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El clima en Nyomg caía con gracia sobre el Palacio Real y junto con ellos la dicha de que pronto su queridísimo Rey, su Alteza Jeon Jungkook Rey de Nyomg, pronto cumpliría sus 28 años. Así que todo el Reino de Nyomg estaba emocionado y ansioso por las grandes festividades que pronto se acercaban debido a la celebración del nacimiento del único heredero de Nyomg. 

Sin embargo, para el Rey eran unas festividades un tanto tediosas. Y no lo malinterpreten no. El Rey Jungkook realmente amaba la atención y las festividades para celebrar su cumpleaños le brindaban en bandeja de oro con piedras preciosas toda la atención que él siempre mereció y merece. Pero como Rey, sus obligaciones eran tales que unas festividades lo orillaban al extremo del estrés. Los tratados, las alianzas, el comercio y lidiar con los representantes nobles, no era una tarea sencilla que cualquiera pudiera hacer. 

Por algo era el Rey. 

Es por eso que ahora se encontraba tomando un té de hierbas que su mano derecha y amigo, el caballero Min, le ofreció para calmar sus nervios. El comercio con los Reinos vecinos estaban dando problemas y los representantes se rehusaban a ceder sus condiciones haciendo de los hombros del Rey una muralla de piedra con la tensión acumulada. 

Sin contar que la Princesa Sun Hee se había ido con su madre al Reino del Lord Kim disque para estrechar lazos. Eso solo desencadenó una discusión calurosa del Rey con su madre sobre los verdaderos lazos que debían de estrecharse con el Reino vecino. 

El Rey Jeon suspiró llevando una mano a su frente para masajeara. 


- ¿Desea algo su majestad? - preguntó el caballero Min quién lo ayudaba con la traducción de unas cartas extranjeras. 

El Rey lo miró un momento y bufó. 

- Estoy bien caballero. - Afirmó y continuó con sus deberes reales. 

Pasaron los minutos entre papeleos, debates y regaños del caballero para el Rey objetando que este último siempre poseía una cantidad de trabajo insana. Sin embargo, como todos sus regaños quedaban en olvido porque por más que el caballero Min se preocupaba por su amigo, sabía lo difícil y duro que era ser Rey, así que callaba más de lo que quería decir en las mayorías de veces. 

- Su Alteza, - interrumpió en la habitación el soldado que custodiaba la misma haciendo que tanto el Rey como el caballero Min se girasen a verlo. - La Reina GaIn y la Doncella Sun Hee han regresado de su visita en el Reino Meryan. - El Rey Jeon asintió sin mucho interés a sus palabras.

 El realmente estaba muy ocupado como para enfocarse en su madre y su hermana. 

El Rey de Griom no dejaba de acorralarlo en las negociaciones y se estaba quedando sin opciones para generar un tratado de paz entre ambos Reinos y una alianza comercial. En definitiva el Rey Park no le estaba dejando ninguna opción, era un viejo testarudo que anteponía  muchos de sus caprichos ante que sus obligaciones. 

Lo odiaba. 

- Alteza, - volvió a llamarlo el soldado cuando no respondió ante sus palabras - La Reina GaIn desea hablar con usted para los preparativos de su el cumpleaños de su majestad. Lo ha citado para tomar el té y charlar sobre ellos en el salón Sur del Palacio. - informó y el Rey Jeon bufó. 

- Puede retirarse soldado So. - Espetó sin ni una pizca de interés a sus palabras. Este último se retiró en silencio y volvió a su posición erguido y atento. 

- Entonces, ¿El té? Suena tentador mi Rey. - Bromeó el caballero a su lado mientras volvía a leer la carta del Rey Park. 

- No le he autorizado para darme su opinión, caballero Min. - espetó en un bufido mientras tensaba sus hombros con notable agobio. 

♚ R E A L :  O N E  ♚  전 정 국Donde viven las historias. Descúbrelo ahora