ACTO I - ESCENA I

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FINES DEL SIGLO XIV Y PRINCIPIOS DEL XV

Gran plaza en el Cusco con el templo del Sol en el fondo. La escena tiene lugar ante el vestíbulo del templo. Vestidos característicos de la época incaica.

(Sale Ollanta, con manto bordado de oro y la maza al hombro. Detrás de él, Piqui Chaqui).

OLLANTA.— ¿Has visto, Piqui Chaqui, a Cusi Ccoyllur en su palacio?

PIQUI CHAQUI.— No, que el Sol no permita que me acerque allá. ¿Cómo, no temes siendo hija del inca?

OLLANTA.— Aunque eso sea, siempre he de amar a esta tierna paloma: a ella sola busca mi corazón.

PIQUI CHAQUI.— ¡Creo que el demonio te ha hechizado! Estás delirando, pues hay muchas doncellas a quienes puedes amar, antes que llegues a viejo. El día que el inca descubra tu pensamiento, te ha de cortar el cuello y también serás asado como carne.

OLLANTA.— ¡Hombre!, no me sirvas de estorbo. No me contradigas, porque en este momento, te he de quitar la vida, destrozándote con mis propias manos.

PIQUI CHAQUI.— ¡Veamos! Arrójame afuera como un can muerto, y ya no me dirás cada año, cada día, cada noche: «Piqui Chaqui, busca a Cusi Ccoyllur».

OLLANTA.— Ya te digo, Piqui Chaqui, que acometería a la misma muerte con su guadaña; aunque una montaña entera y todos mis enemigos se levantaran contra mí, combatiría con ellos hasta morir por abrazar a Ccoyllur.

PIQUI CHAQUI.— ¿Y si el demonio saliera?

OLLANTA.— Aun a él hollaría con mis plantas.

PIQUI CHAQUI.— Porque no ves ni la punta de sus narices, por eso hablas así.

OLLANTA.— En hora buena, Piqui Chaqui, dime sin recelo: ¿Cusi Ccoyllur, no es una brillante flor?

PIQUI CHAQUI.— ¡Vaya! Estás loco por Cusi Ccoyllur. No la he visto. Tal vez fue una que entre todas las sin mancilla salió ayer, al rayar la aurora, hermosa como la luna y brillante como el sol en su carrera.

OLLANTA.— Sin duda ella fue. He aquí que la conoces. ¡Qué hermosa! ¡Qué jovial! Anda en este instante y habla con ella, que siempre está de buen humor.

PIQUI CHAQUI.— No desearía ir de día al palacio, porque en él no se conoce al que va con quipe.

OLLANTA.— ¿Cómo, no me has dicho que ya la conoces?

PIQUI CHAQUI.— Eso he dicho por decir. Como las estrellas brillan de noche, por eso solo de noche la conozco.

OLLANTA.— Sal de aquí, brujo, pues mi idolatrada Cusi Ccoyllur deslumbra al mismo Sol con su hermosura. Ella no tiene rival.

PIQUI CHAQUI.— Aguarda que ahora ha de salir un viejo o una vieja, que creo idóneos para llevar tus recados y hablar con ella; porque aunque soy un pobre huérfano, no quisiera que me llamaran rufián.

OLLANTAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora