2 semanas después.
Habían pasado los días más pesados para toda la nación en muchos siglos o hasta décadas.
Las pérdidas de la economía, población, ecosistema y entre demás bienes eran bastante altos.
Varios pueblos y ciudades terminaron dañados por la batalla a gran escala que se produjo.
Incluso algunos pocos fueron reducidos a cenizas por bestias mágicas que se escaparon de la batalla.
El número de afectados por la guerra era tan grande que el reino tuvo que darle hogar a los refugiados en la capital.
Eran tantos que incluso se montaron campamentos fuera de la capital real, llegando a tomar gran parte del valle visible.
La guardia y la protección en cada campamento pasó a ser prioridad, esto causó que el país estará en alerta roja.
Cada Aventurero, mercenario, soldado y aliado fueron llamados para ayudar a su nación.
Aunque varios aventureros y mercenarios decidieron mudarse a otras naciones, pues no estaban obligados a servir a la nación.
Belzerg pasó a estar en un estado tan crítico que empezaron a recibir apoyos de los reinos vecinos.
Y finalmente luego de dos largas semanas una pequeña ayuda terminó llegando.
Estás eran la fuerza de ataque principal del reino, los soldados de la frontera liderados por el Rey.
Las puertas principales de la capital se abrieron dejando entrar a la otra mitad de los soldados del reino.
Estos fueron recibidos por Iris, quien se había quedado a cargo de la nación debido a la ausencia de su padre.
Aquel rey tenía una apariencia vieja pero sabía, su cabellera blanca se hacía notar en su armadura dorada como el oro.
El rey entró a la ciudad montado en un caballo blanco, desfilándose entre las calles ante la mirada de los ciudadanos.
Este finalmente se detuvo cuando estuvo frente a su hija menor.
Iris miró a su padre con un rostro sereno y serio.
-Padre…
-Iris…
Padre e hija se miraron fijamente durante unos segundos, hasta que el Rey asintió.
-Hablaremos en el palacio.
El rey pasó de su hija en dirección al paladio Real.
Iris se quedó mirando como su padre comenzó a seguir su camino siendo seguido por su escolta principal.
Pero en ese momento una cabellera rubia llamó su atención.
‘Hermano Jatice…’
Ella miró a aquel hombre que parecía tener una edad de 20 años.
Este la miró de reojo de forma disimulada pasando de largo siguiendo al rey.
Así los más de 10 mil soldados, la fuerza más poderosa del reino finalmente volvió a casa.
El ambiente que antes significaría un desfile por el regreso de su majestad no fue el mismo.
La pesadez en el aire fue sentido por cada ciudadano, se miraba en sus caras.
Todos los soldados notaron esto haciéndose ilusiones de aquel infierno que pudo haber sucedido.
Pues entre la multitud habían varios refugiados de Axel, quienes vivieron aquel horror de primera mano.
ESTÁS LEYENDO
Konosuba : ¡Bendito sea el Monarca! - Parte 1
FanfictionUna trágica noche de Junio fue la muerte de Kazuma Satou bajo el frío disparo de un arma. Luego de morir el recibió la oportunidad de reencarnar en otro mundo fantástico con la misión de vencer al rey demonio, para ello se le daría una ayuda divina...