Capítulo 76: Por culpa de Giorno

115 13 24
                                    

"¡SHOTOOOOOOOO!", eran lo únicos gritos que se escuchaban en aquellos restos de los que solía ser la capilla, mientras que Izuku y Fuyumi lloraban la muerte de su compañero, hermano y amigo...estaban completamente destrozados...

No había nadie más allí, nadie más que no sea el canario de Giorno los cuales los veía fijamente, grabando todo y transmitiendo al jefe. "Entonces tenemos algo a nuestro favor...", dijo Polnareff viendo al pelirrubio quien veía como el chico, el jefe de esa mafia, lloraba con fuerza la muerte de su amigo...

"Sí...esto es algo que no debes desperdiciar, ¿Entendido?", dijo el jefe de Passione mientras que seguía viendo a aquella cámara. Su atención sería desviada al momento de entrar su esposa por la puerta, quien se quitaba unos guantes quirúrgicos de sus manos y se acercaba al hijo de DIO

"Ya están fuera de peligro...pero los más graves son Donatello, Musashi y Alicia", dijo la mujer mientras que se acercaba a su esposo quien volvió a ver a la tableta. La pelicastaña también vería la tableta, notando como Izuku y Fuyumi estaban llorando y en sus brazos tenían a un bicolor con un gran trozo de hielo atravesado en su pecho...

"Joder...", fue lo único que dijo la adulta mientras que se tapaba la boca, porque pese a que eran enemigos, fue una muerte que a sus ojos era brutal. La mujer era muy empática, por lo que no pudo evitar soltar una lágrimas al ver esa escena melancólica, lloró un poco en frente de su jefe...

"Tranquila, esos son los enemigos, no hay porque sentirse así por ellos", dijo Giorno acercándose a su mujer para tratar de calmarla, pero esta no podía dejar de llorar. El hombre pensaba que tal vez estaba un poco sensible por su embarazo, por lo que terminó por comprender, pero no era solo eso, porque realmente le daba lástima...

"Pe-Pero es normal compartir su pésame, ya que al fi-final...trabajaron con nosotros por un tiempo", dijo Diana quien se limpiaba las lágrimas, eso hizo que el líder arquera una ceja. No entendía porque sentirse así, después de todo, eran los enemigos y si se sentían devastados, en teoría sería mejor para ellos porque no tendrían fuerzas para atacar, pero así era su mujer...

Giorno: Diana...no hay porque sentirnos así...ellos son el enemigo, son traidores, no hay porque sentirnos así por ellos...asesinaron a Mista y Fugo, a varios de nuestros hombres que tenían familia, dejaron graves a nuestros amigos ahora...el que se les haya muerto un integrante, es algo mínimo de lo que se merecen, ¿Entiendes?...no te sientas así...

Diana (llorando): Pe-Pero, no puedo, realmente siento pena por ellos, e-es que me pongo en su lugar, si perdiera a otra persona, no lo soportaría...el ver a alguien más de nosotros, a alguien cercano, morir otra vez...

Giorno: Y aún así lo hiciste, viste morir a Mista y Fugo al frente tuyo, por lo que, ¿De verdad piensas que esas personas merecen un poco de tu compasión?...no lo merecen, escucha, no derrames lágrimas en vano, si lo vas a hacer, que sea cuando se muere alguien de nosotros, no alguien del enemigo...pero, la verdad, no puedo hacer mucho para que pienses de esa manera, porque así eres tú, eres una persona noble...y la verdad, creo que lo único que puedo decirte es...lo siento..

Diana (llorando): -se seca las lágrimas- N-No...está bien, sé que tienes que hacer esto por el bien de Nápoles y está bien, pe-pero no puedo evitar sentirme mal por ellos, estuvimos trabajando 2 meses juntos, pude conocerlos...e-es por eso que les tengo cariño, por lo menos un poco, aunque nos hayan traicionado, pe-pero si tienes que matarlos, lo entenderé, después de-de todo -le sonríe levemente- siempre tienes todo mi apoyo...

Al decir eso, el hombre abrazó cálidamente a su esposa para empezar a acariciarle la cabeza, para poder consolarla de todo lo que sentía. "Gracias...tranquila...todo estará bien, ¿Sí?", dijo el Giovanna mientras que sentía como la mujer asentía con la cabeza y correspondía el abrazo, dejando de llorar un poco, ocultando su rostro en el hombro del jefe de Passione...

Izuku: Mis Diavólicas raícesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora