pelinegro quien jugueteaba con los cabellos rubios del alfa.

—No creo, mi padre ya te conoce y es probable que mis hermanos te recuerden... Estará bien, tú tranquilo.

—Okay... ¿Y cuantos años cumple tu hermano?

—Uhh creo que va a cumplir ¿19?— decía Caín algo dudoso.

—¿No sabes cuantos años cumple tu hermano?

—¡Si lo sé!... Bueno, a veces.

—¿Y... Cuando es la fiesta?

—Es el 9 de diciembre, en casa de mi padre.

Yahwi sonríe levemente y segundos después su rostro volvió a reflejar una expresión de inseguridad. Aún le quedaban unos 3 días para terminar el curso y suponía que después de eso Caín iba a agendar el viaje, se sentía algo nervioso por estar con tanta gente de cargos tan grandes desde la ultima vez que asistió a un evento así que fue hace años y jamás le quedaron ganas de volver, de hecho, nunca le han gustado solo iba por compromiso, la comida y el alcohol.

...

El día que llegaron a Londres que fue un 8 de diciembre en la mañana no hubo siquiera una mención de un hotel ni establecimientos parecidos en los cuales podían quedarse, incluso no pidió taxi ni nada si no que su hermano mayor fue a recogerlo junto con Yahwi al aeropuerto. En el camino ellos dos hablaron sin parar, mientras que el omega estaba en los asientos de atrás escuchando sus platicas, era curioso porque se preguntaba cuando se llegaría el momento en que Caín y él pudieran tener ese tipo de pláticas tan profundas y largas donde cada segundo cuenta sin importar si lo pasan en silencio.

17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora