Al final mueren los dos

Capítulo 19

Cassandra

—Quiero hacerme un tatuaje.

Abrí mis ojos al escuchar lo que Jack acababa de decir, no podría decir que estaba sorprendida porque estaría mintiendo, ya que sí fuera por él; tendría parte de su cuerpo lleno de tinta.

—no nos falta mucho para salir de éste lugar. Apenas salgamos podremos descubrir a los escritores escondidos según tú y te puedes tatuar hasta la cara sí quieres— cerré mi libro no sin antes poner el marca-páginas para prestarle atención al rubio.

¡Éso! Dato que claramente se me olvidó mencionar ya que soy una olvidadiza del carajo, ya nos habían dado para decidir qué carrera estudiar. A de decir que para mí fue un poco difícil porque no me decidía entre literatura o diseño gráfico.

Pero, escogí diseño gráfico. Sabía que al meterme a estudiar literatura no me vendría nada fácil; y también porque mi madre, Louise, había estudiado ésa carrera. Y siempre me contaba cómo se estresaba cuando era época de exámenes.

Así que, sí. Elegí el camino más fácil.

Jack, en cambio. Supo desde un principio que quería ejercer. En una de las tantas charlas que habíamos tenido, me contó su amor por la música y su guitarra; qué su más grande sueño era ser un guitarrista reconocido o formar su propia banda.

También me había puesto al tanto del descontento de su padre por saber la carrera que él soñaba con ejercer, James, su padre. Quería que eligiera la carrera de administración de empresas para así hacerse cargo de el negocio familiar.

Su familia era dueña de una empresa llamada 'roses and prejudice' la empresa estaba encargada de surtir con telas de alta gama a marcas grandes cómo: Chanel, Versace, Burberry, etcétera.

Pensarán que vivo en una burbuja, pero cuando el rubio me habló acerca de su negocio familiar no tenía ni idea de ésa compañía, él tuvo que darme una pequeña introducción acerca de su empresa.

¿Qué esperaban? Vivía en un pueblo alejado completamente de la ciudad que cuenta con 3.828 habitantes. El lugar sólo era conocido porque la película de crepúsculo se adaptó ahí e iban millones de turistas a diario a visitarlo.

¡Para ése tiempo yo ni siquiera había nacido!

—Pasáremos aquí como 100 años pero no importa, ¡ésa es la actitud, Cass!— se quejó el castaño rubio mientras estiraba su cabeza hacía atrás.

—Que exagerado.

—Está en mis venas, querida.— Giré mis ojos a la par que se hacía una sonrisa burlona en mi cara.

—Por cierto, pasado mañana son las pascuas; ¿crees que la universidad nos deje ir a nuestras casas? Digo, es un día importante; y, extraño a mi mami.— chillé acariciando a Hanny que dejaba salir un ronroneo en respuesta.

Al parecer, mi perro se cree un gato.

—No lo sé, roja. Años anteriores lo hacían sólo sí los padres estaban de acuerdo, luego de un problema que hubo se pausó.— comunicó el castaño rubio mientras tocaba los acordes de su guitarra.

—Tal vez, sí lo hacen; podrás hacerte el tatuaje.

—No lo creo, sí fuera por mi padre me mantendría en vigilancia las 24 horas del día, sólo que mamá no lo deja. Aparte, no estarías ahí para verlo.