Lamento la demora... solo quedan 2 o 3 capítulos para terminar esto.
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Bakugo mantuvo los ojos cerrados, aunque estaba solo, ese momento parecía tan cercano, solo faltaba la cirugía, solo eso y su remisión, estaba confiado, sabía que lo estaba, sabía que después de todo ese trauma, ya no habría rastros de esa asquerosa enfermedad en su cuerpo, y entonces, luego de tomarse un tiempo para él, de recuperar un poco su yo, podría ir con Kirishima, se arrodillaría y le diría, le suplicaría que volviese, que continuaran en su vida juntos.
Una sensación de asco pareció embargarlo, por lo que, todo su cuerpo tembló, era una sensación de asco demasiado fuerte, para un proceso que estaba recién comenzando.
Buscó a tientas la bandeja plástica para ayudar en esos momentos, la verdad es que no solía vomitar durante las quimios, pero el post era la parte más dolorosa, por lo que, como precaución acomodó su rostro más cerca del pequeño tacho, esperando que su cuerpo se comportaba.
Kirishima por su parte, estaba quieto, inmóvil, no sabía si podía llegar y entrar, no sabía en que sillón estaba, no sabía cómo estaría, los exámenes y los rostros de sus amigos no le habían dejado espacio para dudar de que la situación era más complicada de lo que su cabeza creía.
Vio a una de las enfermeras acercarse, dudó en como consultar, ¿era correcto que estuviese en ese lugar? Estaba seguro de que estaría con Bakugo en algo como eso, pero había una pequeña voz en su cabeza, que le decía que era el rubio que había decidido no vivir el momento con él, por lo que, por un instante pensó que era mejor marcharse, pero la imagen de su madre, de como estaba cuando él era un niño lo quebró, no podría dejar a Bakugo con algo como eso, no podría esperar que estuviese viviendo ese dolor el solo.
—¿Señor? — La enfermera lo miró y habló suavemente.
—Bakugo...— Kirishima sentía que su voz no salía como debía. — Katsuki, Katsuki Bakugo... soy su compañero, su amigo.
La joven sonrió, ese pabellón tenía ciertas cosas, ciertas actitudes, cosas que los hacía reaccionar de una y otra manera, lidiar con una enfermedad los hacía diferente, por lo que, ese rubio solitario había sido algo triste para el personal, aunque parecía estar en mejor condición de lo que todos creían.
—Ha estado resistiendo las quimios muy bien, le es un poco difícil, el proceso es duro para vivirlo solo...
Kirishima se sintió repentinamente atacado. — Yo no estaba enterado, yo habría estado presente.
—Nadie te culpa, cada paciente reacciona diferente. — La mujer sonrió apuntando el lugar donde estaba recostado el rubio con los ojos cerrados.
Kirishima asintió, dando pequeños pasos, parecía tan corta y tan larga la distancia entre ambos, la imagen frente a sus ojos estaba demasiado lejos a lo que recordaba era el rubio, podía ver sus pómulos tan marcados, sus labios resecos, incluso podía decir que el tono de su piel estaba un poco "transparente" o quizás amarillenta.
¿Cuántos kilos habría bajado? La ropa estaba demasiado gigante ¿esa siempre había sido su talla? No, no lo era, pero esa ropa era conocida, sabía que nada de eso que el otro traía era nuevo, pero tampoco era de su tamaño.
—Lo siento...— Katsuki había sentido una presencia a su lado, normalmente las enfermeras llegaban junto a los pacientes de quimio cuando estaban demasiado mal, cuando el proceso los estaba superando, por lo que, solo podía disculparse con quien se estuviese molestando de acompañarlo.
Kirishima estaba incomodo, pero simplemente se sentó al escuchar las palabras del otro, quería acariciar el rostro del otro, quería quitar ese pequeño brillo producto del sudor, producto de la molestia que estaba viviendo.
Levantó sus manos, y suavemente, con sus nudillos acarició suavemente, casi sin siquiera tocar la frente del rubio, le dolía verlo, debía haber estado en esos momentos a su lado, pero se había rendido, había tirado la toalla sin buscar más lejos de las palabras que el rubio le había dado, que las estúpidas escusas de que ya no lo amaba.
Bakugo abrió los ojos, sintiendo que el pecho se le apretaba, quería llorar, debía estar alucinando, no podía ser, la quimio lo estaba haciendo alucinar.
—Ei...— susurró.
—Hola Kats...
El rubio quería decir tantas cosas, pero simplemente no podía, su voz no salía, simplemente se quedaba en su garganta, incluso el aire se quedaba en su interior, quería llorar, sentía sus ojos escocer, sabía que estaban enrojecidos y sabía que las lágrimas estaban bajando por sus mejillas, de manera caudalosa.
—No llores...— Kirishima limpió sus lágrimas, le dolía ver al rubio de esa manera, le dolía saber que estaba solo, que había pasado tanto tiempo solo, que había sentido ese dolor en soledad, que había pasado un proceso doloroso, siendo odiado, sin la compañía de todos quienes se hacían llamar sus amigos y familia. — Te subirá la temperatura y creo que es lo que menos debe pasar ahora. — Kirishima ubicó su mano sobre la mejilla del rubio, extendida, esperando que esta le diera un poco de contención.
Se quedaron quietos, sin decir mucho más, el proceso era lento, y la verdad es que había mucho que conversar, pero el pelirrojo sabía que no era el momento, Katsuki lo necesitaba presente, ya tendrían tiempo para decirse tantas cosas, por ahora, el rubio solo lo necesitaba ahí, presente.
Katsuki sentía su pecho llenarse de alegría, era su corazón hinchándose de felicidad, Kirishima era todo lo que el necesitaba, Ei era todo lo que el mundo necesitaba para sonreír, era lo que el necesitaba para sentirse completamente feliz, había luchado tanto para recuperar al pelirrojo, para ser una persona sana que pueda ser digna de su amado pelirrojo y ahora estaba mucho más cerca de ese momento.
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Destruido
Fiksi Penggemar"Te amo tanto que simplemente no puedo amarte, no voy a romper el tesoro que llena mi mundo, no voy a quitarte el brillo que tanto amo, no voy a dejar que pases por esto" -Lo que escuchaste Kirishima, ya no siento lo mismo, creo que es momento de de...