Malas noticias

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Bakugo pocas veces en su vida había dudado de algo, a que escuela deseaba ir, universidad, carrera, lugares en los que quería trabajar, incluso, el departamento y las cosas que quería junto a la que llegase a ser su pareja, Kirishima Eijiro, el hombre de su vida, al que había terminado, al que había sacado de su vida.

El rubio respiró pesadamente, durante la escuela y la universidad, la existencia de Kirishima había sido una constante, algo que le daba paz, que le daba alegría, era su sol personal, por eso, ante el miedo de lo que estaba pasando, la idea de que, el pelirrojo se apagase, que su brillo se perdiese, le partía el corazón, así que, lucharía y cuando estuviese recuperado, podría luchar por recuperarlo.

Tomó la carpeta con sus exámenes, miró sus documentos en su billetera, no estaba realmente asustado, había pasado los últimos días investigando, había leído muchos artículos desde que sintió esa extraña masa en su pezón derecho.

Era verano, pero había salido con ropa lo bastante discreta y cubierta, debía llegar al trabajo luego de revisar con el médico el plan de tratamiento.

El doctor le había dicho, lo había mencionado demasiadas veces, era necesario contar con una red de apoyo, el tratamiento muchas veces era demasiado invasivo, los medicamentos demasiado fuertes, el daño mental, grande y a veces, incalculable. Pero se había negado a la idea de llamar a sus amigos, de incluir a Kirishima, había visto a su amado pelirrojo apagarse cuando su madre había enfermado, había visto al pelirrojo consumirse por la tristeza y no sería él quien trajera algo tan terrible para él.

Solía estar pendiente de su cuerpo, por eso, cuando sus pezones cambiaron de color, cuando esas extrañas marcas rojas y las pequeñas bolitas palpables aparecieron, había visitado el hospital, y su sufrimiento había comenzado.

Sus manos habían comenzado a sudar, las biopsias lo habían puesto muy nervioso, pero el diagnostico hasta el momento lo mantenía tranquilo, había buscado datos y aunque le hubiese gustado discutir con Shinso y que este le explicara más, ya que era el único idiota que había estudiado algo relacionado con salud, se quedó tranquilo al saber, que el tratamiento más recomendado para su caso, era radioterapias y la cirugía.

Las puertas del hospital parecían aún más grandes de lo que los recordaba, cerró los ojos y apretó los puños, deseando tener la mano de Eijiro entre la suya, en sentir la piel del otro sobre la propia, de escucharlo quejarse de que sus manos siempre sudaban cuando estaba nervioso o tenso.

Pensó en sus amigos, todos, los últimos días, habían limitado cada contacto a un punto casi nulo, incluso Denki y Sero se habían presentado en su departamento para llevarse las cosas de Kirishima, sin si quiera mirarlo o esperar una explicación, a lo que el rubio no opuso resistencia, aunque simplemente tomó algunas sudaderas y las escondió, esperando tener un poco del pelirrojo para él, ahora se sentía molesto por no llevar una de las sudaderas.

La oficina del médico que lo estaba tratando estaba mucho más fría de lo que el mismo recordaba y la mirada que ahora estaba sobre sus hombros parecía incluso más pesada de lo que sabía que era, por lo que, sabía que algo malo se estaba avecinando.

—¿Qué ocurre?

—Katsuki, las noticias de la segunda biopsia no son los mejores...—el rubio sintió algo frío recorrer su espalda. — Efectivamente ambas mamas se encuentran afectadas, hay lesiones en ambas y aunque la mama izquierda se encuentra con un carcinoma ductal, la mamá derecha presenta una lesión demasiado grande, mide más de 1 cm y tiene receptores hormonales negativos, por lo que entenderás que la terapia hormonal que habíamos evaluado en una primera instancia, dejó de ser opción.

—Voy a morir...— La tierra bajo sus pies parecía ser casi como una gelatina.

—Es mucho más agresivo Katsuki, pero tenemos buena respuesta con quimioterapia, luego de la cirugía. — el médico levantó la vista. — debes entender que en este momento es vital que tomemos cartas en el asunto, te daré la orden de los exámenes pre-quirúrgicos y la información para el anestesista, es momento de proceder con la cirugía de ambas mamas y aunque siento que esto debe ser demasiado para procesar, no podremos realizar una tumorectomía, lamentablemente dejaste de ser candidato, debemos proceder con una mastectomía, lo lamento. — el médico esperó unos minutos y luego agregó. —¿Katsuki?

—Yo, no quiero morir...

—Katsuki, no puedo prometerte nada, mi ética no me lo permite, pero si te aseguro que haremos hasta lo imposible, esta no es solo tu lucha, es de ambos.

—Gracias...

Katsuki salió con su carpeta llena de órdenes de exámenes, con un diagnostico distinto y con un creciente miedo en el fondo de su pecho, tendría la primera cirugía en dos semanas, luego las quimios y si la vida estaba de su lado, podría recuperar a Kirishima.

—Voy vencerte cáncer de mierda.

DestruidoWhere stories live. Discover now