Shinso y Shoto estaban frente a sus supervisores, quienes no podían estar seguros de que decir, ambos estaban seguro de que serían reprendidos o por lo menos cuestionados, pero al menos deseaban que ellos no supieran que historiales era los que habían estado mirando los últimos días.
—Aunque ambos tienen permisos y días disponibles para usar, me parece extraño, más con sus actitudes los últimos días, ¿estás ocurriendo algo?
—Es que... —Shinso dudaba.
—Un amigo nuestro no lo está pasando bien y...
—Entendemos eso, pero ustedes son profesionales, si cada vez que algo malo pasa ustedes van a reaccionar pidiendo este tipo de permisos.
—Lo haremos...— Ambos habían hablado, tenían tanto miedo de lo que estaba viviendo, tenían miedo de lo que encontrarían, tenían miedo de que lo de Bakugo fuera peor de lo que pensaban, tenían miedo de la reacción de sus parejas, tenían miedo de todo, del mundo, de ellos, de sus conocimientos, de las miles de estadísticas de cáncer de mama en hombres, de como era que todo solía resultar, tenían mucho miedo.
Aunque los supervisores estaban sorprendidos, pero no dijeron nada, solo asintieron y dejaron a los jóvenes salir, quienes no perdieron el tiempo, no se cambiaron los uniformes, solo corrieron al pabellón de cáncer.
Bakugo sentía mucho dolor, ¿siempre había dolido de esa manera? No, antes dolía, pero antes creía que tenía algo más por lo que luchar, antes tenía a Kirishima o por lo menos tenía la estúpida idea que vencería al cáncer y podría ser feliz, ahora estaba a dos quimios, dos quimios del final de ese dolor y esas dos quimios lo acercaban al final, a la soledad, como podría en ese momento si quiera pensar en que haría después de la operación.
Pensó en sus amigos, ¿alguno de ellos lo acompañaría? Miró la silla junto a él, ese pequeño taburete que ahora estaba frío, vacío.
Nadie lo había llamado en esas semanas, nadie le había escrito, sí, era verdad que era él quien había dado por finalizada la relación, pero nadie había indaga sus motivos, nadie se había preocupado realmente por él, y ahora estaba ahí, solo.
¿Era un mal amigo? ¿Una mala persona? Claro que lo era, siempre lo había sido, lo sabía muy bien, pero esperaba, que en el fondo alguien lo estimara, alguien le diera su apoyo, alguien tomara su mano.
La quimio lo había roto, lo había destruido y el saber que Kirishima estaba rehaciendo su vida, le había drenado el poco amor propio que le quedaba, la poca fuerza que había encontrado para luchar se había marchado.
Una sensación demasiado acida comenzó a subir por su garganta, le quemaba el pecho, le dolía la garganta, iba a vomitar, pero no podía abrir sus ojos, buscó el pequeño frasco cuadrado que la enfermera dejaba a su lado, pero no estaba, se vomitaría encima, daría asco y pena, más de lo que ya daba.
Se inclinó sobre si mismo cuando una de las arcadas se hizo presente, sintió el liquido subiendo por su garganta, pero no fue hasta que sintió un mano sobre su espalda, que simplemente abrió la boca y dejó salir el espeso líquido.
—Tranquilo, respira...—Bakugo comenzó a llorar, la voz de Shoto lo hacía llorar.
—Vamos tranquilo...— una suave toalla, un poco fría, recorrió su frente, Shinso sentía el cuerpo de Katsuki temblando bajo su toque, había comenzado a llorar. — Vamos Katsuki no debes llorar, te afiebrarás.
—Están aquí...— Katsuki lloraba. — Vinieron, están aquí, hay alguien conmigo.
—Siempre debimos saberlo, no debiste hacer nada de esto solo Bakugo. —Shoto estaba serio, incluso un poco molesto por la situación.
—No quería ser una carga, pero estaba asustado. —Comenzó a sollozar. — Me sentía tan mal, sentí que moría y tengo miedo, estoy asustado...
Bakugo se llevó la mano al gorro que aun llevaba, varios mechones de cabello quedaron en la lana, su cabello ahora parecía entrelazarse de forma única con el tejido de ese gorro.
—Tengo miedo de morir...—Shoto y Shinso se miraron, pero fue el primero quien se acomodó sobre el pequeño sofá y atrajo a su cuerpo al otro, apretándolo sobre su pecho.
—No morirás, no morirás, estamos contigo.
Shinso miró su teléfono nuevamente, Kaminari llegaba en dos noches, junto a Sero y serían ellos quienes les contarían todo lo que estaba pasando, luego de eso, debían enfrentar a Kirishima, era lo único que podían hacer, era lo que debían hacer, por Bakugo.
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Destruido
Fanfiction"Te amo tanto que simplemente no puedo amarte, no voy a romper el tesoro que llena mi mundo, no voy a quitarte el brillo que tanto amo, no voy a dejar que pases por esto" -Lo que escuchaste Kirishima, ya no siento lo mismo, creo que es momento de de...