Selene Martín.
Tome una de mis ligas para amarrar mi cabello, Los demás se divertían en el estanque mientras yo trataba de buscar la forma de llamar a mi padre.
Odiaba mucho tener la memoria del pesecito de buscando a Nemo, aclare mi garganta volviendo a gritar por mi padre pero no se escuchó más mi eco y los pájaros.
- ¿No quieres sentarte? - Me pregunto Cijer, el le estaba dando comida a los peces.
Leandro en cambio estaba apoyado en un árbol viendo el estanque fijamente.
- Quiero irme Cijer - dije sonriendo falsamente mientras me sentaba de mal humor a su lado, el sonrió y me extendió una rebanada de pan para darle comida a los peces.
Maila y sus hijos bañaban en aquel lugar y Ailana tomaba fotos, revise mi teléfono que estaba hasta con pantalla rota y no prendía.
- Tampoco es tan malo - Susurró feliz, lo mire dudosa. Cijer casi nunca mantenía una conversación conmigo.
- Si, lo es, estamos perdidos, no tenemos señal, estamos dándole nuestra comida a los malditos peces y en vez de personas ando con Stereos andantes - Masculle levantándome y dándole molesta el pan, tome mi mochila buscando un shorts.
Cijer me miró sonriendo divertido mientras volvía a darles comida aquellos animales.
- Selene - levanté mi mirada al escuchar a Leandro, el se acercó a mi y yo Fruncí en el ceño. - perdón...
Suspiro viéndolo, mire a todos que me observaban atentos.
- Dije que da igual, todo está bien - murmure mientras sacaba mi shorts, lo mire parecía avergonzado. - bien ¿Que quieres?
El lami sus labios y miro a los demás luego nuevamente a mi.
- Quiero ir lento - Susurró sonrojado, solté una risita viéndolo y Asentí en sarcasmo. - Hablo enserio - Murmuró limpiando su rostro con cierta molestia.
- si bueno, dijiste que no querías una relación con una niña - dije sonriendo sin ánimos, si, me había dolido. - Así que todo bien Leandro... Ten tu consciencia tranquila.
Nuestras familia hizo la típica acción que hizo aquel gato en la saga de Shrek, suspiro para irme a un lado aparte y cambiarme aquel shorts húmedo.
- ¡Si me gustas! - aquello me hace detenerme y girarme alzando una ceja, solté una carcajada que hizo sonrojarse.
Todas las miradas de nuestros familiares se quedaron fijas en Leandro.
Hasta que Cijer se acercó a su tío y lo abrazo por los hombros, el se sacudió para salirse del abrazo.
- Tío, eso ya lo sabíamos - dijo El chico mientras se separaba de Lea, el último me miró y pidió disculpas.
- no te gusta una niña, aceptalo - lo rete, para seguir caminando pero el sostuvo mi brazo pegandome a el.
- Ese es el problema, me gusta una niña caprichosa - Murmuró llevando su mano a mi mejilla me moví haciendo que pierda ese contacto.
No soy una fácil, no soy una de esas personas que primero la ofenden y luego simplemente llegas hacerte el yo no fui.
- Mira Leandro, mejor deja de intentar alegrarme después de que me dijiste todas aquellas cosas - Susurro, escucho su gruñido mientras me coloco detrás de un árbol quitándome aquella prenda húmeda.
- ¿Con que me vas a perdonar? - dijo sin que me viera o yo lo viera a el, sonrió juguetona mientras abrochaba mi shorts.
Lami mis labios y salí de mi improvisado vestidor, lo mire unos segundos para ver a mi alrededor luego.
"¡Que te bese ya Carajo!"
Que Conciencia más fácil tengo, me acerque a él y lo abrace escondiendo mi rostro en su pecho.
- Estás perdonado Lea - le aseguro alejandome con una pequeña sonrisa, pero creo que ambos sabíamos que los pasos que habíamos avanzado ya volvimos casi al principio.
El me miró incrédulo pero solo me límite a dar un pequeño estirón y dejar un beso en su mejilla.
Sentí sus manos en mi cintura y lo observé con cautela, parecía un niño chiquito. Sonriendo acaricio suavemente su mejilla que recién bese.
- Vamos, suéltame que hay que buscar a los viejos - Dije refiriéndome a nuestros padres, el se sonrojo soltandome.
Iba a enamorarlo, va a caer tan jodidamente fuerte que ni sabrá cuando fue.
Les sonrió a los demás mientras volvía a tomar mi mochila, señale el camino adelante.
- veamos a dónde nos lleva, quizás tengamos más suerte y nos lleve a las carpas - Ellos asintieron tomando sus cosas, sentí la mano de Leandro tomar la mía.
-¿No estás jugando conmigo verdad? - dijo aquello muy inseguro y nervioso, lo mire ocultando mi gran sonrisa de claro que sí.
- por eso me molesto - lo señale haciendo un puchero haciéndome la ofendida - siempre crees que soy como cualquier otra chica.
El se aclara la garganta pidiendo perdón suavemente, suspiro besando su mejilla.
- No jugaría contigo Leandro, eres importante para mí ojitos verdes - aquello lo hizo sonrojarse y esconderse en mi cuello, me moví algo sonrojada mientras Acariciaba su espalda.
- Ahora vamos, tenemos que encontrar esas carpas antes que anochezca y vengan los Osos - Dije con intenciones de asustar a mis sobrinos que miraron a sus padres con miedo.
Me las iba a cobrar angelitos, después de todo... Por ellos estamos perdidos.
ESTÁS LEYENDO
Todo queda entre nos
Ficção AdolescenteSelene Martín, una Preciosa hija de los Martín estaba por empezar a cruzar su segundo año en la universidad, tenía tan solo 19 años y su vida era... ¿rara? Los primeros días del 2022 contaban con limpieza, Ordenar las clases, sonreír a los vecinos c...