Es momento de llamar a Kirishima

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Perdón la demora, pero los juro que mi historia no está olvidada, solo un poco atrasada.



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—Detén el auto Hitoshi...

La voz de Sero salió estrangula, pero el pelimorado no había duda un segundo en detenerse, era la quinta vez en ese viaje, que el pelinegro le había pedido lo mismo.

Solo fue un segundo, en el que el más alto pudo notar como Sero terminaba de rodillas en un costado de la vía con las manos de Shoto acariciando su espalda, por su parte, solo podía apretar el volante mientras de reojo miraba a Kaminari, quien parecía estar demasiado distraído en el paisaje a su alrededor.

—¿Den?

—Estoy asustado...— el rubio susurraba. — Estoy asustado de verlo, yo no puedo hacer un viaje en carretera solo y Bakugou Katsuki acaba de vivir un diagnóstico de cáncer, una ruptura y tratamiento como lo son las quimioterapias él solo...

—Bakugo siempre ha sido más fuerte que cualquier...— Shinso quería sonar seguro, pero el mismo sabía que Kaminari no solo estaba triste, estaba furioso.

—También es un estúpido egoísta. — Kaminari se limpió las lágrimas, molesto, mientras apretaba sus labios, mordiéndose el extremo de este, dejando el sabor a sangre cubriendo el interior de su boca.

—No creo que esa fuese su idea. — Sero parecía molesto, pero por sobre todo parecía cansado, había vomitado demasiadas veces y su estomago seguía más pesado o incluso peor. —Bakugo no quería ser una molestia, seguramente cree que al curarse irá con nosotros y nos dirá "extras, vencí al cáncer" como si fuese el mejor de sus logros. — Sero apoyó su cabeza en Todoroki y cerró los ojos para seguir hablando. — ¿Cómo está? ¿Cuántas quimios lleva?

—Varias, está perdiendo el cabello, las dosis de medicamentos han sido bastantes fuertes, ha bajado de peso, perdido musculatura y cabello, ha cambiado sus alimentos e incluso está viendo un nutriólogo para poder mejorar sus comidas.

—Bakugo cocina bien.

—Ya casi no tiene fuerzas. — Shinso tomó la palabra, quería preparar a los chicos para lo que se encontrarían, ellos habían estado con Bakugo la noche anterior, había ayudado todo lo posible, pero sabía que las mañanas post quimio podían ser muy malas. — Está destruido y aunque se que ustedes están dolidos, el que importa ahora es Bakugo, no podemos reclamar, no podemos juzgar sus decisiones, el nos necesita presentes, necesita ayuda, también...—Hitoshi dudó

—Necesita a Kirishima...—Todoroki terminó la frase, pero una rotunda negativa lo silenció.

—No— Denki miraba al frente. — Kirishima estaba destruido, terminar su relación y todo lo que Bakugo dijo, fue demasiado duro, no llamaremos a Kirishima.

—Denki, amor, Bakugo lo necesita.

El rubio se mantuvo en silencio, al parecer estaba dispuesto a mantener su palabra, la llegada al departamento del explosivo fue más rápido de lo que todos esperaban.

Por su parte, Katsuki estaba en el baño, su cuerpo le dolía demasiado, quería darse un baño, sentía el olor de su cuerpo saliendo por sus poros, la quimio, los medicamentos, el hospital, todos esos olores estaban pegados a su piel.

Miró el frasco sobre el buró, debía comer algo ligero y tomar un poco de jugo, eso solía apaciguar su estomago luego de esa dosis, pero solo con pensar en levantarse desde ese cómodo asiendo, sentía que las fuerzas dejarían su cuerpo.

Estaba agradecido de Shinso y Todoroki, llevaba semanas sin hacer muchas cosas de su hogar, semanas en las que el polvo y la ropa sucia se habían acumulado, semanas en las que su nevera se había vaciado, al igual que su estómago.

Pensó en preparase un baño, pero la sensación de mareo lo hizo resistirse, muchos de sus compañeros de quimio decían que los medicamentos los hacían desmayarse, por lo que, tenía miedo, un miedo irracional a morir.

—Bueno, si muero en el baño nadie vendrá, quizá me podriré aquí...

Bakugo volvió a mirar los medicamentos, si se tomaba el frasco completo podría morir, podría irse, podría marcharse en silencio, ¿sería doloroso? ¿dolería más de lo que duele tomar sus medicamentos como parte del tratamiento?

Tomar el frasco y quitarle la tapa, era fácil, sencillo, era solo un momento, con un poco de agua, todo el frasco y el dolor se acabaría, todo el frasco y su piel ya no quemaría, todo el frasco y el olor del vomito no llenaría todo el lugar, todo el frasco y ese asco en la boca del estomago se iría para siempre.

Rodó la tapa y apretando los ojos, solo pudo pensar en Kirishima, solo pudo imaginarlo, ese apartamento era del pelirrojo también, no podía mancharlo con su muerte, además, el cáncer lo estaba acabando, podía morir en el hospital y su amado Eiji podría usar el lugar, podría vivir su vida, podría incluso armar su familia.

Bakugo se imaginó a varios pequeños de cabello negro, un perro y un gato, corriendo por la sala y a Kirishima, sirviendo esas sopas que amaban, esas sopas de su lugar secreto, de ese lugar que ahora compartía con alguien más.

Sintió las lágrimas bajar por sus mejillas, sintió el dolor creciente en su pecho, la imagen de Kirishima con alguien más le rompió el alma, le dolía demasiado, le dolía más que todo lo que había vivido en ese tiempo.

Caminó hacía la puerta cuando el sonido de las llaves lo hizo estremecer, limpió sus lágrimas, sabía que sus ojos estaban rojos, solo podían ser dos personas, las únicas dos personas que le han prestado un hombro para llorar, las únicas personas que le habían dado algún cuidado en ese tiempo.

Caminó hasta la sala, cuando sus ojos se encontraron con dos miradas que no recordaba haber visto en demasiado tiempo.

—Denki, Sero...

Bakugo intentó tragar, pero su garganta estaba cerrada, ¿se había puesto su gorro? no podía recordarlo, no podía pensar en nada, solo quería correr, solo quería alejarse

Ninguno se movía y el tiempo parecía ir demasiado lento, pero fue Denki quien acortó la distancia, haciendo que Hitoshi se preocupara, su novio era temperamental y había estado furioso con Bakugo por semanas, ahora, con toda la verdad, era difícil entender que pensaba su eléctrico novio.

—Denk...

—¿Desayunaste? — Denki había puesto su mano sobre la mejilla del rubio. — Luces pálido y hambriento ¿Qué puedes comer?

—Yo, en realidad no he comido. — Bakugo sentía el nudo en su garganta. — Me duele el estómago la verdad, pero puedo comer avena y...— Miró a Sero, quien estaba más cerca. — quiero jugo...— No pudo seguir hablando cuando los brazos de Denki rodearon a Bakugo, apretándolo contra su cuerpo.

—Debiste pedir ayuda, no debiste estar solo, no debiste.

Katsuki sintió algo extraño en su pecho y simplemente comenzó a reír, mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas, siempre se había quejado por lo empalagoso que podía llegar a ser el rubio, pero ahora, le parecía simplemente la mejor sensación del mundo, la sensación de sentirte amado, la sensación de que alguien te acompañe, la sensación de que sus amigos estaban nuevamente para él.

Y en un suave susurro. —Es momento de llamar a Kirishima.

DestruidoWhere stories live. Discover now