— Bueno...realmente no me interesa el aspecto físico... —
El chico dijo un poco dócil, tratando de no sonar malo.
— Pero... ¿ella es linda para ti? —
Dijo la señora con un tono suave, mientras llevaba su taza lentamente a su boca.
— Bueno...si lo es, todas las mujeres lo son ¿no? —
La madre abrió los ojos y chillo de emoción, mientras Juliette solo miraba sus pies con una expresión de vergüenza, los músculos de su cara se tensaron y sentía una picazón en su cara, sus manos se volvieron sudorosas y su respiración no se notaba, para no llamar la atención, ella quería ser invisible en ese momento, estar ahí era tan incómodo, el pensamiento (quiero irme, quiero desaparecer) se hacía aún más presente.
— Bueno creo que es hora de irme...hasta luego... —
Dijo el chico levantándose del sillón café sepia, mientras veía a Juliette con la cabeza baja, su mirada fue muy fría, su rostro era inexpresivo, parecía como si ella le hubiera hecho algo malo, claro, puede hacer eso, tiene demasiado dinero y podía tratar a alguien como sea, podría enojarse contigo si quisiese o podría matarte si le da la gana.
« El juego de la orilla »
Juliette paseaba por las orillas del lago mientras cerraba los ojos, en su mente contaba números hasta llegar a un número más grande que el 100, si se caía al lago perdía y tenía que volver a hacerlo, realmente ese juego era muy entretenido para ella pero cuando la gente iba a ese lago a sacar flores pensaban que ella estaba loca, una bella loca la apodaban « esa mujer es muy linda, que pena que no esté bien mentalmente, ya se hubiera casado con un hombre millonario » las mujeres de ese lugar siempre decían eso, mientras Juliette solo se reía de lo tontas que eran.
Ella siempre se ponía un vestido delgado y cómodo para poder ir al lago pero a veces se ponía los vestidos grandes esponjosos que tenía, ya que también quería sentirse linda, siempre llevaba un peine, para peinar su hermoso pelo.
Paso un tiempo y su rutina seguía igual, hasta que el hombre que hace tiempo conoció volvió ahí, pero con una mujer a su a lado una mujer rubia de ojos verdes musgo, usaba un vestido negro con corsé azul y con un sombrero bombín de color azul cobalto, sus labios estaban pintados de un rojo vivo y lo demás no tenía maquillaje, pero sus ojos resaltaban más, era linda, su cabeza estaba puesta en el hombro del hombre mientras caminaban hacia el lago.
— ¿Otra vez tú?... —
Alfred dijo con una voz dócil mientras la mujer le pregunto
— ¿Quién es ella? —
Hubo un silencio, hasta que Juliette dijo
— Realmente...hay muchos lagos ¿por qué no vas?...si te molesta mi presencia ¿por qué vienes? sabiendo que siempre estoy aquí —
Juliette trato de no enojarse y lo dijo relajada.
Hasta que el respondió.
— Este es el único lago que es limpi- ¿tus padres no te educaron? deberías de tener respeto hacia un- —
Él dijo firme, pero la mujer le interrumpió.
— Ya, dejen de hacer problema ¿por qué no compartimos el lago? este lago no es de nadie —
La mujer se empezó a sacar sus tacos y desabrocharse la falda de su vestido, también lo hizo con su corsé hasta quedarse con un vestido delgado de blanco papiro, cual hacía que su clavícula se notara mucho y dejaba ver muy bien su hermoso cuerpo esbelto, se quitó el sombrero y corrió al lago para saltar, el chasquido del agua fue fuerte, que parecía que se quedaría sin agua.
— L-lo siento ¿te salpique? —
Juliette sonrió suavemente.
— Estoy bien... —
Juliette sonreía falsamente mientras se acomodaba el pelo, y el hombre solo se sentó en la orilla del lago mientras suspiraba.
— Esta agua es muy limpia y relajante, creo que vendré aquí más a menudo —
La mujer dijo suspirante hasta que Alfred metió su mano al lago y mojó su cara, y esta solo empezó a quejarse, empezaron a reír y a pelear que parecía que molestaban a la Joven pálida.
—Bueno ¿cuánto tardaran?... —
Juliette dijo un poco molesta.
— T-te ¿te enoje? lo siento...—
Dijo la chica un poco decepcionada.
— N-no solo preguntaba —
Juliette trato de ser amable.
— Bueno...cambiando de tema, tus eres la loca del lago ¿no es así? —
La chica rio bajo, mientras Juliette solo bajo la cabeza.
— ¿Qué haces para estar casi todo el día y no aburrirte? perdón... ¿Cuál es tu nombre? —
La chica se fue apoyando lentamente a la orilla mientras sonreía.
— Juliette, mi nombre es Juliette ¿el... tuyo? —
— Anastasia, un gusto Juliette... —
Anastasia tomo aire y metió su cabeza al lago, mientras Alfred se empezó a echar pareciendo adormilado, Juliette no sabía qué hacer, irse, quedarse, hablar, ignorarlos y caminar por la orilla o arrancar las rosas, tenía muchas opciones pero no sabía que escoger.
— Escuche que siempre caminas por las orillas y- —
— Es un juego... —
Juliette dijo de mala gana mientras se empezó a sentar.
— Podrías... ¿enseñármelo? —
Anastasia dijo amable, mientras Juliette levanto la mirada.
— Solo trata de caminar por la orilla y llegar a un número mayor que el cien, pero si te caes vuelves a intentarlo...—
Anastasia sonrió y salió del lago por lo cual empezó a caminar por las orillas con una sonrisa.
— Es con los ojos cerrados...—
Habían pasado horas y horas, y Juliette había conseguido una amiga, hasta ella no sabe de cómo, si ella solo trataba de hacerla sentir incomoda pero no podía, hablaban de su belleza, de las pinturas que usaban y cosas de belleza, realmente la joven pálida comprendió que Anastasia no solo era una persona común y corriente, si no...alguien importante, tras que la joven Anastasia contaba de como la trataban en su hogar y como era su rutina, parecía que ella era una reina, de cómo varias mujeres peinaban su pelo y limpiaban su habitación, que tenía vestidos personalizados y tenía que escoger para poder comer, que tenía su propio carruaje para poder pasear, y muchos caballos blancos para cabalgar, personas que la maquillaban o personas que siempre estaban detrás de ella para cumplir cualquier cosa que ella diga, si no cumplías de lo que ella te pedía, te mandaban a «castigar» podría decirlo.
Siempre hacían fiestas, en donde muchas personas bailaban y tocaban varios instrumentos formando unas melodías muy bellas, aunque eran dificiles de componerlas, ya que las musicas que escuchaban casualmente eran muy aburrida para ellos, la rubia le dijo que ella podía hacer cualquier fiesta si le da la gana, realmente sus padres la amaban como ella decía, hasta empezó a contar de las cosas que rompió o robo y sus padres no la castigaban, mientras se empezaron a reír a carcajadas a Juliette se le salió
— Por lo menos no te castigan por cualquier estupidez que hagas, JAJA —
Mientras la cara de Anastasia se relajó y dijo
— ¿A ti te castigan? supongo que si —
Mirando los pies de Juliette, sus pies tenían marcas de amarraduras fuertes, se podían ver los lilas que eran esas marcas y lo rojas que eran «supongo que son recientes» dijo Anastasia.
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Insomnia- BTS
FanfictionLa crueldad de un hombre poderoso no tiene limite, el corazón del ser humano está podrido y muerto, no tiene solución, arreglarlo no servirá y quitarlo tampoco, hay una peste que gobierna y condena a los inocentes a castigos injustos. Niños pobres...