Inicios o finales

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Ya salí de vacaciones, por lo que espero poder traerles algunas actualizaciones más seguidas...

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Bakugo sentía un cansancio extremo, había un millón de cosas en su cabeza, tanta información, tantas cosas que daban mil vueltas, pero lo único en lo que podía pensar era en Kirishima.

Caminó por su departamento, alejando la mirada de los espejos, pensando en cómo Eiji lo había mirado todos los años de relación.

Tomó entre sus manos la sudadera que había llevado la última noche que el pelirrojo había estado a su lado, recordó su sonrisa, en como parecía que su paso por el departamento era como un baile, mientras la comida se quemaba.

El médico había señalado cuatro rondas de quimio, la idea era encapsular el daño de la mama derecha, la más afectada, para de esa forma dejar algo de su pecho, no tener que extirpar toda la aureola y pezón, por lo que, luego de esas dos largas semanas desde su diagnostico y desde que su amado había dejado esa casa, su primera quimio estaba a la vuelta de la esquina y esta asustado; había estado trabajando demasiado, sus licencias ya habían sido entregadas, y ahora debía estar en su casa, cómodo, descansando, pero solo podía pensar en cómo se sentiría su cuerpo y en que estaría solo.

Por su parte, Kirishima se había dejado caer en el sillón de Denki, mirando a la nada. Había continuado con su rutina, pero en esos minutos, esos pequeños momentos en los que, sentado tranquilo, el recuerdo de Bakugo lo embargaba, quebrando demasiadas partes de su corazón.

Kirishima estaba seguro de que el rubio había pensado en él, estaba seguro de que lo amaba, estaba seguro de que había algo más tras todo lo que le había dicho, pero no tenía fuerzas para buscarlo, no tenía esa capacidad, la había perdido.

—¿Bro? — Denki lo miraba desde la cocina, con la mirada preocupada. — ¿te sientes mal?

—Solo triste bro. — Kirishima suspiró. — pienso tanto en todo lo que ocurrió esa noche, pienso en Bakugo, en todo lo que me dijo y la verdad, no comprendo lo que pasó.

—No deberías pensar en eso...— Denki se acomodó junto al pelirrojo, apoyando su cabeza sobre el hombro de uno de sus mejores amigos. — No creo que sea momento de pensar en eso, no puedo hablar por Bakugo...

—Bakubro.

—¿Qué?

—No quiero que dejes de llamarlo "Bro", deben seguir siendo su amigo.

—Creo que tenemos derecho a elegir quienes son nuestros amigos...

—Dejar de ser amigos por un quiebre es una de las primeras cosas que dijimos no haríamos, ni cuando terminaste con Sero por Shinso te dejamos...

Denki suspiró, Kirishima amaba al rubio explosivo, por eso lo cuidaba, por eso rogaba para que este pudiese tener una buena razón para tomar una elección como terminar una relación que tenían.

El hospital era un lugar demasiado grande, por lo que, normalmente Shoto y Hitoshi no se encontraban, pero eso día, la cafetería los había reunido.

—El internado va a terminar matándome. — Shinso seguía consumiendo café, su sueño era demasiado.

—No lo digas ni en broma, Hanta me regaña cuando uso la palabra. — Shoto había optado por algo saludable, no quería agotarse, no más de lo que ya se encontraba.

—Bueno eso tiene que ver con el historial que llevas en la espalda. — Shinso no se contuvo, soltó la frase, simplemente, haciendo que el de cabello de dos colores lo había mirado con una sonrisa de reproche en los labios. — Okey, okey, no temas de suicidio...

—¿Aún esta Kirishima durmiendo en tu sofá?

—Si, ya no llora como la primera noche, pero tampoco se encuentra bien.

—Un quiebre nunca es sencillo.

Ambos chicos continuaron conversando, sin notar como cierto rubio cenizo avanzaba lentamente, hacía el pabellón de oncología.

—Señor Katsuki Bakugo, lo acompañaré, entiendo que puede no estar familiarizado con todo el proceso, lo primero que debemos hacer es insertar un catéter por el que se administrarán las quimios, los cuerpos tienen distintos accesos...

Bakugo había dejado de escuchar todo lo que decían, estaba asustado, estaba preocupado y aunque su rostro mostraba simple molestia, tenía demasiado miedo, quería llorar y pedir por sus padres, buscar que ellos estuviesen junto a él en un momento aterrador como ese, pero ya no estaban a su lado, quería llamar a sus amigos, mandar un mensaje en el grupo y decirles "eyyy idiotas, vengan al hospital, estoy asustado, tengo miedo", quería llamar a Kirishima, quería tomar sus manos y sentir su calor, quería creer que le ganaría a algo como esa asquerosa enfermedad.

Bakugo estaba recostado en ese extraño sofá, con el catéter bajo su clavícula, en su pecho, como una estaca.

El rubio volvió a ver a la enferma, quien lo miraba. — ¿Disculpe?

—Lo veo distraído. — La mujer sonrió. — Le digo que tenemos un lugar para su acompañante, por lo que no dude en indicarnos quien...

—No vendrá nadie...

La mujer se sorprendió, pero sonrió, muchos pacientes estaban en negación, la quimioterapia rompía muchas cosas, rompe familia, rompe amistades, pero por, sobre todo, rompe al paciente, la red de apoyo era vital, pero en los primeros momentos, en donde no se deseaba ser una carga, esos, eran momentos en lo aún, no existía una red completa, donde muchos pacientes llegaban solos, diciendo que ellos podían luchar solos, que vencerían todo solos, pero ese pabellón quebraba el alma de los pacientes, quebraba las fuerzas, no quebraban a quienes luchaban, no quebraban sus ganas de luchar por seguir con vida, pero si quebraba sus fuerzas, si los hacía depender de alguien más.

La mujer volvió con la mezcla, conectó la bolsa al catéter del rubio y dejó varias cosas cerca de él, agua, una manta y un pequeño recipiente, Katsuki no miró hacia ninguna parte, supo el momento exacto en que, esa sustancia entró a su cuerpo, cerró los ojos y pensó en todos a quienes amaba, prometiéndose ser una mejor persona, un mejor amigo y una mejor pareja, cuando saliera de eso, cuando ya no hubiese una pesca de cáncer en su cuerpo los buscaría a todos, los buscaría y haría todo por ellos, para que supieran cuanto los amaba y cuan arrepentido estaba de no decírselos antes, le diría a Kirishima que volvieran y que viviesen juntos por la eternidad.

Por su parte, cierto pelirrojo entraba a un local de comida, encontrando con la mirada a alguien que llevaba muchos años sin ver, Denki tenía razón, había pasado poco tiempo, pero no podía seguir pensando en Bakugo, si el ya no lo amaba, debía seguir con su vida, debía recuperar lo perdido y quizá, simplemente buscar una nueva felicidad.

DestruidoWhere stories live. Discover now