— Disculpa, creo que te equivocaste de casa ¿necesita ayuda?—Myrna dijo con una voz amable, la mujer tenía una expresión fría y firme.
— ¿Rowan vino aquí? — dijo la mujer , Myrna solo negó con la cabeza y preguntó
— Disculpe usted es Bernadett ¿Cierto? — Un poco nerviosa, y la mujer respondió con una voz gélida
— Bueno...todos me conocen por Rowan, no es necesario preguntar — su voz seguía del mismo tono, Myrna abrió los ojos más de lo normal y dijo un poco ansiosa
— D-disculpe, pase, prepararé té—
La mujer levantó su ceja izquierda y pasó a esa casa pequeña, al pasar parecía que sus tacos iban a perforar el suelo por ser de una madera vieja y crujiente, la casa era muy vieja en ese lugar.
— ¿Me darás el dinero? — dijo Bernadett, con una voz un poco amable y Myrna solo puso una cara de confusión
— P-pero Javier me dijo que....bueno, aquí esta —
se dio la vuelta y se dirigió bajo de las escaleras, para abrir una caja enorme de madera y sacar un saco enorme de dinero, muchas monedas que chasqueaba entre ellas mientras ella caminaba, Bernadett empezó a sonreír y dijo
— ¡¡Gracias!! — Myrna solo se congeló, era algo tan raro ver a una mujer tan famosa y que tenga mucho pero mucho dinero y decir gracias, no estaba acostumbrada a eso; también su sonrisa era bella, su rostro era bello y perfecto, por eso ella era alabada y deseada por varios hombres, ¿a caso ella sabe lo mucho que es? cuántas mujeres desearían ser como ella.
Ella agarró el saco de monedas y se sentó en uno de los sillones y dijo
— Esperare que el té hierva —
con una voz gélida, la piel de Myrna se erizó y se dirigió hacia cocina, agarró una olla y puso agua dentro de ella, y luego la puso al fogón, esa era la cocina en ese tiempo, pasaron 15 minutos y burbujas aparecieron, eso significaba que el agua ya estaba lista, Myrna agarro una tetera de color blanca con dibujos de rosas rojas en los costados, y puso agua ahí, se agacho y abrió una caja para sacar una bolsa de tela, para abrirla y sacar una cuchara de hierbas, que era té, esa cuchara la puso en la tetera y empezó a batirla, y después puso la tapa a la tetera para que el vapor no salga.
Ella se dirigió hacia Bernadett y puso la tetera en la mesilla, luego se dirigió nuevamente a la cocina para agarrar un azucarero y una taza.
— Oh...extraño este pueblo, su té es muy delicioso, veo que casi todos ya dejaron este pueblo, quisiera....ooh, no estoy aquí para hablar de mi — Bernadett llevo la taza a sus perfectos labios y tomó todo el té, rapidamente.
— Bueno tengo que irme, tal vez vuelva para que me regales esa bolsa, realmente no sé si es el té el que viene así o es la mano del preparador —
Ella se levantó del sillón y suspiro, a Bernadett le había atraído una pintura en la que estaba en la pared .
— U-u-usted debe estar ocupada ¿No?— fue caminando rápido hacia Bernadett y le dijo.
— Hasta luego — Myrna le sonrío.
La mujer sonrió y salió de esa casa. Era algo extraño que Bernadett haya querido obtener una pieza de arte de ella, se supone que Bernadett está rodeada de gente profesional, ella era una dama muy reconocida y amada, claramente era la esposa del señor Alfred, vivía en una casa muy grande que parecían castillos y tenían mil sirvientes comiendo de sus mano, todas sus prendas eran de vestidos muy largos con decoraciones de perlas, rubís o trozos de oro, siempre vestía de la mejor manera, siempre tenía las mejores comidas y mejores cosas a su alrededor.
(La envidio, pero no puedo odiarla)
A veces Myrna deseaba haber nacido hombre y no enfrentar las atrocidades las cuales la lastimaron.
