Selene Martín, una Preciosa hija de los Martín estaba por empezar a cruzar su segundo año en la universidad, tenía tan solo 19 años y su vida era... ¿rara?
Los primeros días del 2022 contaban con limpieza, Ordenar las clases, sonreír a los vecinos c...
Unas lamidas hacen que rápidamente abra mis ojos, veo al Golden y Suspiro haciendo una mueca.
— Al menos no eres tú loco dueño — el ladra haciéndome sonreír, Suspiro y me enderezó.
— No me sorprende que hables con Tony — dijo Leandro apoyado en el marco de la puerta.
Chillo abrazando mi almohada, veo a Tony y luego a Leandro.
— Cada día... ¡Confirmo que estás más imbécil que siempre! — dije bufando y dejando de abrazar mi almohada.
El sonríe y Rueda sus ojos, se acerca a mi cama para tirarse.
— ¡No! — chillo levantandome rápidamente pero el me toma de la cintura para empezar hacer cosquillas.
— Lea... ¡Leandro! — chille entre risas y Suspirando cansada, lo fulmino y el se levanta mostrándome su lengua.
— Tu corres... Yo te toco — dije levantandome rápidamente y el abre sus ojos sorprendido para luego maldecir y salir corriendo.
Sonriendo salgo detrás de él y Suspiro bajando las escaleras rápidamente.
Doña Yoly asoma su cabeza desde la puerta de la cocina y mi madre mira curiosa como corro detrás de Leandro.
— ¡Basta! ¡Tenemos una tregua! — chilló abrazando a su hermana quien nos miraba confundidos.
Ailana era la mayor de los hermanos Mcadams y tenía un hijo de mi misma edad quien miraba la escena con gracia.
— Están jugando a Kovu y Kiara — dijo el mientras tomaba del refresco.
Cijer era un chico de mi edad quien se creía mucho mayor que yo, fingía no tener problemas y siempre se manejaba en modo sarcástico.
— ¿Kovu y Kiara? — dije bufando y sentandome en suelo con un puchero.
Leandro se río entre dientes y se acerco a mi.
— ¡No! — le chillo al ver su maldad en su mirada. — ¡Mamá!
Me levanté enseguida, de un momento a otro los veo a todos de cabeza y Suspiro.
— se ven... Muy bonitos así — dije sonriendo falsamente.
La carcajada de Leandro se escucha y yo gruño para apretar una de sus costillas suavemente haciendo que los demás rían.
— ¿Le acabas de apretar el trasero? — dijo Maila con una sonrisa perversa.
Río entre dientes y Suspiro al sentir a Leandro subir las escaleras.
— ¡Le apreté arriba del trasero! — chille para ver cómo subíamos. — ¡Leandro! ¡Bajame, carajo!
Escucho su negación en un breve Murmuró haciendo que bufé cruzándome de brazos, veo el suelo desde el hombro de el.
— Ba-ja-me — Murmuró detenidamente mientras abría una puerta.
Al entrar la luz del sol hace que me tape mis ojos rápidamente.
— Ya niña — dijo el destapando mis ojos y dejándome ver la puesta de sol en el fondo, Suspirando abro mi boca sorprendida y luego lo observo para volver a ver el atardecer.
— Es Hermoso... — Susurro viendo los tonos amarillos y anaranjados que decoraban las nubes.
La mirada de Leandro me hizo apartar mi mirada del paisaje y le sonrió viéndolo.
— gracias por enseñarme esta vista — Susurro volviendo a ver el atardecer, el asiente apartando la vista de mi.
— es mi disculpa por cortarte el cabello a los 8 — dijo riendo y viendo el atardecer.
Sonrió divertida y Recuerdo el desastre que hizo en mi cabello, Suspirando lo Observo.
— ¿Amigos? — dije extendiendo mi mano divertida, el ríe y suspira.
— creía que ya lo éramos señorita apreta traseros — Susurro agarrando mi mano y apretandola un poco.
Río negando y Suspiro viendo el cielo, muerdo mi labio y me giro.
— Ni que tuvieras el trasero de América — dije con gracia para caminar rápidamente hacia abajo.
— ¡Selene! — chilló para empezar a bajar luego de mi.
Mire a mi alrededor y sonrió al ver la habitación, entro y cierro con seguro Suspirando.
Los toques son insistentes y yo solo sonrió acostándome en la cama.
— ¡Anda! ¡Abre la puerta Sele! — Chilló golpeando la puerta.
Suspiro jugando con mi teléfono sonriente, escucho como bufa y sus pasos empezar a alejarse.
Abro la puerta con lentitud, asomó mi cabeza observando ambos lados, me acerco al barandal de las escaleras; su cabellera pelinegra es lo primero que nota y sonrió con maldad.
— Eh falsa imitación de Loki Laufeyson — Le grito desde el barandal, lo siguiente que veo es Leandro corriendo escaleras arriba, maldigo entrando rápidamente a la habitación, justo cuando voy a cerrar el interpone el pie.
Entra de forma imponente a la habitación, Paso saliva sonriendo nerviosa.
— Anda... Lea... Solo — no logro terminar al ver qué me empuja a la cama, baja hasta estar cerca de mi rostro; mi respiración se acelera y el sonríe logrando ponerme... ¿Nerviosa?
Sus ojos verdes con una mezcla de azul se me hacen tan... Llamativos, remojo mis labios y me muevo aún nerviosa.
— Cinco — Susurró Acariciando mi mejilla, fruño mi ceño sin entender.
— ¿Qué? — Murmuro viéndolo confundida, el ríe saliendo de encima mío.
— Cinco segundos... Cinco segundos necesite para ponerte fuera de lugar — dijo sonríendo cuan don Juan, el besa mi frente con burla para luego salir de la habitación.
Y yo...
Yo me quedo congelada y sonrojada, miro mi alrededor sin creerlo.
— Pero... — Suelto cuando ya estoy sola.
Mis sentidos claramente estaban fuera de si, disparados.
