CAPÍTULO 5. PARTIDO

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Aquella tarde, Damiano volvió a hacer terapia en grupo, dio una vuelta con Filip por el edificio, cenó algo, y se fue a dormir, sonriente. A pesar de todo, al final había sido un buen día, Ari había logrado animarle.

Pero, al día siguiente, tras la reunión con su psicóloga, la sola mención de la rubia le hacía hervir la sangre. Marion le había comunicado que, entre ella y Ari, habían decidido que no saliera ese fin de semana. ¿Por qué había hecho eso? Llevaba allí solamente dos días, y había hecho todo lo que le habían pedido.

Creía que, tras la tarde anterior, se habían comenzado a comprender el uno al otro. Por lo visto, no era así.

Aunque cuando vio a sus amigos, que habían ido a buscarle para trabajar, se le pasó el enfado. En el estudio, estuvieron haciendo los últimos retoques a una canción, y haciendo el tonto. Los chicos estaban algo menos preocupados que el día anterior, ya que Damiano parecía mucho más contento. - ¿Qué tal ayer en el...? Bueno, en el...

- Llamémosle hotel. - Sugirió Thomas a Ethan, en voz alta, para que nadie en el estudio se enterase. No querían preocupar a nadie, ni que los trabajadores del centro se enterasen y filtrasen algo a la prensa.

- Vale. ¿Qué tal en el hotel?

- Bastante bien, la verdad... Estuve con mi... Amiga.

- ¿Tu amiga? - Preguntó Victoria, levantando una ceja.

Damiano se giró, viendo cómo la señora de la limpieza salía de la sala. - Nos asignan un amigo, que es un voluntario del centro, para hacer cosas y distraernos, y todo ese rollo. A mí me ha tocado una chica llamada Ari, es literalmente una Barbie.

- ¿Cómo que una Barbie? - Preguntó Ethan.

- Rubia, ropa de todos los colores que puedas imaginar, estudia diseño de moda...

- ¿Es guapa? - Preguntó Thomas, sonriente.

- Tiene novio. - Le fulminó Damiano con la mirada, sabiendo por dónde quería ir su amigo.

- No le has respondido. - Señaló Ethan, comenzando a reírse.

El mayor rodó los ojos. - Estoy muy cabreado con ella como para fijarme en eso ahora, gracias.

- ¿Por? ¿Qué ha hecho? - Preguntó Victoria, sin comprender muy bien a su amigo.

- ¡Me ha castigado sin fin de semana!

- ¿Que te ha qué?

- Lo que oyes. - Damiano les contó lo que Marion le había dicho aquella mañana.

- Bueno, sus motivos tendrá. - Razonó Ethan. - No creo que te haya hecho quedarte sin motivo alguno, y dices que tu psicóloga también estaba de acuerdo...

- Además, ayer estuviste bastante mal. - Recordó la rubia, haciendo una mueca. - Puede que sea lo mejor.

- Es que... Joder, me voy a perder lo de Thomas.

- No pasa nada. Mi cumpleaños es el lunes realmente, y ya nos veremos por la mañana. - Respondió Thomas, quitándole importancia. Se suponía que al día siguiente, sábado, iban a salir a cenar, y luego de fiesta para celebrar el cumpleaños del más joven del grupo.

- ¿Se puede ir a verte, no? - Preguntó Ethan. - Podríamos ir el lunes a visitarte.

- ¡Eso! - Exclamó el rubio, poniéndose de pie. - Así conozco a esa sexy Barbie de regalo de cumpleaños.

- Uno, yo no he dicho que sea sexy, y dos, ya te he dicho que tiene novio.

- Uno, tampoco me has dicho que no te guste, lo que significa que te la estás guardando para ti, pervertido, y dos, eso son problemas menores. El encanto de un cumpleañero tan guapo como yo puede con cualquier novio estúpido.

LA FORZA DEL COMBATTENTE - Damiano DavidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora