capítulo XXII

495 68 59
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


EL MAYOR DE TEMOR DE TLAROC SE HIZO REAL. Sersi, Phastos y Kingo habían desaparecido sin dejar ningún rastro, era peor que sí la tierra se los hubiera tragado. El domo hace semanas que no tenía lecturas de ellos en la Tierra y ellos tampoco se comunicaban en las revisiones de cada tres días que habían acordado hacer.

Tlaroc no tuvo que pensarlo demasiado para señalar que Arishem había movido sus piezas.

"Han pasado semanas. No hemos sabido de ninguno de ellos " Makkari volvió a mostrar un holograma de la tierra donde mostraban la energía, ninguno de los puntos dorados brillaba con la intensidad de un eterno. "Es como sí... hubieran desaparecido."

—Ya se los dije, es él. Ha sido el juez quien se los ha llevado...—Druig vio a Tlaroc tensar los músculos de su espalda, los últimos días, su rostro sólo había sido el reflejo en el espejo de la angustia ante el incierto destino de sus compañeros — ¿Quién más sino?

—Deja de morderte las uñas —Druig canturreó.

— Lo haré cuando tú dejes de comer.

Druig elevó las manos y Tlaroc bufo cruzándose de brazos al sentarse entre el espacio de las piernas de Druig, el castaño le pasó un brazo por el pecho y con su mano libre, frotó sus antebrazos en una señal para que se tranquilizara. Los últimos días, Tlaroc le parecía un cuadro paranoico con el que sólo mencionar al cierto celestial, le podía poner los pelos de punta o enfurecerlo.

—Arishem — pronunció Thena.

—¿Tenías que nombrarlo?

Thena ignoró el comentario mordaz de Druig y miró a Tlaroc —¿Crees que esto ha sido obra de él?

Tlaroc se inclinó hacia adelante—Estoy convencido.

—Pues entonces tenemos que volver.

Las voces callaron cuando no sólo Tlaroc, sino Thena y Makkari sintieron una presencia.

—¿Qué miran tanto? —Druig preguntó llevando más almendras a su boca cuando Tlaroc sin verlo apretó la bolsa para que ya no tomara ni una, la velocista y la guerra parecían tener su propia conversación, pero por la misma razón —. Okay, sin tiempo libre para comer...

—Shh —Tlaroc colocó un dedo sobre sus labios y lo miró antes de señalar hacia el pasillo —¿No lo sientes?

Thena se armó y Tlaroc abrió los contenedores laterales que se amarraban a sus muslos que Phastos le había fabricado para guardar el agua.

—¿Qué?— Druig también comenzó a buscar, pero sin mucha alteración.

 Tlaroc se puso de pie frente a él mientras le asentía a Thena y Makkari cuando avanzaron hacia el pasillo, escucharon un pequeño grito y los destellos arcoíris de un portal cuando de ellos salió torpemente una criatura. Tlaroc sacó de inmediato los látigos de agua a la defensiva, hasta que... lo observó bien, no era más grande que ellos, de hecho, juraba que era casi del tamaño de Sprite. 

Tlaroc frunció su ceño con confusión y cuestionó: —¿Qué eres? 

—¿Qué quién soy? No deberías preocuparte por mí — una risa borracha resonó mientras intentaba ponerse de pie al apoyarse en la pared —Ah, mis orejas, no siento los ojos.

—¿Eso es un tarro de cerveza?

—¿Quieres? — el troll le ofreció y Tlaroc negó.

—No bebo.

—Demasiado recto hasta que está conmigo —se burló Druig inocentemente cuando Tlaroc lo miró y volvió a comer de sus almendras con el interés en su particular visitante.