Al salir de la casa Bernadett se subió a un carruaje en donde habían dos caballos gigantes de color blanco, con el poco sol que había, hacia resaltar su hermoso pelaje de blanco nieve cegante habían dos escoltas esperándola para subirle al carruaje.
(Que mujer tan bella)
Myrna lavaba los trastes, mientras pensaba como ocultaría a Yoongi todo este tiempo sin que el señor Javier se dé cuenta, ella conocía al señor Javier desde mucho tiempo y sabía que nunca pero nunca enterraba a las personas muertas a su alrededor, eso se le hizo más fácil para Myrna, pero....¿Qué pasará cuando cuenten el dinero en su casa? eso le preocupaba mucho, mientras ponía avena a la olla que se hervía, sintió pasos que se dirigía hacía ella, pero solo lo ignoraba, hasta que se hicieron fuerte y rápidos, ella agarró un cucharon, su corazón empezó a latir rápido, ella no creía que era Yoongi ya que sus pies estaban mal, y de paso los sonidos eran como si estuviera corriendo, también no podía ser que provenía de afuera, ese lugar estaba casi desolado, por la desesperación que sentía sus manos empezaron a temblar, el ambiente en ese momento se puso tétrico, y el estilo de su casa no ayudaba, las paredes eran de un color gris platino con decoraciones de flores muertas, tenía cuadros de caras desfiguradas y siempre daba un ambiente melancólico, sintió que alguien estaba detrás de ella, se escuchaba una respiración, parecía estar cerca pero tan lejos, se dio la vuelta cerrando los ojos y tiro el cucharon muy fuerte, hasta que se escuchó un « ¡¡Auch!!» Myrna abrió los ojos de par en par y Yoongi se frotaba la cabeza mientras fruncía el ceño, Yoongi la empezó a señalar y empezó a sonreír, y dijo con una voz burlona
— Jajaja, que débil eres, te asústate, te asustaste — una de esas empezó a reír a carcajadas y Myrna puso una cara de desagrado, Yoongi dijo con una voz orgullosa
— Vote tus zapatos por el pasillo; esta casa da miedo ¿no? JAJA, deberías plantar algunas flores o un árbol, los árboles de este sector se secaron, me gusta este clima nostálgico —
Empezó a sonreír, su sonrisa era tan linda pero melancolica lo notorio que eran sus encías moradas, Myrna al verlo sonreír sus ojos se empapaban lentamente de lágrimas ( ¿Cómo puede estar así después de que casi lo matan? ) ella veía como le inyectaban un montón de cosas a su cuerpo, y como gritaba para que no pongan un tuvo en la boca, el gas que le hacían oler para que se desmayara y algunos líquidos hagan efecto, ver su desnutrido cuerpo, inyectándole acido y teniendo convulsiones, verlo rogar para que le den un poco de pan, realmente ella no sabe de cómo sobrevivió ese chico, aquel joven de 16 que no sabia nada de lo que era vivir y que vivio el dolor de una manera descomunal parecía una calavera andante mientras lo trasladaban de un cuarto al otro en el laboratorio, su cuerpo lleno de moretones, su piel tan pálida que parecía que no tuviera sangre, sus profundas ojeras lilas por que no podía dormir y casi rojas por el llanto que hacia todo el día, rompía el corazón de Myrna.
— Olvide que día es mi cumpleaños, mi madre solo sabía eso... — se escuchó una voz neutra, ella miro a Yoongi y dijo con su voz amable
— Yo lo recuerdo...yo ayude a tu madre cuando ella te tenía en su vientre, y yo te cuidaba mientras ella trabajaba, eras muy difícil de calmar —
Un olor se hizo presente, un olor muy sabroso, dulce y salado, provenía de la olla de avena, Myrna se dio la vuelta y abrió su cajón y sacó una servilleta, después apago el fogón.
— La sopa ya está lista, siéntate —
Ella servía la sopa, mientras tanto Yoongi se acercaba al comedor que estaba cerca de la cocina una de esas vio una foto atrancada en una pata de la silla...
