evermore ; james potter

𝚃𝙷𝙴 𝙴𝙽𝙳

THE END
  last act ; the last of a short story
evermore
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    JAMES POTTER NO SINTIÓ REALMENTE LA AUSENCIA DE OLIVIA EYRE cuando le dijeron que no había resistido la noche, tampoco cuando en su funeral, la tierra comenzó a tapar el ataúd en el que descansaba su cuerpo y mucho menos durante la ceremonia breve que ofrecieron Patrick y Alya, no, en esos momentos apenas comenzaba a procesarlo, el problema llegó cuando se graduó de Hogwarts y ella no estuvo ahí para recibir felicitaciones y partir en los botes como los demás, o cuando durante el verano Sirius hizo un chiste y no pudo bromear con ella, lo hizo cuando Thomas y Remus se comprometieron y ella no estuvo ahí para felicitarlos, fue en ese momento cuando realmente la extrañó y se dio cuenta de que por más que lo intentara, el dolor nunca iba a desaparecer, siempre seguiría ahí, pero al menos no de la forma en la que pensaba, sino como recuerdo, que habría días en los que despertaría y la extrañaría más que otros y eso estaba bien, ella le había enseñado eso.

    De cualquier manera, James sentía que tenía un asunto pendiente.

    Aquella mañana de primavera, el azabache se levantó muy temprano y después de desayunar algo ligero y darse un baño, salió de su residencia en el Valle de Godric para dirigirse hacia el cementerio, bien podría simplemente aparecerse, pero tal vez caminar le serviría para aclarar correctamente sus ideas. James pasó comprando dos ramos de flores y continuo su camino hasta llegar a su lugar de destino.

    La tumba de Olivia tenía una lápida de mármol con su nombre escrito en letras doradas, estaba llena de flores y cuando James notó que algunos dientes de león comenzaban a crecer, sus ojos se comenzaron a aguadar, acomodó las flores de la mejor manera que pudo y se arrodillo acomodándose.

─ Voy a ser papá ─ Soltó de repente ─ No, no debí empezar con eso, hola, Livvie... lamento no haber venido antes, es solo que no me sentía lo suficientemente fuerte para hacerlo, creo que aun no lo soy, pero ayer fue uno de los días más felices de mi vida y quería compartir eso contigo, aunque hubiera sido mejor si hubieses estado ahí, Sirius lloró como una hora...

» Pero me estoy desviando del tema, por supuesto, mereces una explicación ─ El azabache tomó un suspiro y continuó ─ Lily ha sido... desde tu partida fue quien más me apoyó y no me dejó caer, en eso ustedes se parecen ─ Río ─ me tomó poco más de un año pedirle que saliera conmigo y ella dijo que sí, ¿Puedes creerlo? Evans dijo que sí, hace medio año nos casamos y bueno... ayer me dijo que estaba embarazada, Lily cree que será un niño, yo creo que será una niña y si lo es, te prometo que llevará tu nombre, mi Lils está de acuerdo con eso.

» Liv, en serio lamento que no me hayas dicho lo que pasaba y no haberte ayudado, de verdad quisiera que muchas cosas fueran diferentes, pero supongo que eso no es posible, y es por esa razón que hoy Olivia Eyre, dejo ir el dolor, te dejo descansar y si algún día te extraño, entonces recordaré que mi dolor es solo el amor que no te pude dar en vida. Te prometo, Livvie, que en tus últimos días te amé de una mamera que no había experimentado jamás... ojalá hubiera sido más valiente para decírtelo ─ Algunas lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas ─ Y te amo, si bien ya no lo hago como amo a mi esposa, te amo como mi amiga más querida y te amaré por el resto de mis días, Liv... ojalá la vida nos hubiera dado más tiempo.

El azabache se tomó unos minutos para que las lágrimas dejaran de salir y cuando lo hicieron, se quitó los anteojos para limpiarse, se puso de pie y se sacudió el polvo para salir de aquel lugar, claro, no sin antes pasar a dejar el segundo ramo a sus padres. Cuando lo hizo, se encaminó a su casa para preparar el desayuno a su esposa y con una tranquilidad que no había experimentado en mucho tiempo.

. . .

    Cuando James llegó a casa para la hora del desayunó, el aroma a hot cakes y huevos, al pasar el recibidor, lo inundó una cálida sensación a la que sin duda se podría acostumbrar.

─ Buenos días, no sabía qué teníamos visitas...

    Lily se acercó a su esposo para abrazarlo por la espalda, James sonrió ante el tacto cálido de la pelirroja y se volteó agachándose hasta quedar frente a su estómago apenas abultado.

─ Hola, cariño...

    Lily río y Sirius carraspeó un poco.

─ Estamos aquí, Cornamenta... somos tus amigos, lo recuerdas, ¿No?

─ Por supuesto, Canuto, Lunático, Thomas... ¿Qué hacen aquí?

─ Lily nos invitó a desayunar.

─ Pero si quieres nos vamos ─ Lo molestó el pelinegro.

─ No dramatices, Canuto.

    El resto del día, los Potter la pasaron con sus amigos y cuando la noche cayó, solo quedaron Lily, James y los ocasionales movimientos del bebé que crecía en el vientre de la pelirroja.

─ ¿A dónde fuiste esta mañana...? ─ Preguntó Lily acomodándose para dormir.

─ Ahh... yo... fui a ver a Olivia.

─ Eso es grandioso, James ─ La pelirroja sonrío en su dirección.

─ Sí, yo... tenía que, no te molesta, ¿Verdad?

─ Por supuesto que no, James, me alegra que alguien  como Olivia haya sido parte de tu vida, no la conocí demasiado, pero por como todos hablan de ella y la extrañan, me hubiera gustado hacerlo.

─ Ella te habría agradado... y tú a ella.

─ ¿Eso crees?

─ Estoy seguro ─ Sonrío ─ Ven aquí, Evans, vamos a dormir.

    Y por primera vez en mucho tiempo, el azabache cayó en un sueño profundo en el cual no tuvo pesadillas, él y Olivia estaban bien.

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author's note: no sé qué pensar sobre que
la mayoría de comentarios son sobre James y Olivia,
cuando ellos ni siquiera se besaron nunca y el
momento más romántico que tuvieron fue
un abrazo.