Capítulo 41: Amanecer

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Pov Poché:

Me desperté algo desorientada sintiendo un peso sobre mi cuerpo. Froté mis ojos adaptándome a la ligera luz que entraba por la ventana, y miré hacia abajo, una sonrisa boba apareció inconscientemente en mi boca al toparme con Calle.

Su brazo rodeaba mi cintura y su rostro reposaba en mi pecho, su boca estaba ligeramente entreabierta, su pelo algo desordenado y su respiración era calmada.

Sus ojeras resaltaban sobre su pálido tono de piel reflejando todo el cansancio que poseía.

Tiré de su cuerpo atrayéndola aún más a mí, hundí mi rostro en su cabello y aspiré llenando mi sistema de su perfume. Me dediqué a observarla, recorrer con mi mirada su cara..., podría llevarme toda mi vida mirándola y nunca me cansaría de hacerlo, amo ver todas y cada una de sus facciones, me encanta su olor y me enloquece su tacto, todo de ella me vuelve loca.

Con mis dedos cree líneas invisibles por todo el contorno de su cara.

Acaricié sus delineadas cejas bajando por sus señalados pómulos hasta acabar en sus labios.

Los observé mientras pasaba mi dedo sobre él.

Daniela soltó un pequeño quejido lo que me hizo retirar el dedo rápidamente.

C- No te detengas- susurró soñolienta.

Yo me tensé pero segundos después volví a llevar mi mano a su rostro para continuar con mis caricias.

P- Cuánto tiempo llevas despierta?- pregunté.

Ella alzó los hombros y abrí lentamente sus ojos. Una sonrisa estaba dibujada en sus labios.

C- Buenos días- habló con voz ronca.

P- Hola- contesté mirándole a los ojos.
Ella volvió a posar su cabeza en mi pecho reafirmando su agarre en mi cintura.

Yo dejaba caricias a lo largo de su espalda.

C- Hacia tanto tiempo que no despertaba así- susurró.
P- Cómo así?- pregunté con tristeza al imaginar a Calle indefensa.
C- Sabes...,mi vida desde que te fuiste no volvió a ser la misma de antes, después de tantas lágrimas, la llegada de Raúl parecía un momento de calma en medio de todo ese caos, pero mi vida pasó de ser una constante tormenta a una temible y terrorífica pesadilla- habló con voz temblorosa.

La apreté más contra mi pecho para que se acurrucarse en este.

P- Raúl?
C- El es mi futuro exmarido- contesté.
P- Perdóname- susurré mirando a un punto fijo de mi habitación.

Daniela se incorporó y me miró confusa, no tuve más remedio que verle a los ojos, esos ojos avellanas que me hacían perder el sentido.

C- Perdón?
P- Perdóname- volví a repetir esta vez mirándola- yo no tendría que haberme alejado de tí.

Mis lágrimas caían por mis mejillas acompañadas de un par de sollozos. Ella deslizó mi pulgar secándolas y dejó una pequeña caricia allí. Nuestras miradas se cruzaban y se desviaban a nuestros labios, estábamos a centímetros la una de la otra, y era capaz de sentir como nuestras respiraciones se mezclaban.

Daniela posó su mano en mi nuca y tiró de mí para acercarme aún más a ella, cerré mis ojos inconscientemente y mi corazón saltó, comenzando a latir galopante. Fue en ese momento, después de varios años, que lo volví a sentir..., sus labios chocaron con los míos, el mundo se paró, yo volvía a ser feliz. Todo comenzó con una ligera presión, pero rápidamente tomé sus mejillas para poder profundizarlo.

Daniela se separó rápidamente.

C- Dios!!, perdón, perdón no debí...

La callé con un beso.

Mis labios capturaban su inferior para después pasar al superior, mi lengua delineó su boca para pedir permiso. Daniela me lo concedió y sin hacerme de rogar, roce mi lengua con la suya sacándole un gemido.

Como amaba ese jodido ruido.

Con cuidado la apoyé sobre la cama y me coloqué sobre ella volviendo a unir nuestros labios. Mis manos se colaron bajo su camiseta, cuando unos pequeños golpes en la puerta nos obligó a detenernos.

O- Mamii- la voz de Olivia sonaba tras esta.

Ambas suspiramos, dejé un pequeño pico en los labios algo hinchados de Calle y me bajé de la cama para recibir a la pequeña.

P- Hola mi vida- saludé agachándome para tomarla en mis brazos.

Ella rápidamente llevó sus manitas a mi cuello.

La llevé junto a Dani la cual estiró sus brazos para abrazarla.

C- Cariño- habló dejando un beso en su frente- buenos días mi amor.
O- Buenos días mami- contestó la pequeña dándole un beso a su madre.

Ella giró su rostro y me miró.

O- Buenos días Majo- dijo dejándome otro beso a mí.

Sonreí como una auténtica boba, no podía ser más feliz.

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Holaa❤️❤️ cómo andan??

Espero que os guste el capítulo ☺️☺️

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❤️ GRACIAS ❤️

El arte de ser incomprendida (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora