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Nunca pude despertar, mi cuerpo tenía más de doce heridas repartidas por todo mi cuerpo.
Algunas fueron letales, él me apagó para siempre.
Mis sueños no se harán realidad,
nunca podré recibirme,
nunca seré mamá,
nunca podré irme de viaje a conocer los lugares que tanto quería conocer.
Tampoco podré volver a mirar un amanecer,
o ver mi película favorita,
jamás volveré a abrazar a mi mamá y tampoco a mi papá, quisiera abrazar a mi hermano para decirle cuánto lo amo y pedirle perdón por no decirlo antes, ahora todo es tarde.
Aquí existe los nunca y los para siempre.
Y ahora todo es tarde.

LA TRISTEZA QUE CONOCÍ EN TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora