Desperté sobresaltada, asustada, casi sin respiración. Tenía el corazón acelerado, y el pecho se me movía tan rápido que parecía que algo trataba de romperlo desde dentro.
Nada más abrir los ojos me senté, levantándome tan rápido por culpa de la impresión que me causó la pesadilla que me mareé y tuve que volver a recostarme. Sentía que me ahogaba y no podía coger aire, me costaba mucho esfuerzo, luchaba contra mis propios pulmones por hacerlos reaccionar y obligarlos a funcionar con normalidad, pero estaba perdiendo la batalla.
Me encontraba en un nivel crítico de ansiedad, y sinceramente, no le hallaba mucho sentido a mi situación. No recordaba qué había soñado, pero había sido tranquilo y envolvente, profundo, causante de la velocidad con la que había pasado el tiempo desde que me había dormido. Mi reacción estaba fuera de lugar. Siempre me daba pena levantarme de la cama por las mañanas, pero aquello era puro miedo que me tenía con el corazón oprimido y lágrimas en los ojos que no pensaba derramar.
Intenté calmarme arropándome con las sábanas; eso siempre me hacía sentir más segura, pero lo único que fui capaz de encontrar fue una leve ráfaga de viento en la mano y el tacto de un vestido suave sobre mi piel.
De nuevo levanté la cabeza aunque ahora todavía más asustada, y me fijé por primera vez en mi alrededor. Estaba tumbada sobre un montículo de hojas en mitad de un claro, con el sol justo encima de mi cabeza y sin nada que me protegiera del calor del día, rodeada de árboles y sin la menor idea de dónde me encontraba.
Si antes tenía problemas para respirar, en ese momento necesitaba que me entregasen una botella de oxígeno.
No podía pensar con claridad, mi cabeza sólo era capaz de repetirse lo perdida que estaba, y eso únicamente conseguía ponerme más nerviosa.
Me levanté tambaleándome y empecé a dar vueltas por la zona, intentando encontrar algo remotamente conocido que pudiera darme una idea de dónde me encontraba o cómo salir de allí. El vestido se me iba enganchando en todas las ramas bajas que me iba encontrando haciéndome caer en más de una ocasión.
Al poco tiempo estaba tan cansada que tuve que apoyarme en un árbol para recuperar el aliento. El calor era insoportable. Por la posición del sol casi podría asegurar que en esos momentos rondaría el mediodía, y ninguna nube aliviaba el efecto de sus rayos sobre mi piel.
Tenía la espalda pegajosa a causa del sudor y el pelo pegado a la nuca me producía unos picores muy desagradables. Necesitaba beber agua, pero el bosque estaba tan silencioso como un cementerio por la noche y no había rastro de civilización alguna.
Estaba a punto de rendirme y abandonarme a mi suerte cuando encontré un camino de tierra en el que no hace mucho había pasado un vehículo pesado debido a las grandes marcas que había dejado con las huellas de sus ruedas por donde había pasado.
El suelo estaba húmedo y al caminar sobre él se me iban quedando pegados algunos trozos de barro a la suela del zapato, pero tan concentrada estaba en salir de allí que no me importó a diferencia de otras veces que simplemente por sentir el suelo blando bajo mis pies me recorría un escalofrío por toda la espalda.
Por primera vez sentí algo de esperanza y la presión de mi pecho bajó un poco su agarre haciendo menos intenso el dolor que sentía a la altura del corazón y más llevadora la angustia que me ahogaba.
Lo seguí para ver a dónde me llevaba, era mi única esperanza. Ahora que tenía algo a lo que aferrarme me sentía más dueña de mí misma, más segura, y en cierto modo, con un objetivo. Mientras caminaba pensaba cómo habría llegado hasta allí, pero no lo conseguía. Cada vez que lo intentaba un pinchazo agudo me atravesaba la cabeza y causaba que se me nublara la vista, y cuanto más lo intentaba más dolía, llegando incluso a provocarme un mareo con el que casi me caigo al suelo. Probé cambiar de técnica, tratando esta vez de recordar lo último que había hecho, pero sólo veía a mi mente mi cama y mi padre dándome las buenas noches arropándome mientras abrazaba a mi peluche favorito, en lo que no encajaba muy bien el vestido negro y algo corto que estaba quedando bastante sucio y destrozado con aquella caminata.
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Amnesia
Mystery / Thriller¿Qué harías si no recordaras nada? Mery no tiene recuerdos desde aquel día, pero tampoco un motivo que lo justifique. Para saber qué causó su amnesia deberá recorrer el camino al revés hasta llegar al inicio o descubrir el causante. Obra registrada...