evermore ; james potter

𝟬𝟰. 𝗉𝖺𝗋𝗍𝗒

CHAPTER FOUR
  last act ; party
evermore
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        EL VIERNES POR LA MAÑANA, JAMES SE LEVANTÓ con mejor humor del que había tenido hacía meses, eso se notaba, sus amigos no tenían ni idea del por qué y él tampoco, realmente, pero todos agradecían el pequeño cambio. Porque no es que el azabache estuviera lanzando flores y regalando cartas con mensajes positivos, pero al menos, esa había sido la primera noche en la que no había tenido pesadillas y durante la mañana se levantó solo cinco minutos después de despertar, ni siquiera los chicos tuvieron que insistir para que lo hiciera, comió todo su desayuno e intentó prestar atención a las clases.

    James no tardó mucho en darse cuenta de que tal vez una chica rubia de Hufflepuff era la razón de aquel cambio, y no me malentiendan, no es que Olivia hubiese tenido que ver directamente con eso, de hecho, su nombre no había pasado por la cabeza del joven hasta que este estudió bien la situación, si Potter lo pensaba bien, tal vez el gesto que tuvo con él de defenderlo a pesar de lo mal que se había portado con ella, le hizo tener algo de esperanza, si de ella podía florecer algo bueno a pesar de las cosas, ¿Por qué de él no? Que quisiera tratar de hacer algo bueno por él y por las personas que lo rodeaban quienes de verdad lo estaban apoyando demasiado, no significaba que lo de sus padres dejara de doler y mucho menos que los fuera a olvidar, simplemente se dio cuenta de que ser un imbécil con todos, no serviría de nada y probablemente Euphemia estaría muy molesta con él por el trato que estaba teniendo con los demás.

    Al terminar todas las clases del día, James decidió ir al campo de Quidditch para practicar un poco, aún no estaba listo para volver y ser capitán del equipo, pero nada le impedía entrenar su deporte favorito, después de todo, solo volaría por varios minutos y trataría de hacer algunas anotaciones con la quaffle.

    Cuando finalizó su sesión de entrenamiento, Potter se dirigió al comedor para tomar su cena e irse a dormir, no recordaba lo cansado que era el Quidditch.

    James caminaba por la entrada del castillo cuando para su sorpresa, fue detenido por Lily Evans.

─ Pott... James, ¿Cómo estás?

    El chico miró hacia los lados, para ver si le hablaba a él y la pelirroja río ─ Sí es a ti.

─ Oh... ah, bien Lily-Flor, gracias, ¿Tú?

─ Bien, bien... ah, yo solo quería decirte que si necesitas algo, cualquier cosa... aquí estoy, ¿Bien?

    El entrecejo de James se frunció, pero aún así asintió con la cabeza lentamente.

─ Bueno, yo me voy, tengo que hacer mis rondas.

─ Oh, eres delegada, es verdad, felicidades.

─ ¡Gracias! Bien, nos vemos.

    Potter se despidió con la mano y la observó perderse entre los pasillos, con su precioso cabello pelirrojo meneándose en su espalda. Fue hasta ese momento cuando se dio cuenta de que desde que había regresado a Hogwarts, no había buscado a Lily ni una sola vez, pero es que cómo iba a hacerlo, si parecía que su cabeza recién había vuelto a la tierra. El chico simplemente se encogió de hombros y continuó su camino.

. . .

        El sábado llegó más pronto de lo previsto, así que solo faltaban unas cuantas horas para la fiesta en la sala común de Hufflepuff, Olivia se había encargado de ayudar a sus compañeros de casa tanto como pudiera, ya que no era solo una ocasión para tratar de que James se distrajera, sino que también, podría ser de utilidad para que Thomas se acercara a Remus Lupin.