Estaba en el cementerio, como cada vez que todo salía mal. Había peleado con papá, ni siquiera sabía cómo había empezado. En mi mente solo entraban flashazos de mi padre haciendo su vida de nuevo, y no sé por qué me molestaba tanto.
Pero así me sentía, molesto; frustrado; estancado con todas las cosas que habían estado pasando. Cassie no ayudaba mucho, parecía feliz de que papá encontrara a alguien más, y estaba bien... Pero ella no había conocido a mamá, no como yo.
—Sabíamos que estarías aquí —dijo Beck. Me giré para ver a éste y a Parker, ambos mostrando respeto.
—¿Dónde más estaría?
—En casa, con tu familia.
Entorno los ojos al escucharlo. —No me apetece ahora estar ahí.
—Jack... Tienes que aceptarlo.
—¿Hablaron con mi padre? —Parker negó, suspiré—. Cassie...
—Está preocupada por su hermano mayor.
—No debería —metí las manos a mis bolsillos, viendo la tumba de mi madre.
Hija, esposa y madre. Era lo que decía, pero parecía que dejaría de ser un par de cosas enlistadas ahí. Estaba molesto, en verdad furioso, mucho más que lo había estado todos estos meses con Joy y su estúpida propuesta.
—Sabes que te apoyamos... Pero estamos preocupados por ti.
—¿Lo están? —soné incluso más sorprendido que de costumbre—. Porque por muchos años he visto como se preocupan solo por ustedes mismos.
—¿Cuál es tu punto, Jack? Nosotros también tenemos problemas.
—¡Y yo no digo lo contrario! —alzo la voz—. Solo me soprende que les interese ahora.
—Eres nuestro amigo. ¿Por qué no lo haríamos? —cuestionó Parker.
Blanqueo los ojos. No quiero soportarlos un minuto más. Había venido aquí, a la tumba de mi madre porque quería estar solo, sentirme en paz, y con ella frente a mí, disfrutando del viento golpeando mi rostro, lo hacía. Pero ahora no con ellos aquí.
—No quiero que se preocupen.
—Nos pides demasiado.
—¿De verdad? Porque en el instituto no lo parecía mientras se liaban entre ustedes —espeté.
Ellos solo me miraron, estaban sorprendidos, incluso podrían estar dolidos por lo que decía.
—Jack...
—Queremos ayudarte.
—Y yo estoy harto de ustedes —detonó la bomba—. ¡Estoy harto de ser su maldito amigo! De tener que soportar sus mierdas, que me busquen cuando tienen algún maldito problema. Pero lo que más me cabrea es que yo si puedo estar para ustedes.
—¿Te parece poco lo que hacemos?
—Me parece inútil.
Tomo mi mochila y empiezo a caminar.
—¡¿A dónde vas?! —demandó Parker—. ¡Vuelve aquí, Jackson!
Ya no quería oírlos, ni por un segundo más. No esperaba que ellos entendieran, porque ni siquiera yo me entendía por los momentos. Estaba tan molesto que no sabía que haría, con quién acudiría...
Y pensé en la última persona que quería verme, era mejor, era mucho mejor ir con ella.
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Originales del EBDLF
Novela JuvenilBienvenida a los adelantos de las próximas historias del EBDLF.