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Subí al taxi, y él estaba llegando a casa,
Me gritaba, una y otra vez, y lo escuchaba pero le dije al taxi que siguiera, y quería fingir que no pasaba nada.
Mi corazón se aceleró aún más cuando el chofer del taxi me dijo "nos está siguiendo, ¿usted lo conoce?".
Creí que lo conocía, pero en realidad lo idealicé tanto que cuando abrí los ojos, me asusté.
Y es tarde, muy tarde, y nadie sabe verdaderamente cómo es él.
En realidad, solamente yo lo sé.

LA TRISTEZA QUE CONOCÍ EN TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora