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Notas:

Bueno, es mi primer historia en esta plataforma, honestamente tenía muchísimo sin escribir ninguna pareja o personaje me había llamado tanto la  atención como para reactivar este hobby pero, aquí estamos!

Parejas: supongo que habrá varias por mención, pero el estelar se la lleva el Brunibel.

Advertencias: bueno pues claramente la pareja principal incluye incesto, igual y me animo a narrar un buen delicioso... O varios.
Temas familiares pesados, sexo, traumas, incisto con el incesto, esque es inevitable con las miradas que se hechan ellos dos.

Disclaimer: ningún personaje me pertenece por desgracia, todo es propiedad de Disney.

Ahora sí: 

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Y así era como se encontraba solo, con su par de ojos brillantes contemplando un futuro tan incierto y prohibido… su vida estaba condenada a su sacrificio para siempre tal parecía. 
Y por lo tanto a la soledad. 

Los granos de arena se mecían con el fuerte viento, mientras él observaba todo en esa icónica posición. Cuando una voz muy familiar y cálida provocó que la arena se solidificara en un brillante cristal verde.

—Así que… no alucinaba este sentir. — dijo Mirabel al terminar de entrar a la nueva cueva que se creó meses atrás al recuperar a Casita. 

—M-irabel! Qué haces aquí!— dijo nervioso y trastabillando tan característico de Bruno mientras la profecía bailoteaba en sus manos tratando de no caer para finalmente intentar esconderla tras de él inútilmente. 

—dijiste que cuando salvará el Encanto, te visitara. Si sabes que ví todo en movimiento… y sé exactamente  qué está impreso ahí. ¿Cierto? 

Los ojos de Bruno se desviaron, al igual que intentó hacerlo con la conversación. 

—Esto, esto es un deseo Mirabel, no una profecía o visión. No está escrito… no podría. 

—No me mientas, sé que tú poder sólo puede mostrarte los caminos por enfrente… no tus deseos. Y esto es- Mirabel contemplaba la brillante tabla y recorría la imagen con la vista.

—¡Monstruoso, lo sé! -dijo Bruno entonces viendo el cristal, dónde estaba él al lado de MIrabel, tomados de las mano, en algo más allá de solo algo cordial, o familiar. —te dije que podías llegar a ver algo que no te gustaría. 

—y yo cuando dije que no me gustara. - dijo Mirabel provocando que el cristal bailoteara nuevamente en las nerviosas manos de Bruno, está vez siendo salvado por ella. Los ojos de Mirabel se llenaron de consternación, está profecía… era inestable tal como la que había provocado que Bruno se hubiera "alejado" por toda una década. 

Al girarla, desaparecía esa imagen de los dos, y se veía un Bruno solitario y triste. Tal como encontró entre las paredes hace meses. No, no permitiría que terminara con ese destino, menos cuando ese deseo "monstruoso" era correspondido…

—Parece que es tiempo de partir, está vez sí será lejos. -comenzó Bruno, y unas de sus ratas después de suspirar subieron resignadas a la espalda del hombre. 

—De ninguna manera… - después de esto, Mirabel dejó resbalar el cristal suavemente, cayendo en la arena, sin romperse. Para luego jalar a Bruno de su inseparable poncho no con tanto tacto para besarle.  

Bruno, preso de los nervios, tardó un par de segundos en responder dicho gesto. Pero una vez que entró en calor, la sujetó por la cintura, uniéndose en un cálido beso que duró un par de minutos… El momento se rompió cuando el ojiverde vio de reojo como el cristal resplandeció fuertemente, dejando de ser cambiante, fijándose en la imagen de los dos. 

Una profecía muy peligrosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora