♠️

858 93 20
                                    


El reino de Nyomg amanecía con los cálidos rayos solares que indicaban que un nuevo día de productividad vendría. Doncellas, sirvientes, caballeros y nobles humildes trabajaban sin cesar para recibir el cargamento destinado para ser trasladado al reino de Reom con la autorización de la princesa del mismo. 

Los fieles de Nyomg y por supuesto, devotos del Rey Jeon, estaban completamente a disposición de la princesa de cabellos lavandas y mirada cálida que los hacía sentir por un momento valorados. Puesto a que muchos de ellos conservaban años ejerciendo bajo el mandato del Reinado del Rey Jeon, hasta los mismo fieles que adoraban a su Rey podían reconocer que la bondad y quizás el afecto, no eran las cualidades y valores más prominentes del Rey. Por lo cual, aunque hubiese respeto y afecto por parte de sus fieles, el Rey Jeon ejercía más intimidación que respeto por valor a la afección.

- Princesa. - Llamó la doncella quién tocaba el roble de las grandes puertas - Buenos días, su desayuno espera. - notificó la doncella retirándose sin esperar una respuesta.

Un suspiro leve se hizo presente en los amplios aposentos que ahora pertenecían a la princesa de Reom. YoungSo desvió la mirada hacia el techo del lugar y cerró sus ojos como si rogara por una fracasada salvación que sabía que por obvias razones, no llegaría. 

- Solo dos días más YoungSo. - Se consoló así misma. 

Alisó sus ropajes maldiciendo las reglas del protocolo para con las doncellas reales bien llamadas princesas y duquesas por exigirles un código de vestimenta que si bien podría considerarse un sistema anti violación, también podría considerarse un sistema de sauna por capas textiles. Vamos, que tenía más capas que una cebolla en plena primavera. Y aunque su gusto por la moda era bastante latente, las capas sobre capas, aguas, lencería y demás, era quizás demasiado para lo poco mucho que le gustaban los vestidos. 

Suspiró quitando sus pensamientos y de pie frente a las grandes puertas de sus aposentos corrigió su postura haciendo que sus pechos fueran más prominentes. Se odió por se realmente bien bendecida como mujer y se odió aún más por aquel collar que descansaba en el valle de los mismos. 

- No sobre pienses las cosas YoungSo. - Se recordó así misma. 

Y con ese recordatorio en su mente, tomó los volados de su vestido color crema con detalles borgoña e hizo frente a la nueva batalla que le esperaba en la planta baja de aquel palacio. 

El desayuno. 



-


- Princesa. - Una voz a su espalda la hizo tensarse al encontrarse una vez en el amplio comedor. 

YoungSo se giró disimulando la tensión de sus hombros y cuello para encontrarse con una de las tantísimas doncellas que servían para el Rey Jeon. Inconscientemente soltó un suspiro de alivio y sus carnosos labios rosados se ampliaron en una sonrisa. 

- Buen día. - Saludó cortésmente a la doncella. 

- Buen día su majestad. - Declaró la doncella y YoungSo automáticamente negó con sus manos.

- Oh no, por todos los cielos. - Dijo riendo mientras negaba - No estamos en Reom, aquí solo soy una princesa más, por favor. Ruego que solo ejerza el titulo de princesa sobre mi persona. Agradezco su hospitalidad como doncella del Rey Jeon pero se me es más cómodo escuchar princesa que majestad. - Pidió con amabilidad y la doncella frente a ella se tensó completamente reverenciando reiteradamente pidiendo perdón de manera compulsiva y nerviosa. 

♚ R E A L :  O N E  ♚  전 정 국Donde viven las historias. Descúbrelo ahora