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Pietro le ofreció a su hermana la taza de té después de que se hubiese calmado un poco, a pesar de que aún tenía las mejillas mojadas por las lágrimas y soltaba hipos de vez en cuando.

Aún no había hablado, más que unas repetidas disculpas diciendo que lo sentía mucho. El chico quería darle un poco de espacio para que se relajara y hablar con más calma cuando estuviese lista.

Después de unos minutos y un par de sorbos de su taza de té, Wanda encontró algo de fuerza para hablar aún sin mirar a su gemelo a los ojos.

– Yo... Lo siento mucho de verdad. No quería que las cosas pasaran así. –casi se atragantó de nuevo con el nudo que crecía en su garganta y las lágrimas que amenazaban con volver.– Tenía mucho miedo Pietro, yo no... y-yo...

Se llevo una mano a la boca intentando no dejar escapar un nuevo sollozo. Pietro se acercó más a ella en el sofá y la rodeó con un brazo. Después de unos segundos decidió tomar las riendas de la conversación y decirle la verdad.

– Yo... ya lo sé, sestra. –eso provocó que Wanda le mirase con algo de confusión.– Se que te han amenazado o te han hecho algo.

Wanda se alejó de él con los ojos muy abiertos y lo que Pietro adivinó que era temor.

– ¿Co-cómo? No es posible que... ¿Cómo lo sabes? ¿Quién más sabe? ¿Te hicieron algo? –la morena dijo con deseaperación.

– Tranquila hermanita. Nadie me ha hecho nada. Estamos a salvo. –intentó calmarla.– Lo sé porque todo esto estaba siendo muy raro y cuando se lo dije a Clint recibieron unas fotos, así que investigamos. Parece que alguien quería ayudarte, y nosotros también. Hemos estado intentando saber que pasó desde entonces.

– ¿Quién es nosotros? ¿Quién sabe esto?

– Solo yo, Clint, Tony Stark y... Yelena.

– ¡¿Yelena?! –volvió a poner una expresión desesperada.– Entonces ¿Natasha? Ella no puede, Pietro, no... –negaba frenéticamente con la cabeza.

– Yelena nos esta ayudando a investigar porque es abogada y va a tomar parte cuando sea necesario. Natasha no sabe nada. Todos estamos de acuerdo en que no debía saberlo hasta que no supieramos qué esta pasando exactamente.

Wanda pareció respirar y relajarse de repente, aunque todavía estaba un poco tensa.

– Pero Wanda, necesito que me cuentes que pasó para que podamos ayudarte.

– Yo... Quiero hacerlo Pietro. Y siento no haberlo hecho antes. Pero tengo miedo de meterte en esto y que alguien más sufra por mi culpa. –dijo en un susurro, una lágrima corriendo por su rostro.

– Ya estamos metidos en esto. Y no estás sola, no lo estarás, y vamos a resolver esto juntos. –Pietro le limpió el rastro de lágrimas con ternura.– Hermanita, ¿Qué pasó el día que fuiste a la oficina?

...

Wanda entró a la oficina encontrandose con los dos hombres enchaquetados de pie frente a ella tras el escritorio.

Esperaba encontrarse con Bruce Banner, uno de los altos cargos de la discográfica en la que estaba Natasha, que fue quien la citó. Pero no esperaba ver a Peter Quill junto a él.

Quill era el mayor jefe allí. No había nadie por encima de él. Se dejaba ver muy poco, normalmente eran sus inferiores los que daban la cara para todo aunque él tomara las decisiones. Natasha y ella siempre hablaban de que los trabajadores eran sus marionetas, y Banner claramente era una de ellas.

– Buenas tardes. –habló Wanda secamente cerrando la puerta tras su espalda.

– Muy buenas, señorita Maximoff. Tome asiento, por favor. –dijo Banner a la vez que ellos también se sentaban.

Las apariencias engañan - wandanat / scarletwidowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora