SERSI HABÍA VUELTO PARA ENCONTRAR A TLAROC IMPIDIENDO que Akenat asaltara su alacena, sin embargo, el helado de napolitano cayó sin posibilidad de salvación cuando Ikaris lo encontró y se lo dio a Sprite.
Tlaroc no dejaba de pensar en Ajak cuando veía a Sersi y Sprite, se sentía mal mentirles, era como sí la lengua le quemara por guardar un secreto de tal calibre. Sí le causaba incomodidad sostener la mirada por unos segundos, esta vez ni siquiera podía mirarlas.
—¿Mazapán? —Tlaroc ofreció a Sersi mientras veía a la pelinegra viendo con preocupación las noticias sobre el terremoto que sacudió ese mismo día a todo el mundo—, los dulces calman los nervios, pero este los alivia.
—Oh, gracias —Sersi lo tomó y lo inspeccionó con curiosidad—¿A que sabe?
—Un poco de nuez y... es un poco frágil, así que ten cuidado al abrirlo.
—O se romperá en pedazos. Es más fácil quitarle un diente a un tiburón que abrir esa cosa— repuso Akenat, recibiendo un empujó de Tlaroc que lo hizo caer sobre el sofá — Claro, trátame como muñeco de trapo. Sprite, tú si me respetas, ¿Verdad?
—Estoy a punto de ponerte un calcetín en la boca sino dejas hablar—Sprite lo apuntó con su puñal japonés y Tlaroc se la quitó con un pequeño empujón en la hoja con una extensión de agua que la llevó hasta su mano.
—Un tantō del siglo... ¿XVI? —Sprite se cruzó de brazos con una sonrisa ladeada y al mirarla, Tlaroc arqueó una de sus cejas —. No está mal. Un arma efectiva para tú peso y tamaño. Ayudará con la agilidad y es útil para los ataques sorpresa.
—¿Te gusta?
—Prefiero las katanas, livianas y largas para la danza del agua.
Sprite lo miró de rojo, viendo que Tlaroc seguía con el habito de que sus talones nunca tocaran el suelo, podías ser milímetros, pero no estaban del todo con la tierra—Sigues siendo raro.
—Eso explica que entre los raros de esta familia se gusten tanto —se burló Akenat.
Tlaroc entrecerró sus ojos y del lavabo salió un chorro directo que le empapó la cara a su gemelo mientras él se acercaba a Ikaris y Sersi, aclaro su garganta, recibiendo la atención.
—Siento interrumpir, pero, me veo en la necesidad de preguntar. ¿A dónde iremos ahora? Los desviantes parecen querer hacernos visitas y no exactamente para compartir el Día de Muertos, en conjunto, tendremos más oportunidad para salvaguardarnos.
—¿Dónde los atacaron a ustedes?
—Venecia, en su departamento—respondió Ikaris, Tlaroc se mordió la mejilla mirando hacia la ventana con una mueca—. Estaba de visita y... nos atacó. Era el mismo de hoy que se curaba así mismo.
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EVERYTHING I WANTED ─── Druig ✓
FanfictionEIW | ❝Errar y amar es de humanos. Después de siete mil años, ¿De verdad crees que no somos como ellos?❞ Cuando Tenochtitlan ardió, Tlaroc quiso sucumbir a las llamas con la ciudad que amaba, pero Druig no lo permitió, entrando en su mente y con...