「Tú, detrás de todo」

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Si es que existe un destino,

Gavin Reed miró la sangre azul y el arma en sus manos.

— Oh, realmente lo hiciste.

Por favor, cariño...

— La mataste...

Has que pare.

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Detrás de todo

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«Dicen que todo pasa por algo...»

Cierro mis ojos después de mirarte por última vez.

Mis manos caen de tu espalda y mis dedos se arrastran por tu chaqueta. Joder, desearía poder aferrarme a ti. Pero, el invierno de diciembre enfría la habitación del Motel, y desde que te fuiste —aún con tu repentino regreso a Livonia— ya no tengo con que cubrir el frío que dejo tu ausencia y la punta de mis dedos se congelan...

Y si te dedico mi último aliento, tú no me respondes.

He esperado tanto tiempo para verte una vez más... y ya no tengo tiempo para decirte adiós. Veo que una lágrima se escapa de tu mirada. Y vuelvo a la oscuridad.

«Que la vida tiene un revolver y que —para bien o para mal— aprieta el gatillo»

Me sostienes en tus brazos y dejas que tu mano detrás de mi cuello detenga mi caída. Desde esa vez en el mar, he perdido la cuenta de cuantas veces lo has hecho. Supongo que las suficientes para que confiara en ti. Pero... esta noche, déjame caer cariño.

Solo por esta vez, quiero oírte decir la verdad.

(Incluso si duele).

Pero tú me miras y sé qué de nada sirve esperar escuchar tu voz en el silencio de la habitación.

Porque no hay más nada que decir...

«Apuntando a tu corazón»

Hemos pasado tantas cosas juntos y, sin embargo, tú no te acuerdas de nada.

No recuerdas nuestro primer beso en junio o nuestra despedida en septiembre. Ni siquiera recuerdas de cuando te diste cuenta por primera vez que yo también te amaba. Porque para hacerlo, Nines, deberías recordar cuando comenzaste a amarme.

Y tú no recuerdas haberlo hecho alguna vez...

Porque tú nunca quisiste amarme, cariño. 

Es el destino quien te ha malinterpretado. 

«Y dicen también, que si tienes suerte...»

Soy tu inestabilidad y quieres que desaparezca. Pero te acercas de nuevo... y tu piel se derrite tocando mi rostro.

Y sin pedir permiso besas mis labios, en busca de salvación. Pero no sientes nada.

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