Capítulo 3

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Taylor cayó fácilmente a los trucos de su padre, tanto que no le llevó tiempo alistar sus cosas y salir de su hogar en Manhattan al día siguiente.

Decidieron tomar una casa cerca del valle ya que eso les iba a permitir concentrarse completamente en el torneo.

Ninguno estaba acostumbrado a un lugar tan... Pequeño. Pero se las arreglarían.

Poco tardaron en desempacar antes de que ambos le hicieran una visita al hombre a cargo del dojo actualmente.

La joven no conocía a Kreese. Tal vez escuchó hablar de él, pero jamás lo llegó a ver en persona o a entrenar con él.

Por su parte Kreese tampoco sabía de la existencia de la chica, por lo que en parte esa bienvenida que les haría en el dojo también sería un tipo de prueba. No podía ponerla a competir con otros alumnos como lo hacía con reclutas, porque el punto era conservar miembros, no hacer que esta los echara.

Por lo que después de que su padre y el hombre hablaran en la oficina el mismo decidió dejarla a solas con él.

Taylor miéntras tanto paseaba un poco por el lugar, observaba las armas, la decoración, la frase en la pared. Estando tal distraída que no notó la presencia en su espalda.

Mentira. Obvio la sintió. Y Kreese sabía que lo haría cuando ella frenó el puñetazo que iba a darle por la espalda.

—Buenos reflejos, ya vas mejor que varios aquí.— el hombre dijo con un tipo de sonrisa hasta eso simpática, Taylor soltó el puño del mayor negando un poco.

—¿Acaso esperaba menos? Le apuesto que ningún estudiante que ha tenido hace lo que yo.—

La actitud de aquella ya le estaba agrandando, a diferencia de los otros que habían desarrollado confianza y aún así les tambaleaba, Taylor la tuvo toda su vida. Solo le faltaba comprobar que no fueran palabras vacías.

—¿Segura, señorita Silver?— El hombre caminó un poco en círculos, dándole a entender lo que se venía mientras ella solo asentía, empezando a analizar sus movimientos. —Bien, espero que haya aprendido verdaderamente lo que dice aquella pare-... .—

Pero antes de que el hombre empezará Taylor fue más rápida al barrer la pierna del hombre sin duda alguna, cosa que ningún estudiante se habría atrevido a hacer. Pero Kreese aún no tenía el respeto de la joven. Y era algo que se iba a ganar.

—Golpea primero.— la chica se lanzó encima del hombre con intenciones de golpear con su codo al rostro de aquel, tal vez se vería mal ya que el a simple vista es solo un hombre mayor, pero ¿Sin piedad, no?.

La cosa es que ella no sabía bien que esperar cuando él hombre rodó al costado esquivando el golpe y atrapando la patada que intentó darle de forma seguida, tiró de la pierna contraria haciendo que perdiera el equilibrio cayendo en su espalda pero levantándose rápidamente.

Claramente, Kreese no estaba peleando a su 100%, solo quería ver que tan lejos llegaba la chica.

Así que fue el quien empezó a lanzar golpes al rostro y torso de la joven, ella no sabía bloquear, pero si sabía esquivar.

Cuando vio la oportunidad en el momento en el que el mayor dejó un espacio al dar un puñetazo ella agarró su brazo y tiró de él, usando la fuera contraria para derribarlo.

—Golpea fuerte.—

Ahí fue cuando él supo que la chica verdaderamente era la indicada para su  "ejército".

Taylor pensó que había sido suficiente, por lo que extendió su mano para ayudarlo a levantar. Mala idea.

Kreese aprovechó de igual forma para derribarla y a diferencia suyo. Golpear en su abdomen haciendo que la contraria diera un quejido y maldiciera levemente.

—Sin piedad al enemigo. No importa si está en silla de ruedas.—Kreese no evitó reír un poco mientras la contraria se levantaba, había jugado bien sus cartas.

—A la próxima lo tendré en cuenta
... Sensei.—

La sonrisa de victoria en el rostro contrario lo dijo todo, ya tenía lo que quería, solo faltaba un detalle...

—Bien, sé que tu padre te dijo que ibas a estar a la cabeza, lo cual es verdad, pero tendrás que darles tiempo, ninguno sabe seguir órdenes a menos que sean mías.—

Y no le sorprendía, sabía que tendría que ganarse el respeto de sus compañeros antes de empezar a dar órdenes.

—Por lo que creo que es mejor que de momento entrenes por tu cuenta.— había confusión en su rostro, eso la hacía de siempre, cual era el punto de venir entonces. —Solo será por unos días, en lo que tu padre se presenta al grupo, después vas a integrarte, de momento, el dojo está vacío a partir de las nueve de la noche todos los días.—

El hombre le hizo un gesto de aguardara un momento antes de entrar a su oficina y traer lo que veía como un bulto hasta que lo tuvo cerca. Le extendió aquel Gi blanco con el símbolo que representaba su legado.

—Bienvenida a Cobra Kai, Silver.—



























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𝘽𝙚 𝙈𝙮 𝙌𝙪𝙚𝙚𝙣 || ᴄᴏʙʀᴀ ᴋᴀɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora