Quiebres

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Bakugo caminaba rumbo a la clínica, debía repetirse los exámenes antes de esa quimio, necesitaban saber que sus defensas, que su cuerpo fuese capaz de soportar todo lo que estaba viviendo, aunque sabía que su cuerpo podría soportar un poco más, había otra parte de él mismo que no quería continuar, que no quería seguir adelante.

La imagen de Kirishima se había repetido en su cabeza de una forma dolorosa, pero de alguna manera, había seguido, casi como si estuviese en automático, había comido, tomado sus medicamentos y dormido, había trabajado algunas horas y pagado los exámenes de esa semana, pero por sobre todo, había llorado, había dejado sus lágrimas bajar de forma dolorosa por sus mejillas, había dejado escapar el dolor y la desesperación, había aceptado que, aunque se salvara, Kirishima había continuado su camino.

Le dolía el pecho, tenía los ojos un poco amoratados y la piel de las mejillas hundida por como su cuerpo había empezado a rechazar el alimento, pero había seguido adelante con el tratamiento, pero últimamente sentía que estaba perdiendo la batalla.

Se paseó por la sala, todo estaba sucio, había intentado limpiar, pero su cuerpo le había pedido que se recostara; las náuseas y la sensación de pesades lo había llevado a que, simplemente se tirara sobre la cama y sufriera.

Muchas de las personas que había conocido en las quimios le había aconsejado que rapara su cabeza, que eso le ayudaría, que dejaría de evitar mirarse a los espejos de su casa, pero aunque tenía una maquina con la que hacerlo, no pudo, simplemente había tocado su cabello y se había negado a la idea, Kirishima solía pedirle que lo dejara largo, ahora sentía que sería fallarle demasiado, por lo que, luego de ver sus mechones cayendo entre sus dedos, acomodó su gorro y salió con rumbo a la clínica, esperando que su cuerpo, que su sistema inmune no renunciara ahora.

Shoto miraba con un gesto de lastima a Shinso, quien estaba nuevamente de turno en toma de muestras.

—¿Denuevo?

—Me equivoqué con unos análisis, demonios solo fue un ticket, pero aquí estoy...

—Es solo cansancio. — Shoto quiso sonreír, su jefe de internado solía enviarlos a toma de muestras para que no cometieran errores que podían a la larga significar un daño para algún paciente o era lo que les daba de razón.

—No quiero estar aquí, pero por lo menos no fue algo peor, como para que me suspendieran.

—¿Almorzamos? Denki le dijo a Hanta que teníamos el mismo horario y que quería que comiéramos junto para que te vigilara que no tomaras café en exceso.

—Se supone que eso no debes decírmelo.

Shoto puso una de sus manos en su barbilla y luego de pensarlo un par de minutos, concluyó. — Creo que tienes razón, pero Hanta sabe como soy, así que probablemente me lo dijo con la idea de que si te lo diga. — Shoto se giró sobre sus talones y solo escuchó la risa de Shinso antes de marcharse.

Se detuvo al notar el nombre que estaba siendo llamado para toma de muestras "Katsuki Bakugo".

Sabía que el rubio se atendía en el lugar, pero por alguna razón, desde que Kirishima les había contado sobre la ruptura, Shoto no había sentido ganas de verlo, por lo que, en ese momento, fue extraña su curiosidad, pero simplemente le hizo caso a ese instinto y caminó al cubículo.

Se quedó muy quieto al notar como el chico que se acomodaba en la silla para las muestras se veía más delgado de lo que el recordaba que era el rubio, se acercó solo para notar lo pálida y amarillenta que se veía la piel del joven y de como esa ropa parecía demasiado grande para su talla.

Para Shoto fue claro que estaba enfermo, el rubio no podía estar bien, parecía apagado y sumiso, estaba delgado y parecía bastante mal, por lo que, fue a la hora del almuerzo del día siguiente, en la que, estaba sentado mirando el dispositivo en sus manos.

Había buscado el historial de su amigo, sabía que eso podría costarle su puesto, incluso su carrera, por lo que, hasta ese momento no había logrado decidir si era correcto leerlo

—¿Shoto?

El pelirrojo saltó, mirando a Shinso frente a él, quien dejó la bandeja con dos cafés y unos platos de comida. — Denki me dijo que Sero lo había llamado preocupado, que habías llegado más callado de lo normal y estaba preocupado, pensé que era cansancio, pero veo que no es eso...— Shinso se sentó. — ¿Hay algo mal?

—No, si... puede ser. — Shoto despegó la pantalla de su pecho y suspirando agregó. — Haré algo que debo hacer, haré algo que puede arruinar mi carrera, pero, no quiero que Hanta sufra por algo, así que, si no quieres estar metido en esto, debes levantarte e irte.

—No me iré sin que me digas que estupidez estás pensando.

—Revisaré un historial.

—No veo que tiene de malo, es nuestro...

—Es el historial de Bakugo.

—¿Qué?

—Ayer Bakugo estaba en toma de muestras, pude ver algo de las ordenes, son exámenes demasiado específicos, no de una revisión general, es algo...

Shinso estaba asustado, pero simplemente asintió cuando Shoto bajó la mirada y comenzó a leer.

Fueron unos minutos los que ambos tardaron en sentir que el suelo bajo sus pies parecía estarse quebrando, se miraron un par de segundos y un fuerte dolor comenzó a crecer en sus pechos, las imágenes de sus parejas, del dolor y de lo terrible que era la verdad que ahora parecía estarle dando razones a todo lo que había ocurrido.

Ambos se miraron, pues sus carreras probablemente se irían al caño, pero debían llamar a sus parejas, debían pedirles a Sero y Denki que fueran de inmediato, aunque eso, significara perder sus carreras para siempre.

DestruidoWhere stories live. Discover now