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La energía de Mikey siempre se agota más rápido los días en que tiene clase de deportes, él disfruta mucho de ejercitarse pero le aburre tanto tener que correr en un espacio tan reducido como el gimnasio y jugar a los quemados, la única parte buena es que puede golpear a Baji y Kazutora y luego pretender que fue un accidente. Pero cuándo va de regreso al salón él puede ver desde el pasillo aquella cajita de chocolates que destella sobre su pupitre esperando por él y de la nada toda su emoción y energía regresan echándose a correr.

Se sienta emocionado sintiendo como algo recorre su cuerpo y bajo la atenta mirada de sus amigos abre primero la carta, hace mucho que los dulces pasaron a segundo plano.

El patio trasero, hoy a la salida.– lee en voz alta jadeando emocionado y voltea hacía arriba para ver la mirada curiosa de los chicos. —¡Lo veré hoy!– anuncia contento.

Finalmente abre los chocolates para devorarlos antes de que los nervios lo devoren a él y entonces lo recuerda, acaba de salir de gimnasia y está vuelto un asco así que chilla ahogandose con sus dulces. Voltea a todos lados asustado y se levanta para salir corriendo del salón dejando a sus amigos confundidos.

—¿Y ese qué?– pregunta Baji frunciendo el ceño. —¿Tiene bichos en la cola o qué?

—Esta teniendo un colapso porque piensa que se ve feo.– aclara Mitsuya robándose un chocolate. —Debe haber ido al aula de Emma para pedirle su salón de belleza portátil.

—La mochila de Emma es gigante o no trae los útiles escolares.– confirma Kazutora moviendo suavemente la cabeza. De repente su gesto cambia y se voltea a sus amigos para examinarlos. —¿Ustedes si saben quién es el alfa?

Mitsuya niega sentandose en el lugar de Mikey.

—La verdad es que no, el día que los atrapé fumando sé que alguien vino a dejar las cosas pero se me enredo la mochila en el cabello y ya no ví más que una silueta de reojo.– gruñe molesto consigo mismo recordando como dejo escapar un chisme de ese calibre. —Por eso me corté el cabello, me gustaba mi mullet pero me gusta más el chisme.

—No le sabes al cabello largo.– se burla Baji presumiendo su larga y oscura cabellera.

—¿Quién creen que puede ser?– pregunta nuevamente Kazutora examinando a todos sus compañeros alfa. —¿Qué tal Hanma? Él es alto.

—Si pero creo que está cortejando a un omega que va con Chifuyu.– informa Baji negando, su mirada pasea por el resto del salón y asiente mirando fijamente una esquina. —Ran Haitani también es alfa.

—Está saliendo con Nahoya, tarado.– le recuerda Mitsuya chasqueando la lengua. —¿Taiju Shiba?

—Si es él yo mismo me encargo de sacar a Mikey del país.– murmura el alfa de mechas haciendo un gesto.

—Soy yo.– les interrumpe Draken como si nada aguantando la risa cuándo los tres voltean la cabeza más rápido que la niña del exorcista.

—¡No estamos para bromas!– gruñe Baji frunciendo el ceño.

—No es broma, yo estoy cortejando a Mikey.– repite encogiéndose de hombros. —Es que, no sé, me gusta desde hace un tiempo y no sabía como acercarme ¡No se me ocurrió nada mejor! De repente él comenzó a fijarse en este alfa misterio y se me fue de las manos el asunto, por eso hoy le pedí vernos. Yo sé que será raro para él al principio así que estoy mentalizado para cualquier rechazo.

Los tres chicos lo miran fijamente tratando de descubrir cualquier indicio de una broma, esperan el momento en que Ken se suelte a reír diciendo que es una broma y contribuya con su aporte sobre quién podría ser quién está cortejando a Mikey... Pero no sucede, se mantiene firme y recto al respeto haciéndolos jadear sorprendidos porque de verdad se sienten muy ciegos e idiotas al no darse cuenta.

—¿Cómo?– pregunta Mitsuya.

—Le pedí ayuda a las chicas de la clase, les dejaba las cosas y ellas las plantaban. No acordabamos cuándo, solo lo hacían en el momento oportuno.– explica subiendo una mano a su nuca para apretar suavemente. —Un día era una, un día era otra. No le digan nada, quiero que lo descubra él mismo.

Mitsuya jadea negando con la cabeza y levantándose mientras lo apunta con un dedo.

—No puedes hacerme esto.– le reprocha con tono de indignación. —No puedes simplemente venir y soltarme algo de tremenda magnitud ¡Y decirme que no diga nada!

—¡Mitsuya por favor!– le suplica.

Pronto la puerta es abierta de forma brusca y rápidamente entra Mikey cargando un montón de cosas que Emma le ha prestado. Todos lo miran fijamente y él gruñe molesto preguntando que mejor se metan en sus propios asuntos.

Llega dónde sus amigos completamente agradecido de tener la hora libre porque podrá arreglarse y deja caer las cosas sobre su pupitre, está tan ocupado en lo suyo que ni siquiera se da cuenta que sus amigos parecen nerviosos y actúan con especial cuidado.

—Ayúdenme a arreglarme el cabello, no le puse nada y se pondrá todo feo cuándo se seque.– murmura revisando entre los productos que su hermana le ha pasado y sonriendo cuándo da con una crema para el cabello. La levanta pasándosela a Draken y acomoda una silla frente a él para sentarse. —¡Kenchin, peiname!– le exige sonriendo.

—Eres un dolor de cabeza.– gruñe el alfa abriendo el producto y dejando caer un poco sobre su mano.

—¡Rápido, rápido!

Baji suspira y levanta una mano para cubrir la boca de Mitsuya apenas lo ve abrirla, con ayuda de Kazutora lo sacan del salón.

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Mitsuya de verdad no sabía, pq no confían en mi flaco [llanto]

cortejo secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora