Natasha se despertó con el sonido del timbre de su apartamento, el de arriba además. Estaba desorientada y le dolía mucho la cabeza, ni siquiera sabía que hora podía ser aunque no era muy temprano puesto que la luz ya daba de pleno en su habitación a través de la ventana. Miró la hora en su móvil ignorando todas las notificaciones que tenía. Las 12 PM, pues ni tan mal.
El timbre seguía sonando y se preguntó quién podría estar llamando a su casa a esa hora ya que sus vecinos no solían molestarla, no había quedado con nadie y esa mañana tampoco tenía nada que hacer del trabajo.
Fue a levantarse y casi se cae en el intento, las consecuencias de la noche anterior. Se vistió con lo que pilló y cuando por fin abrió, un Clint que parecía algo nervioso entró mirando a todos lados.
– Buenos días, por fin abres, menos mal eh.
– ¿Qué haces tú aquí a estas horas? ¿Y cómo has entrado en el portal de abajo?
– Tus vecinos que son muy amables y me han dejado entrar. –dijo mientras seguía observando de vez en cuando con su mirada hacia el pasillo, como esperando ver algo.
– ¿Qué miras tanto? Estás rarísimo –preguntó llevando su mirada hacia el pasillo ella también.
– No nada, nada... –Natasha frunció el ceño sin entender y Clint se quedó unos segundos en silencio.– Oye Nat, tú... ¿qué hiciste anoche?
– ¿Cómo que qué hice? Pues ir a la gala de premios esa. –dijo con obviedad.– No se para que te meto en mi equipo si ni siquiera te acuerdas de qué eventos tengo.– rió un poco extrañada.
– No me refiero a eso. Digo anoche... Cuando llegaste a casa. –a la pelirroja le sorprendió esa pregunta, no entendía nada.
– Pues no sé Clint, llegué y me acosté en la cama supongo. Iba muy borracha no se exactamente que hice.
– ¿Te acostaste?
– Eh, ¿Sí?
– ¿Sola?
– ¿Cómo? –Natasha no salía de su asombro y su confusión.
– Que si has pasado la noche con alguien Nat, eso te pregunto.
– Pero ¿y esto a que viene? ¡Claro que no! –dijo enfadada.– ¿Me puedes explicar que te pasa?
– Esto pasa. –dijo Clint mientras sacaba su teléfono y le mostraba a Natasha unas fotos.
La cantante tomó el teléfono y vio la foto que estaba la pantalla y las otras que Clint iba pasando, su boca casi cae al suelo y sus ojos casi se le salen de las órbitas. Eran unas cuatro fotos de ella y Steve andando juntos por la calle y en el portal de casa de Natasha justo antes de despedirse. Y la peor era una que por la perspectiva que tenía parecía que se estuvieran dando un beso, y puede que Natasha estuviera muy borracha la noche anterior, pero desde luego recordaba no haber hecho eso.
– Estas fotos están por algunas redes sociales, aún no han salido en ninguna revista pero que no te extrañe que durante estos días las saquen en alguna. Y ya sabes que no podemos hacer nada contra eso. –dijo Clint triste mirando a su amiga.
Natasha pasó por varios estados: primero sorpresa, luego enfado, estaba harta de que alguien fuese capaz de invadir de tal forma la privacidad de alguien para vender unas fotos a la prensa o simplemente por el morbo de una pareja hetero famosa, lo mismo de siempre, estaba cansada de no poder tener amigos y hacer cosas de amigos sin que le pasara esto. Y por último tristeza e impotencia. No podía hacer nada porque esto era lo que su compañía le había propuesto vender y ahora mismo estarían contentísimos por esto sin pensar un ápice en lo que pudiese sentir ella.
ESTÁS LEYENDO
Las apariencias engañan - wandanat / scarletwidow
FanfictionAU donde Wanda Maximoff es una importante diseñadora de moda y estilista, que tendrá que trabajar para la (algo arrogante) cantante internacional Natasha Romanoff.