—No vuelvo a teletransportarme borracho —Thena estaba por preguntarle algo, pero una falsa arcada les sacó a todos un buen susto, Tlaroc no quería pasar la tarde limpiando vómito de troll —Ah, ya voy, ya voy, denme un segundito — volvió a aclararse la voz escandalosamente y la mirada de Tlaroc fue hacia una nueva gama arcoíris que lo atrajo casi magnéticamente, esa presencia que estaba casi impregnándose en el aire le era a Tlaroc tan familiar que casi juro que las piernas se le doblaban como el mástil de un barco ante una abrazadora tormenta — ¡Les presentó al príncipe real de Titán, hermano de Thanos, el ladrón de corazones, el vencedor de Black Robert!

—Roger — corrigió la presencia entre las sombras, el agua de Tlaroc se escurrió entre sus manos e inhaló todo el aire que pudo cuando el rostro perteneciente a esa voz estaba por salir a la luz.

—Oh, sí, el vencedor de Black Roger. ¡El gran aventurero, Starfox del planeta Misterio!

Sí, ese rostro ya lo había visto Druig en la cabeza de Tlaroc.

—Es un placer conocerlos, mis compañeros eternos... aunque los reencuentros también son agradables, no siempre, pero pueden serlo— el pelirrojo miró a cada uno, mirando unos segundos de más a Tlaroc con una sonrisa afilada antes de ver de nuevo a su acompañante —Oye no tienes que repetir toda esa introducción.

—Todo lo que hace es impresionante.

—Ya sé, pero...

—Eros —Tlaroc lo llamo sin poder creérselo él mismo— ¿Cómo se supone que llegaste aquí?

—¿Por qué? ¿Te alegra verme?

Makkari y Thena lo miraron desconcertadas.

—¿Lo conoces? —Thena arqueó una ceja.

—Sí/no— Tlaroc miró con su ceño fruncido a Druig por afirmar que sí le conocía.

—Algo así, se podría decir — Eros dijo esta vez avanzando unos pasos hacia Tlaroc con sus ojos entrecerrados, como si buscara algo familiar, Tlaroc no se movió como otras veces hubiera hecho, se quedó ahí a la espera de que esas esmeraldas chocaran con sus iris de obsidiana, finalmente Eros torció su sonrisa —. No me recuerdas, ¿Cierto?

—Por ti, Arishem le borró los recuerdos. Claro que no es como recuerdas —Druig siseó al ponerse de pie de un salto y colocarse detrás de Tlaroc al mirar con interés a Eros y Pip.

—Aquí huele a gato encerrado— Pip canturreó hasta que Druig le envió una mirada furtiva y volvió a beber de su tarro —. Ay, que delicia.

—¿Quiénes son? —exigió Thena, harta de no saber por dónde iba la conversación.

—Me llamo Eros, él es Pip —señaló al troll —, y tú eres tan bella como dice la leyenda, Thena.

—¿Y a qué han venido? —cuestionó Druig aun viendo como Tlaroc miraba de reojo a Eros.

— Queremos ayudarlos, ¿Verdad? —Pip asintió y Eros invocó una esfera muy parecida a la que Sersi solía utilizar para contactarse con Arishem, sólo que esta era plateada que cambiaba de tamaño como un pulso —Puff, sus amigos tienen muchos problemas, podemos llevarlos con ellos.

Tlaroc dio un paso al frente, sin duda, cómo lo había hecho desde el día en que abrió los ojos ante su verdadera existencia —Pues hazlo.

Eros sólo le sonrió como confirmación —Era lo que quería escuchar.

Druig lo tomó por el brazo a Tlaroc —¿Estás seguro? Ni siquiera sabemos si de verdad podemos confiar en él.

—Es nuestra única pista de dónde diablos Arishem se ha llevado a los demás, aunque no lo queramos, tendremos que confiar en él.

—Estás abriendo la caja de Pandora, Tlaroc.

—Oh, él ya la abrió desde hace tiempo, ¿No es así, general?

Tlaroc le dedico una mirada al príncipe que fue indescifrable para Druig, sí estaba muriendo de emoción o agonía por ver a su ex amor, Druig no pudo saberlo, su mente tampoco se lo dijo.

—Ya no estamos en Titán, alteza y yo ya no soy más un soldado. 

C O N T I N U A R A

EVERYTHING I WANTED ─── Druig ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora