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Antonio's day
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UNA PELIRROJA ESTABA durmiendo con tranquilidad en su cama, había estado despierta toda la madrugada debido a que su abuelita le había pedido hacer las decoraciones para la ceremonia de Toñito.
Jadeó y gruñó con enojo cuando sintió que alguien movía su cama bruscamente, debido a que está estaba en medio de un lago; cayó de ella, empapándose por completo.
Lo mejor para comenzar el día.
Miró a la persona responsable de tal acto, que al parecer era el festejado del día.
— ¡Te doy tres segundos para desaparecer de mi vista, Camilo Madrigal! — gritó enojada por completo, su hermano menor se asustó, causando que cambiará de persona varias veces, hasta que final corrió fuera de la habitación ajena. — ¡Y deja de usar a mi Toñito para tus maldades!
Se levantó para buscar su ropa del día, eligiendo su típico vestido amarillo con soles en él. Abrió la puerta secreta que tenía en su habitación y llegó hasta el baño.
Hizo su rutina del día, dejando que su cabello se secara por si solo.
— En este hogar vive nuestra descendencia, hay fiesta en música con ritmaso sin igual. — llegó Mirabel a su puerta, tocando varias veces sin percatarse de que nadie estaba ahí. — Es mi familia, constelación perfecta. — siguió cantando y paso por donde salían Isabela y Daniela de diferentes habitaciones, se sonrieron entre ellas. — El mundo encantan con su brillo personal.
Daniela camino a paso lento por la casita, estaba demasiado pensativa desde hace días, mejor dicho; meses. Llegó hasta una ventana cerca de la guardería, tenía un banco para sentarse y ver por ella, así que descansó ahí.
Antonio llegó tiempo después, sentandose e imitando su posición.
— ¿No seré bonita? ¿Nunca me casaré? ¿Nunca me quiso? — se preguntaba la pelirroja en voz baja, solo para ella y Toñito.
