Capítulo 32: Recuerdos

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Pov Poché:

Las lágrimas casi no me permitían ver el camino, mis manos estaban prácticamente moradas de apretar con fuerza el volante y llanto era parecido a una agonía. Los recuerdos de estos días permanecían en mi cabeza como un jodido disco rayado que me llevaba a la locura. Su perfume, su sabor su textura...eran algo que solo podría volver a sentir a través de mi memoria. Solo el imaginar no volver a verla me encogía el corazón provocándome un temor que me engullía lentamente sin masticar.

Tras la llamada de mi padre, entendí la verdadera diferencia entre querer y amar..., yo la amaba, la amaba como nunca había amado a alguien y por eso estaba dispuesta a alejarme, estaba dispuesta a arrancarme una parte de mi corazón para dejarlo a su lado y desaparecer, pues nunca me perdonaría el que le pasase algo y que el causante de ese algo fuese mi propio padre.

Yo empecé un baile, empecé la danza de nuestro amor y la dejé bailando sola.
Cobarde, era una estúpida cobarde.

Llegué a casa y por primera vez en un año, me encontré a mí padre en ella.

P- Hombre que sorpresa, mi querido padre esta en casa- hablé irónicamente.
JC- No me hables de esa forma- exigió.
P- ¿Algo más que desee el señor?, lo digo porque ya me has obligado a alejarme del amor de mi vida- espeté con rabia mientras secaba mis lágrimas con el puño de mi manga.
JC- De hecho sí - habló cínicamente- que la olvides.
Solté una carcajada irónica.

P- ¿Sabes lo que pasa?- pregunté.

El alzó los hombros mostrando indiferencia.

P- Que estoy enamorada hasta de cada una de las letras de su puto nombre- declaré.

El rio con descaro lo que me hizo estallar en rabia, me acerqué rápidamente a él y lo tomé por el cuello de su camisa estampándolo contra la pared.

P- Eres un capullo, desde que mamá nos dejó solo te importó el dinero y a mí me comenzastes a dejar de lado- grité mirándolo a los ojos- joder yo no tengo la culpa de nada, yo solo deseo que esto sea una puta pesadilla y que ella me despierte tocándome el pelo como me hacía cuando era pequeña.

JC- María José suéltame- ordenó.
P- NO!- grité apretándolo más contra la pared- perdí a mi madre, mi padre cambió, y ahora me han obligado a dejar al amor de mi vida. Todo esto es una auténtica mierda, odio la vida si no estoy con ella, su risa era lo que me hacía sonreír, sus caricias los que me llenaban el corazón, y sus ojos los que coloreaban mi oscuro presente- sollocé.
JC- Poché esto es por tu bien, del amor no se come, no se vive, no se es feliz.
P- Claro que sí!- hablé frustrada- Dios yo me podría llevar toda mi vida escuchando su tono de voz, su timbre al reír... y sería la persona más feliz del mundo.

JC- María José, me lo terminarás agradeciendo.
P- Sabes qué, déjalo- hablé soltándolo- pero, ¿de qué te sirve el dinero si no tienes con quien disfrutarlo? Cuando nuestro tiempo se acabe, solo nos llevaremos los recuerdos, todo lo material se queda aquí... ¿de qué te sirve el dinero si tu corazón está roto, tu vida vacía, tus recuerdos sombríos y tú mirada apagada?- le pregunté entre lágrimas- la vida es un libro en blanco preparado para ser escrito con vivencias no para garabatear el dinero que tienes en tu cuenta bancaria, disfrutala es lo único que nos vamos a llevar- hablé antes de dirigirme mí cuarto.

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Holaa❤️❤️ cómo andan??

Espero que os guste el capítulo ☺️☺️

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❤️ GRACIAS ❤️

El arte de ser incomprendida (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora