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No querías irte de mi casa, y tuve que engañarte,
tuve que pedirte que salieras a comprar algo para almorzar.
Accediste, después de esa discusión.
Esa discusión que me hizo generar miedo, como otras veces que teñí todo de color rosa y era color negro.
Tenía quince minutos o un poco más para irme y no regresar, y no les puedo explicar lo que es tener miedo en mi propio hogar.

LA TRISTEZA QUE CONOCÍ EN TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora