𑁍 No soy la diosa Wanda Maximoff 𑁍

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05 de Enero de 2022
Selene Martín

Levantarme era un completo desafío para mí todas las mañanas, está vez no era excepción; solo que estaba con los ojos abiertos y viendo el techo como si mi vida dependiera de eso. Observo la hora con mucha pereza.

6:05 de la mañana.

Suspiro dando vueltas en la cama y bostezando, me abrazo más a la almohada y justo cuando me dispongo a volver a dormir escucho los apresurados pasos de alguien, lo siguiente es Leandro saltando a mi cama.

— Buenos días mujer bonita — dijo sonríendo, lo veo con pereza, golpeo suavemente su rostro.

— Lárgate — dije bufando y golpeando para que salga de mi cama.

— No quiero... Tenemos que ir a revisar los viñedos — dice abrazándome más.

Porque tenía que ser... ¿Tan difícil? Me removí y lo observé cruzándome de brazos.

Sus ojos estaban cerrados y una pequeña sonrisa permanecía en su rostro, el abrió uno de sus ojos y me Observo.

— ¿Te Gusta lo que vez pequeña? — Su voz ronca hace que Suspire más nerviosa, observo sus ojos azules con cierto verde, Remojo mis labios y niego lentamente.

— No — Dije sonríendo con seguridad... Desde cuándo me volví tan segura, quizás se deba a qué no dormí para nada.

El alza su ceja y luego veo como su manzana de Adán sube y baja, dejándome en claro que acaba de pasar saliva, Su aliento choca con mi rostro haciéndome sentir escalofríos. siento una de sus grandes manos acariciar mi cintura por dentro de la blusa de dormir.

— Entonces... No me Necesitas como alarma — me susurra rozando nuestros labios para luego sonreír superior y levantarse como un rey que ganó una lucha y salir de la habitación.

¿Pero que mierda acaba de pasar? ”

Negué desorientada y luego me siento en la cama gruñendo, veo hacia la puerta y luego donde había pasado aquello.

“ ¡¿Leandro me estaba coqueteando?! ”

Abrí mis ojos sorprendida y luego negando, mi mente se estaba volviendo a enfadar conmigo.

“ A poco si estás pendeja verdad Selene? ”

Mandé a callar a mi mente defectuosa cuando Doña Yolanda apareció con un par de botas.

Ay no, no, no y no.

Ella sonríe pasando y luego Suspiro colocando una sonrisa amable.

— Buenos días Selene — dije sonriendo y dejando las botas en el suelo, me observa. — Bajarás a desayunar y luego ayudarás a Leandro en el viñedo — Dijo ella sonriente para luego salir de mi habitación sin siquiera preguntarme cómo estaba.

¿Y ella es mi suegra? ¡Ja!

¡¿Suegra?! Dios mío santo... Necesito purificarme o al menos averiguar si existe ese aparatito de los hombres de negro.

Luego de salir de mi habitación ya cambiada y medio peinada, observo a Maila con su taza de café y algunos panes.

— ¿Tengo desayuno También?— pregunté viéndola, escucho unos pasos y Leandro entra dándome un beso en la mejilla y saludando a mi hermana con la mano.

— Desayunaremos cuando volvamos Wanda — Lo mire confundida, rodé mis ojos cruzándome de brazos.

— Pero yo ya tengo Hambre Lea — Hice un inevitable puchero viéndolo y el suelta una risita entre dientes. — Y no soy La diosa Wanda — Gruño para salir de la cocina.

Todo queda entre nosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora