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El taxi no venía,
Mis valijas las puse en el garage,
Cerré la puerta con llave y las cortinas de las ventanas las dejé abiertas.
Después de unos segundos escuché la bocina de un auto, por fin, estaba ahí mi salvación.
Salí corriendo hacía el garage y rápidamente traté de salir,
le pedí ayuda al taxi para que todo sea más rápido,
pero igual sentía que en cualquier momento mi ex estaría detrás de mi y nunca podría huír.

LA TRISTEZA QUE CONOCÍ EN TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora